Dalma, qué pena me das
Pedís que no se metan en tu vida, pero burlas públicamente a la madre de tu medio hermano. Para dar consejos, hay que empezar por casa.
Por Lorena Lalín
@lorelalin
llalin@diarioveloz.com
Dalma querida: tenés juventud, una linda familia, un buen poder económico. No tenés necesidades. La vida te dio una buena posibilidad para disfrutarlas. Y a pesar de todo eso (mucha gente no tiene tantas posibilidades), gastás tu tiempo en hablar mal de otras personas que, aunque te moleste, son de tu entorno.
Te burlas públicamente de una persona sólo porque pronuncia mal una palabra en inglés. Sos la primera que pide dejar en privado los problemas familiares, y sin embargo salís a retuitear en tu cuenta de la red social un mensaje de tu amiga que lo único que hace es burlar a la exmujer de tu papá, Verónica Ojeda.
No te importan los ocho años que pasó junto a Diego. No te importa la historia que tuvieron juntos. Ni siquiera te importa que es la madre de tu medio hermano.
Pedís respeto por tu familia, sin embargo sos la primera en burlarte del resto. Pedís privacidad, pero hablás por medio de una red social pública.
¿Tanto cuesta levantar un teléfono y arreglar los problemas en privado? O simplemente ignorar a quién te molesta... No. Ella habla, vos respondés. Y lo peor es que nunca la escuché a Ojeda criticarla a ustedes. Pero vos no dejás de hablar mal de ella.
Podrás tener mil problemas con ella (son temas familiares que sólo ustedes podrán saber y deberán resolver) pero es una mujer que fue abandonada por un hombre cuando quedó embarazada, pasó un embarazado de riesgo sola, se bancó parir a su hijo mientras su expareja (tu papá) se floreba con una joven a miles de kilómetros de distancia, y encima debe luchar por recibir lo que le corresponde a su bebé. Obviamente, mucho mejor sería que tu padre quiera a su hijo, lo abrace, lo bese, le enseñe a patear una pelota. Pero hasta por la plata se pelean.
¿No podés aunque sea verla desde tu lado de mujer y dejar que el silencio hable?
Cuando uno está más pendiente de otra persona, es porque no puede -simplemente- ser feliz con su propia vida.
@lorelalin
llalin@diarioveloz.com
Dalma querida: tenés juventud, una linda familia, un buen poder económico. No tenés necesidades. La vida te dio una buena posibilidad para disfrutarlas. Y a pesar de todo eso (mucha gente no tiene tantas posibilidades), gastás tu tiempo en hablar mal de otras personas que, aunque te moleste, son de tu entorno.
Te burlas públicamente de una persona sólo porque pronuncia mal una palabra en inglés. Sos la primera que pide dejar en privado los problemas familiares, y sin embargo salís a retuitear en tu cuenta de la red social un mensaje de tu amiga que lo único que hace es burlar a la exmujer de tu papá, Verónica Ojeda.
"Eskeyp" !!!!!!!!!!!!!!!!
— Celeste Benitez (@Celebenitez_) 4 de junio de 2013No te importan los ocho años que pasó junto a Diego. No te importa la historia que tuvieron juntos. Ni siquiera te importa que es la madre de tu medio hermano.
Pedís respeto por tu familia, sin embargo sos la primera en burlarte del resto. Pedís privacidad, pero hablás por medio de una red social pública.
¿Tanto cuesta levantar un teléfono y arreglar los problemas en privado? O simplemente ignorar a quién te molesta... No. Ella habla, vos respondés. Y lo peor es que nunca la escuché a Ojeda criticarla a ustedes. Pero vos no dejás de hablar mal de ella.
Podrás tener mil problemas con ella (son temas familiares que sólo ustedes podrán saber y deberán resolver) pero es una mujer que fue abandonada por un hombre cuando quedó embarazada, pasó un embarazado de riesgo sola, se bancó parir a su hijo mientras su expareja (tu papá) se floreba con una joven a miles de kilómetros de distancia, y encima debe luchar por recibir lo que le corresponde a su bebé. Obviamente, mucho mejor sería que tu padre quiera a su hijo, lo abrace, lo bese, le enseñe a patear una pelota. Pero hasta por la plata se pelean.
¿No podés aunque sea verla desde tu lado de mujer y dejar que el silencio hable?
Cuando uno está más pendiente de otra persona, es porque no puede -simplemente- ser feliz con su propia vida.