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"Cumplí mi ciclo en la moda"

Los desafíos le atraen. Tanto es así que con una década de exitosa carrera como modelo ya piensa en su retiro del mundo fashion y en buscar nuevos horizontes en la televisión como lo hizo el año pasado en el programa Justo a tiempo.

En esta nota, explica la causa de su deseo de abandonar las pasarelas y se describe como una mujer lanzada y opina sin reparo sobre aspectos del ambiente.

Al comienzo de su carrera la comparaban con la supermodelo y ahora conductora alemana Heidi Klum.

No sólo tuvo que soportar semejante halago, sino que también le encontraron gran parecido con nuestra manequin con mayor proyección internacional, Valeria Mazza. Pero Pía nunca se dejó intimidar por estos pretenciosos títulos, se concentró en su carrera (exitosa por cierto) y logró en poco tiempo tener un nombre en el ambiente fashion. Tras diez años durante los cuales deslumbró en las pasarelas, hoy (a los 27 años) siente que es un buen momento para ponerle un freno a este trabajo y probar suerte en la pantalla chica, como lo hizo durante 2010 cuando formó parte del staff del programa de entretenimientos Justo a tiempo con Julián Weich. "Le tomé el gustito a la conducción.

Creo que la televisión me devolvió esa adrenalina que sentía cuando comencé con el modelaje", comenta la esposa de Paul García Navarro (de 41 años y Director de Multitalent Agency, agencia que la tiene a Pía entre sus huestes). Sin temor al qué dirán, al momento de describirse lanza divertida: "Soy engañosa, aparento algo que no suelo ser". Y lo cierto es que no miente, porque lejos del perfil de rubia angelical que ostenta, uno se encuentra con una chica con mucha chispa y dispuesta a hablar de todo sin tapujos.

-¿Cómo te sentiste el año pasado al ser parte de las grandes ligas de la pantalla chica?

-Fue genial. Igual tuve que hacer muchos castings previos antes de que me eligieran. Cuando me avisaron que había quedado seleccionada me agarró un ataque de nervios y de emoción porque iba a estar en el prime time y encima en Telefé. Fue un trabajo muy positivo en el cual aprendí mucho.

Estar en vivo y junto a un profesional de tanta trayectoria como Julián Weich fue buenísimo.

-¿Te costó reemplazar a Zaira Nara que tenía un rol muy definido en el programa?

 -Por esto que me decís el reto fue mucho más difícil.

Entrar a Justo a tiempo fue como cambiarme de colegio y ser la nueva en un grupo ya armado.
A esta situación estaba más que acostumbrada ya que de chica pasé por varias escuelas porque era liera (risas). Todos dicen que el mundo de la moda es terrible, pero el de la televisión me pareció peor.

La competencia es feroz y la presión que tenés muy grande. Creo que si no estás bien plantada puede llegar a sacar lo peor de vos.

-¿Te molestaba que se burlaran de vos todo el tiempo por ser "cheta"?

 -No, para nada. Julián lo hizo siempre con mucho respeto y se reían conmigo, no de mí. Si hubiese sido de otra forma hubiera empezado a bardear yo también. Aparte, es así, no puedo renegar de mis orígenes. Te aclaro que si bien no nací en cuna de oro, hubo épocas en las que viví muy bien y en otras que no tuve nada de nada.

-Después de esta experiencia, ¿ves tu futuro en la televisión?

 -Sí, me gusta mucho. La moda ya me cansó y no siento la misma pasión que al principio. Me gustaría hacer algo vinculado al entretenimiento, con humor sano y familiar. Creo que mi camino va por el lado de la conducción.

-Tenés un gran parecido con la modelo alemana Heidi Klum, ¿no te hubiera gustado haber estado al frente del programa Project Runway Latin America?

-¡No, para nada! Justamente quiero hacer otra cosa que no esté vinculada al fashion. Me aburriría, no me imagino viendo un diseño y diciendo: 'Te queda bien, pero...' (pone voz burlona). No reniego de la moda, es más, todo lo que tengo se lo debo a esta profesión, pero ya tengo diez años de carrera y pienso que cumplí un ciclo.

-¿Hay cosas que te molesten de ese ambiente?

 -Sí, muchas. La hipocresía. No me gusta que te traten como una reina cuando sos exitosa y cuando recién empezás te maltraten. También me da mucha bronca que haya muchas chicas del medio que venden una imagen que no es real.

-¿A qué te referís exactamente?

-A modelos que se exhiben como si fuesen unas ladies y una sabe que son todo lo contrario y se acostaron con un montón de hombres.
Es gente sin escrúpulos.

Por otro lado, hay otras que bastardean la profesión. No puede ser que cualquier chica que se ponga lolas y una tanga ajustada se suba a una pasarela.

Tengo muy claro que una tiene que adaptarse a lo que se viene, pero a veces me toca compartir pasadas con mujeres que no son manequins y que se muestran de una forma obscena con la que no comulgo ¡No pienso dar nombres! Me molesta que eso se vea como algo natural y cotidiano. No soy para nada pacata, porque en mi intimidad hago lo que se me canta y la paso bomba, pero no lo divulgo, porque es parte de mi vida privada.

-¿Esto también influye en tu decisión de alejarte de la moda?

-No, para nada. Siento que ya logré cosas muy importantes en Argentina y a nivel mundial. A pesar de no ser una modelo popular, ya tengo mi nombre en el métier. Creo que se cumplió un ciclo y no haría cualquier cosa por estar siempre vigente. Eso me parece patético. Si en algún momento me quedara sin trabajo y debiera limpiar inodoros para mantener a mi hijo no se me caerían los anillos. Prefiero hacer eso antes de dar lástima en la pasarela.

-¿Cómo es tu marido como jefe? ¿Es bravo?

-No, es genial, sobre todo en este medio porque entiende todo lo que hago y no tiene fantasías sobre el ambiente. Además, es bárbaro trabajar con la persona que más te quiere en el mundo. Te tranquiliza. En este medio si no te protegés vos no te protege nadie.
-¿Se vuelve el trabajo un tema de charla constante? -Tratamos de alimentar el matrimonio desde otro lugar. Concebimos la pareja con todos los condimentos que tiene que tener y en la justa proporción: los amigos, la familia, la intimidad, el sexo y el trabajo.

-Él está rodeado de mujeres muy lindas, ¿te da celos? -No me molesta que hable con las chicas cuantas veces quiera, confío mucho en él, pero sin que se pase de la raya. Si traspasa el límite y empieza con la contención desmedida no lo acepto.

Por suerte no sucede, porque de tanto en tanto marco territorio (risas).
-¿Siempre te gustaron los hombres maduros?

 -No, él fue el primero. Cuando lo conocí para mí era como mi tío. No podía entender que me estaba enamorando de alguien más grande. Pero hay cosas que a veces no se pueden explicar y el amor es una de ellas.

-¿Sentís que tuviste la vida de una mujer mucho más adulta?

-Sin dudas. Tuve que trabajar desde chica por problemas familiares, ya a los 20 estaba casada y al poco tiempo cuidando a Paul por el infarto que sufrió. A veces una se cansa de tanta lucha, pero bueno, es lo que me tocó y no cambiaría nada.

-¿Ves la vida de otra manera tras el infarto de tu marido?

 -(Se le llenan los ojos de lágrimas). Perdón, pero no puedo evitarlo. Trato de disfrutar más el día a día, pero cuesta porque la vorágine te hace olvidar de todo. Es difícil sobreponerse porque el temor a que se muera siempre está. Me persigo y me preocupo mucho. Si sale a comer, estoy pendiente de la hora que vuelve, y si llega tarde ya empiezo a maquinarme. La cabeza es muy traicionera en esos momentos. Más aún ahora que soy madre. No me gustaría quedar viuda y criar a mi hijo sola. Lo pienso mucho, pero bueno, una tiene que relajarse y tratar de salir adelante de la mejor manera.

-¿Es cierto que a los 19 vos fuiste la que le propuso matrimonio a Paul?

-Sí, ni yo lo puedo creer. Estaba medio chapita, pero me salió, lo sentí y no quería esperar mucho más para concretar. Él jamás se imaginó mi propuesta, pero agarró viaje enseguida (risas).

-¿Sos siempre así de avasallante?

-(Piensa) Me lo hacen notar, pero yo no me doy cuenta. Soy bastante inconsciente, valiente y lanzada en todo lo que hago. Me encanta ser así porque está bueno para tomar decisiones y no sentirse frustrada en la vida. Mi papá, que ya no vive, me decía siempre: 'Pía, el mundo es una selva'; y yo tomé esta frase a rajatabla y así me manejo.

-Muchas modelos del staff de Multitalent participaron de Bailando por un Sueño, ¿te interesaría formar parte del programa?

-Me lo han propuesto, pero no me va. El otro día Paula Chaves me decía que tenía que aceptar, pero ni loca porque tengo carácter muy fuerte y ya me imagino el primer día a las piñas con Silvina Escudero. Justamente busco otra cosa para mi carrera.
Me gustaría ser más popular, no mediática.