¿Cuánto cuesta tener el cuerpo de Susana?
Ser una diva no es cosa fácil, de hecho, las miradas concentradas en la apariencia se incrementan un ciento por ciento cuando se adquiere el título. Enterate la inversión de la diva más popular del país para continuar su batalla contrareloj a los 67.
Son millones de personas las que, año a año, centran su mirada en la diva del teléfono. La exigencia del medio la obliga entonces a mostrarse radiante cuando, inevitablemente, el tiempo siempre ha de ganar. No obstante, Susana Gimenez no cede a los reveses y persevera en su lucha contrarreloj y, mal que les pese a muchos, sus 67 se ven bien solapados.
Pero ¿bajo que costo? En principio se destaca que la dieta estricta es ya, para “Sú”, un estilo de vida. Las restricciones calóricas y los ejercicios localizados son una disciplina obligatoria para la conductora que lucha con ganar el peso que los años quieren montarle encima, sin mucho éxito. Por tanto, las liposucciones y los procesos estéticos son en su vida, una actividad más, algo usual y necesario.
No obstante, las armas en esta guerra contra la vejez y el deterioro físico coherente que deviene de ella son muchas. Principalmente, la diva no consume grasas ni harinas y, de hecho, lleva una dieta hipercalórica en la que priman las verduras, las frutas y los caldos desgrasados. El único gusto que Susana se da es el vino importado que, si bien engorda debido a la graduación alcoholica contenida, bien se encarga de equilibrar con ejercicios de natación y con la rutina que diariamente hace en una cinta caminadora y con su personal trainer.
En otro aspecto, las marcas con la que se viste Sú son, en su mayoría, de diseñadores expertos en estilizar la figura y solapar imperfecciones; lo mismo sucede con sus maquilladores y sus infaltables amigos colaboradores “by photoshop”. A su vez, respecto a los “retoques” quirúrgicos. Susana cuenta con una cirujana personal. La doctora María Cristina
Zeatier es, entonces, la creadora del arte que vemos en la tevé. Zeatier, es la hacedora de un mentón sin papada, brazos sin colgajos y arrugas extirpadas. Como todos los años, los retoques findeañeros de Susana comenzaron con una operación de papada que le costó 8 mil dólares; esto se suma a dos lipoaspiraciones que en febrero de 2002 y en 2006 la salvaron en la pantalla.
A su vez, los 25 mil dólares que le costaron sus pechos, se suman a los 12 mil de una reducción de cintura, 2 mil dólares a los que llegan su nariz y su botox en rostro, más 25 mil dólares de sus tres lipoesculturas en cola y piernas.
Es decir que, a la ligera, podríamos decir que el cuerpo de la diva oscila entre los 60 mil dólares sin contar la inversión en maquinarias de gimnasia, personal trainer, esteticistas, diseñadores, maquilladores y photoshopeadores personales y, aún así, el reloj parece mofarse del bisturí. Más no, al parecer, hacerle replantear a Sú si vale o no la pena insistir.
Pero ¿bajo que costo? En principio se destaca que la dieta estricta es ya, para “Sú”, un estilo de vida. Las restricciones calóricas y los ejercicios localizados son una disciplina obligatoria para la conductora que lucha con ganar el peso que los años quieren montarle encima, sin mucho éxito. Por tanto, las liposucciones y los procesos estéticos son en su vida, una actividad más, algo usual y necesario.
No obstante, las armas en esta guerra contra la vejez y el deterioro físico coherente que deviene de ella son muchas. Principalmente, la diva no consume grasas ni harinas y, de hecho, lleva una dieta hipercalórica en la que priman las verduras, las frutas y los caldos desgrasados. El único gusto que Susana se da es el vino importado que, si bien engorda debido a la graduación alcoholica contenida, bien se encarga de equilibrar con ejercicios de natación y con la rutina que diariamente hace en una cinta caminadora y con su personal trainer.
En otro aspecto, las marcas con la que se viste Sú son, en su mayoría, de diseñadores expertos en estilizar la figura y solapar imperfecciones; lo mismo sucede con sus maquilladores y sus infaltables amigos colaboradores “by photoshop”. A su vez, respecto a los “retoques” quirúrgicos. Susana cuenta con una cirujana personal. La doctora María Cristina
Zeatier es, entonces, la creadora del arte que vemos en la tevé. Zeatier, es la hacedora de un mentón sin papada, brazos sin colgajos y arrugas extirpadas. Como todos los años, los retoques findeañeros de Susana comenzaron con una operación de papada que le costó 8 mil dólares; esto se suma a dos lipoaspiraciones que en febrero de 2002 y en 2006 la salvaron en la pantalla.
A su vez, los 25 mil dólares que le costaron sus pechos, se suman a los 12 mil de una reducción de cintura, 2 mil dólares a los que llegan su nariz y su botox en rostro, más 25 mil dólares de sus tres lipoesculturas en cola y piernas.
Es decir que, a la ligera, podríamos decir que el cuerpo de la diva oscila entre los 60 mil dólares sin contar la inversión en maquinarias de gimnasia, personal trainer, esteticistas, diseñadores, maquilladores y photoshopeadores personales y, aún así, el reloj parece mofarse del bisturí. Más no, al parecer, hacerle replantear a Sú si vale o no la pena insistir.