Cuestión de arrastre
*Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar. En Mendoza, el PJ se apoya en la imagen de la Presidenta. En cambio, el radicalismo tiene como principal referente a Iglesias, ya que Alfonsín poco le aporta.
Después de las primarias del próximo domingo no sólo dará comienzo la carrera decisiva hacia el 23 de octubre en Mendoza sino que las estrategias partidarias se deberán adaptar a lo que la ciudadanía local diga con respecto a los candidatos presidenciales. Es un aspecto que no se puede dejar de lado por la ya tradicional decisión política de que los mendocinos elijan gobernantes y legisladores nacionales y provinciales el mismo día.
Actualmente, las encuestas coinciden en adjudicar aquí a la Presidenta, Cristina Fernández, una clara ventaja en intención de voto respecto del resto de los competidores. Algunos sondeos observan, no obstante, que la imagen presidencial bajó cuatro puntos porcentuales en los últimos 45 días, pero sin llegar a marcar una tendencia declinante definitiva.
Por el lado de la oposición, para algunos encuestadores el puntano Alberto Rodríguez Saá marcha segundo en la provincia lejos de la Presidenta pero, curiosamente, aventajando al radical Ricardo Alfonsín de manera respetable.
Este dato genera un gran interrogante en el radicalismo local, que se ilusiona con la buena imagen e intención de voto de Roberto Iglesias para la gobernación, ya que en el mano a mano con Francisco "Paco" Pérez por ahora obtiene ventaja.
Curiosamente, en estos momentos aparecen dos grandes referentes políticos en Mendoza. En el justicialismo, Cristina Fernández, en la que se refugian todos los candidatos del PJ local para competir con posibilidades en octubre, y en la UCR, Iglesias, que por ahora no tiene en Alfonsín un soporte nacional a la altura de las circunstancias. Es Iglesias el que carga con el presidenciable.
Los grandes ausentes. Muchos radicales se siguen lamentando del paso al costado que dieron en su momento Julio Cobos, fundamentalmente, y Ernesto Sanz. Hay que tener en cuenta que el Vicepresidente será el gran ausente el próximo domingo, ya que justamente él fue el dirigente del radicalismo que más apostó por el sistema de elecciones primarias con aquella decisión inicial de no competir en la interna partidaria del 30 de abril para remitirse directamente al 14 de agosto.
Finalmente, nada de eso ocurrió, porque primero Sanz dejó el camino libre a Alfonsín y luego Cobos también bajó su aspiración presidencial. Así, en una de las provincias argentinas en las que el radicalismo es protagonista, ninguno de sus dos declarados aspirantes a la presidencia compite.
Tal vez por ello se observe en el radicalismo una euforia contenida hasta después del domingo 14. Obviamente, ese entusiasmo se sustenta en las posibilidades de Roberto Iglesias. A muchos les cuesta pensar en un alto porcentaje de corte de boleta en las generales de octubre. Porque si bien actualmente se observa una elevada voluntad de corte, las estadísticas indican que esa inclinación después decae el día de la elección.
El mayor interrogante sigue siendo la aceptación de Alfonsín en la provincia. La poca imagen del bonaerense ya está comenzando a preocupar, incluso, a algunos intendentes que buscarán la reelección, que hasta llegan a temer que en octubre con Iglesias no alcance para ganar.
Esto justifica que se siga hablando de que la fórmula Iglesias-Jaliff busque otras adhesiones presidenciales, como Carrió y Binner, para acaparar más votos que mantengan viva la ilusión de retornar al poder en Mendoza a fin de año.
La otra vereda. En el justicialismo confían plenamente en la performance de Cristina Fernández el próximo domingo. Consideran que una buena elección presidencial en Mendoza en las primarias será una base de sustentación más que suficiente para pensar con optimismo en el 23 de octubre.
Conceptos del candidato a diputado nacional Guillermo Carmona en la edición de Los Andes de ayer sintetizan algo que es más que evidente: "Si estar bajo las faldas de Cristina es beneficioso para Mendoza, que sea así...". Contundente.
Carmona es protagonista del domingo 14 encabezando la lista de candidatos a diputados nacionales que se confeccionó más en Buenos Aires que aquí y que tanto revuelo causó en sectores de la dirigencia local.
Luego del domingo 14 llegará el turno de "Paco" Pérez, también respaldado por el empuje nacional. La posición del candidato, dicen algunos, no es del todo cómoda. Hay quienes le reclaman mayor protagonismo, tal vez antes de tiempo, y otros, en cambio, no ven mal que descanse en lo que pudo haber realizado como ministro durante casi cuatro años y en el envión que le debería asegurar la Presidenta.
Un encuentro bastante reciente, que comenzó con tensión y terminó amablemente, y en el que estuvo Pérez, habría servido para dejar de lado heridas y resquemores que quedaron en los ámbitos de gobierno desde que fue anunciada la fórmula provincial del justicialismo.
Más allá de la lógica estrategia de apoyarse en Cristina Fernández, se le hacen reclamos a Pérez sobre la necesaria aplicación de su impronta personal en la campaña y su relación con todos los sectores internos del peronismo provincial en caso de ser gobernador.
No se trata de un detalle menor: es el delicado y fino equilibrio entre depender de sí mismo como conductor o tener que devolver favores políticos de campaña durante los cuatro años de gestión.
Lógicas escaramuzas en tiempo electoral. Al margen de las estrategias de campaña, en el plano institucional también se producen cruces. La Legislatura siempre es terreno propicio para que la oposición pueda pensar en alguna acechanza al oficialismo de turno.
Un ejemplo se da en la propuesta del demócrata Aguinaga para que antes de octubre se modifique la ley electoral provincial y se implemente el sistema de boleta única, como en Santa Fe. Esta iniciativa fue dada a conocer con bombos y platillos y de la que prácticamente fue partícipe todo el arco opositor al Gobierno, incluido el vicegobernador, Cristian Racconto.
La conducción demócrata asegura que insistirá con el proyecto, que de ningún modo conviene electoralmente al justicialismo puesto que diferenciaría la votación provincial de la nacional, la gran apuesta oficialista. La idea es buena, constituye un avance pero hay una polémica y pasa por determinar si es correcto o no cambiar las reglas de juego electorales en pleno proceso.
Sí hay un asunto delicado que deberá definirse: la denuncia por mal desempeño de sus funciones contra el titular de Irrigación. Está en manos del Jury de Enjuiciamiento la admisión o no de los cargos que se formulan contra Eduardo Frigerio por parte del diputado justicialista disidente Roberto Blanco. La decisión no es sólo política, ya que el Jury incluye entre sus miembros a todos los integrantes de la Suprema Corte de Justicia.
Pero la repercusión sí es política porque se trata de un funcionario identificado con uno de los sectores internos del peronismo que más influyó en su momento en la llegada de Jaque al poder y en la conformación de su gobierno.
Cruces y escaramuzas de una campaña que por ahora pasa más por el efecto arrastre de los referentes que por las propuestas. Tal vez después del domingo 14 aparezca otro escenario.