Dalia Gutmann y el humor en la actualidad: límites, política y el rol de la mujer
La humorista, actriz y conductora cuenta cuáles son sus secretos a la hora de crear sus divertidos monólogos.
¿Cómo es hacer humor hoy?
Hace diez años que hago humor y desde entonces, el cambio mayormente se da con el uso de las redes sociales. Hay tantas oportunidades de elegir ver lo que querés ver y en cualquier momento que te obliga a estar siempre atenta y actualizada. Porque por ahí lo que escribiste hace un año, ya queda viejo. Y hay tanto contenido humorístico para elegir que necesitas estar constantemente con lo fresco en la cabeza. Refrescar lo que se te viene a la cabeza para estar todo el tiempo actualizada.
¿Qué cosas te inspiran para tus monólogos y tus libros?
Mi conexión con los sentimientos en el día a día, cuando estoy en el supermercado haciendo las compras, mientras estoy con mis hijos, cuando estoy hablando con mi marido. Los temas cotidianos son los que me inspiran, me conecto con lo que me pasa y desde ahí parto.
Ver otros shows de stand up también me inspira, no porque sea una chorra (risas) sino porque me genera disparadores y me pongo a pensar en cuál es mi visión sobre ese tema del que se habla en un monólogo. Son disparadores para mis propias opiniones sobre ciertas cuestiones.
Sufrir también me inspira mucho porque busco convertir ese sufrimiento en alegría.
¿Cuál es tu límite a la hora de hacer humor?
La víctima siempre tengo que ser yo, no me puedo reír de alguien que no sea yo. A mí me encanta reírme de mi misma. No tolero reírme de alguien que no tiene ganas de reírse de sí mismo. No me gusta la ofensa ni que otra persona lo pase mal. No me gusta exponer a nadie.
Se te ve y se te escucha siempre muy animada, ¿sos así todo el tiempo?
Mmm... No. Soy más callada, muy tranquila. No estoy arriba todo el tiempo, no puedo. Tengo mis momentos. Pero si me invitan a un programa, por ejemplo, sí me pongo en ese modo de estar bien arriba. Pero me pasa algo muy loco: tengo una tendencia natural a parecer que estoy en pedo (risas). No tomo absolutamente nada porque es algo natural en mí.
Un día dijiste que "el humor te da impunidad" ¿qué dijiste excusada en el humor?
Me amparo en el humor para decir cosas que por ahí si dijera seria, caerían mal. Por ejemplo entro a un local y pregunto el precio de algo, si me parece que está muy caro, lanzo un: "¡ah pero esto es un choreo!" ¿o viste esas personas a las que les hablas y te responden cortantes? Bueno, les digo "que acotado estamos, ¿eh?" y por ahí no me dicen nada porque saben que soy humorista pero si no fuera así seguro que algo me dirían.
Empezaste en 2004 a estudiar stand up, ¿cómo se te ocurrió comenzar?
En el año 1998 o 1999, fui con un ex novio que no tenía nada que ver con la actuación a ver un show en el teatro Bulubú que se presentaba Natalia Carulias, que es la pionera en Argentina del stand up versión femenina, y me volví loca. Llegué a casa y me puse a escribir.
Yo estudiaba teatro pero dije "quiero hacer eso" porque también era cronista de un programa de televisión en donde me metía en las villas, iba al Congreso, hacía periodismo "en serio" y me hacía mal. Me afectaba ver tantas cosas malas, tristes. No la estaba pasando bien.
Y un día estaba sentada en un bar, muy triste, muy afectada y me consiguieron el teléfono de Diego Wainstein, un profesor de stand up y con él escribí mi primer monólogo.
¿Qué cosas te incomodan?
¡Ay un montón! Hablar y pensar tanto en qué vas a decir puntualmente. Soy una persona que registro mucho todo entonces eso me complica. Me incomoda también cuando alguien pregunta algo que justo ese día no había que preguntar. Y en cuanto a lo banal, me incomoda la gente "muy esplendida", esas personas que todo el tiempo están súper espléndidas y siento no se... ¡que me están mirando el bozo crecido jajajaja!
Sos una gran crítica de la mujer desde el mismo género y a la vez sos comprensiva, ¿qué opinas del rol de la mujer en política?
Está buenísimo que la mujer tenga cargos políticos, porque la mujer tiene una mirada más sana de la realidad, hay excepciones, claro. Pero creo que ahí radica la diferencia con el hombre. El hombre es más de "la mafia". En cambio, la mujer opta por caminos más sanos, tiene otra mirada. Creo que hubo y hay mujeres que han sido brillantes en un cargo político, pero que el plan se empaña o se ha empañado con la corrupción y eso es una lástima que ocurra.
Yo quiero que a quienes gobiernan nuestro país, les vaya espectacular. No puedo entender esa cosa de "ehhhh ojalá que les vaya mal" porque nos perjudicamos todos. No lo entiendo.
¿Qué pensás de los movimientos feministas de los últimos tiempos?
Me encanta que las mujeres despertemos y que ya no seamos solo ese deseo de compañía del hombre. Que tengamos una identidad. Que la mujer se revele. Que ya no se banque la "pajereada" de un jefe y lo ubique, cuando antes por ahí se sometía a eso, se lo bancaba por miedo.
Pero me parece que no hay actuar desde la violencia. No desde ese lugar de "hombres versus mujeres" sino desde la igualdad, porque en definitiva somos muy diferentes y a la vez tenemos cosas en las que somos muy parecidos. Entonces me parece que debemos rebelarnos a través de la igualdad. No desde la violencia. Me parece genial que se pida igualdad. Eso de no "comernos ninguna", banco la actitud de hartarse.
¿Cuáles son los planes para el 2017?
Y por ahora no se si sigo con la conducción de "Tipos de minas" en el Canal de la Ciudad y el 7 de marzo me presento en el teatro Maipo con "Cosas de minas".
Y este año debuto en cine ya que comencé a filmar una película con Adrian Suar y Julieta Díaz, "El fútbol y yo".