Cuánto costará la restauración de la catedral Notre Dame: ¿tomará mucho tiempo?
¿Quién llevará a cabo las obras? ¿Cuánto tiempo durarán? ¿Se podrá recuperar la aguja central?
¿Cuánto tiempo se necesitará para restaurar Notre Dame? ¿Se podrá restablecer la joya arquitectónica tal y como era antes del devastador incendio sufrido este lunes 15 de abril? ¿Cuánto costará?
Un día después de que las llamas devorasen la catedral parisina comienzan a aflorar las dudas. Ahora que el fuego se ha extinguido y que la estructura de la catedral parece estar a salvo, los expertos se enfrentan a cientos de dudas sobre el futuro del templo gótico.
Estas son las ocho preguntas que todo el mundo se está haciendo y estas las respuestas de los que más saben sobre el tema.
Las cifras varían según las técnicas tradicionales o nuevas que podrían ser utilizadas para la restauración, pero alcanzarán varios centenares de millones de euros, según los expertos. La ola de solidaridad que se dio desde las primeras horas del incendio, antes incluso de que el presidente Macron anunciase que lanzarían "una suscripción popular e internacional" para recaudar fondos, permitirá cubrir este presupuesto.
"Esta vez, lo que faltará no es el dinero", dijo el periodista francés especializado en historia Stéphane Bern, en alusión al hecho de que hay muchos monumentos en Francia en peligro y faltos de financiamiento.
Los pronósticos sobre los plazos de la restauración son muy variables. Las obras tomarán "entre 10 y 20 años como mínimo", según Bern. Dependerá de la evaluación de los daños, del peritaje y de las licitaciones. También de los trabajos preparatorios, de saneamiento, de consolidación y de secado. Pero una vez se hayan franqueado todas estas etapas y se hayan seleccionado a las empresas competentes para llevarla a cabo, la restauración efectiva de la catedral será relativamente rápida, según los expertos.
A diferencia de las catedrales de otros países o de la de Estrasburgo (este de Francia), que no pertenecen al Estado, la restauración de la catedral de París obedece a las complejas reglas de las licitaciones públicas: las empresas seleccionadas echan mano de subcontratistas, quienes a su vez pueden recurrir igualmente a otras empresas. Estas pueden incluso contratar a "personas poco cualificadas" en las obras, según un arquitecto que pidió el anonimato.
Este sistema estatal está considerado por algunos arquitectos como menos seguro para el control diario sobre la conservación de un monumento. En cambio, en el caso de la catedral de Estrasburgo, hay un equipo que cada día verifica su estado.
Cuánto dinero hay recaudado
Apenas había terminado el presidente francés, Emmanuel Macron, de prometer ante la todavía humeante catedral que se reconstruirá el monumento cuanto antes, cuando las primeras donaciones se daban a conocer. Entre las más generosas, las de algunas de las familias más poderosas de Francia y la de una de las principales petroleras del país galo. El grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), del empresario Bernard Arnault, ha anunciado la donación de 200 millones para "la reconstrucción de esta extraordinaria catedral, símbolo de Francia, de su patrimonio y de su unidad", dijo el grupo en un comunicado, en el que además puso a disposición de las autoridades todos sus equipos "creativos, arquitectónicos, financieros para ayudar al largo trabajo de reconstrucción de una parte, y de la colecta de fondos de la otra, que se anuncia".
El grupo cosmético L'Oréal y los Bettencourt han informado de que van a entregar un total de 200 millones de euros para la recuperación de la catedral parisina, de los cuales 100 procederán de la fundación constituida por esta familia en 1987.
El magnate François-Henri Pinault, uno de los grandes mecenas del arte francés, y su padre, François, donarán 100 millones para las obras en la catedral, según anunció el empresario, que preside el conglomerado de empresas Artemis y el grupo Kering, dueño de marcas de lujo como Saint Laurent, Gucci o Alexander McQueen. "Esta tragedia afecta a todos los franceses y va mucho más allá de quienes se sienten ligados a ella por valores espirituales. Ante tal drama, cada uno desea dar un nuevo impulso lo más rápido posible a esta joya de nuestro patrimonio", ha dicho Pinault.
A estos donantes se ha sumado también la compañía petrolera francesa Total. El consejero delegado de la compañía, Patrick Pouyanné, ha publicado un mensaje en Twitter en el que promete 100 millones de euros para la reconstrucción del devastado templo parisino.
El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que también contribuirá financieramente a la restauración aunque no ha especificado el importe de esta aportación. "Nos sentimos alentados por la iniciativa de restaurar y reconstruir este monumento", ha indicado la entidad presidida por Mario Draghi.
También el Ayuntamiento de París ha anunciado ya el desbloqueo inmediato de 50 millones de euros, mientras que la presidenta de la región de París, Valérie Pécresse, desbloqueó otros 10 millones de los fondos de emergencia "para que las obras más urgentes puedan comenzarse rápidamente", ha dicho en una visita matutina a la catedral. Por allí, volvían a pasar este martes las altas autoridades del país para constatar el avance de las tareas de salvamento, a la espera de recibir una primera evaluación completa de los daños.
Las bóvedas pueden haber quedado fragilizadas por sendos choques térmicos sucesivos, primero el fuego y luego el agua, que saturaron las vigas. De ahí que para su restauración sean necesarios estudios largos y minuciosos.
Restablecer la silueta original de la catedral no parece que vaya a suponer un problema mayor. Pero las magníficas armaduras, sobre todo las del coro y la nave, con sus rastros de historia desde el siglo XII, se han perdido para siempre para siempre. Este conjunto era uno de los más bellos de Francia y se trata de una gran pérdida para el patrimonio, como testigo de un saber hacer, transmitido de generación en generación.
¿Las armaduras de madera de roble serán restauradas exactamente igual? Es el deseo de muchos arquitectos, aunque otros abogan por una reconstrucción rápida, con estructuras metálicas o de cemento.