¿Damián Stefanini está muerto? La trama secreta de un crimen por venganza
El viernes se pensaba en una fuga, pero la semana comenzó con una vuelta de tuerca qen las hipótesis de los investigadores.
Hace unas horas comentábamos en nuestro informe sobre la "conexión Miami" del empresario desaparecido, que una hipótesis muy firme marcaba que Stefanini estaba fugado. Todo era demasiado perfecto para pensar en una banda organizada de tal manera que no dejara rastros del secuestro.
Ya no existen en la Argentina las antiguas organizaciones criminales que realizaban secuestros experimentados, como la "banda de los comisarios", "el clan de Arquímedes Puccio" o "Guasta" Guglielminetti y sus agentes de inteligencia dedicados al crimen organizado. Ellos tenían amplia experiencia en cómo actuar (aunque todos fueron final -y felizmente- exterminados).
¿Quién quedaba en el mundo de la mafia que pudiera realizar una tarea tan compleja como eludir las infinitas cámaras de seguridad que existen en la zona donde pudo estar Stefanini?
Esa idea avalaba lo que para algunos sabuesos había sido una fuga casi perfecta.
Pero en medio de la lluvia matinal con que comenzó la semana, la noticia no es alentadora: "El pibe ya no está en este mundo".
No nos cansamos de repetirlo, si hay alguna pista firme para detectar a los responsables de su -hasta ahora- presunta muerte, y publicarlo sería entorpecer la investigación, nos cuidaremos de no ponerle palos en la rueda a la pesquisa.
Por eso nos detenemos en esto, si el cadáver aparece o no las próximas horas, o no aparece nunca, como ocurrió con el entonces presidente de Alpargatas, Rodolfo Cluttebuck secuestrado en noviembre de 1988 y cuyos restos nunca se hallaron (porque la familia no se preocupó demasiado, nosotros sabíamos su paradero pero éramos más molestos informándolo que si permanecía en el silencio de siempre), eso ya es cuestión de esperar.
Un detalle de importancia: Stefanini nunca salió de Rincón de Milberg, por lo que las cámaras que captaron el movimiento de su auto lo hicieron con un chófer conduciéndolo que podía haber sido uno de los criminales que participaron en su captura.
También hay fuertes sospechas de quién estuvo tras la operación. Los investigadores precisan hallar pruebas que lo incriminen judicialmente. Una cosa es la sospecha fuerte y precisa, y otra es encontrar los elementos que posibiliten la prisión y procesamiento tanto del instigador como de la mano de obra criminal. Por ahí existe el indicio de una nota que ya se hizo pública: "Este tipo (por Stefanini) no se va a divertir como mi plata", pero hay que ver si para la Justicia alcanza ese mail para detener al presunto "alma mater" del delito.
En el caso de Rodolfo Clutterbuck la Justicia tuvo muchos elementos para resolver el caso. Nos consta que el entonces juez de la causa (después promovido a camarista), doctor Cardinali hizo lo imposible por hallar a los culpables. Los familiares y hasta los directivos de Alpargatas (ahora en otras manos) se negaron a proporcionar información, y hasta una interna en la Policía Federal de entonces impidió detener a los culpables, instigadores y secuestradores. Y no decimos "asesinos" porque Clutterbuck no murió asesinado sino sufrió un infarto minutos después de ser capturado en San Andrés, provincia de Buenos Aires.
Ya contaremos este caso en una próxima entrega. Obvio no nos alegra dar primicias de que un secuestrado "ya no está en este mundo", pero como cantaba Joan Manuel Serrat, la realidad no tiene remedio.