"Cuando se enoja, mi novia me llama Huevo"
*Julieta Carta. Alejandro Müller disfruta de su presente en "¿Y dónde está el mafioso?" junto a su novia Fátima y sus dos hijas.
Está en medio de las sierras cordobesas haciendo lo que más le gusta, actuar, acompañado por las personas que más quiere. El afortunado es Alejandro Müller (51). Hace diez años, Alejandro comenzó su carrera y la remó de abajo hasta que se le dio. Con "Huevo", el personaje que interpretó en "Valientes" logró trascender, tanto, que hoy lo siguen llamando así. "Es un personaje que pegó. Aunque, te soy sincero, no me gusta que me llamen por el nombre de un personaje", explica quien siguió con el impulso, se quedó con el papel de Lino en "Malparida", y, una vez que terminó de grabar, se instaló en Villa Carlos Paz. ¿De vacaciones? No. Alejandro integra el elenco de "¿Y dónde está el mafioso?", la comedia que encabeza Flor de la V en el teatro Holiday. Eso sí, se llevó a toda su troupe para disfrutar de los ratos libres.
"¿Qué cómo estoy? Excelente", dice, y enseguida comienza a explayarse. "La temporada arrancó muy bien y fue creciendo. Estamos haciendo dos funciones diarias, la sala siempre está llena, hay mucha camaradería en el elenco y es un aprendizaje constante estar al lado de dos grandes como Florencia y Emilio (Disi)", cuenta quien interpreta a un fraile "medio chanta". "Además, estoy muy bien acompañado por mi chica y mis dos hijas, Camila (21) y Catalina (18)". El actor está en pareja con Fátima (23), una joven que tiene casi la misma edad de sus hijas. "Con Fátima estamos juntos desde hace unos siete meses, creo. Soy muy romántico, le digo cosas lindas todos los días, pero para las fechas soy un desastre", cuenta y confiesa que, al principio, esa relación fue un shock para sus hijas. "Para ellas fue raro, les chocó, pero me respetan y tienen una buena relación con ella".
La pregunta del millón: ¿Piensan formalizar, tener hijos...? "Somos muy jóvenes, sacando el promedio de nuestras edades, para tener hijos. No sé que nos va a deparar el futuro, por ahora estamos muy bien, conviviendo y hasta adoptamos un perrito. Nunca pensé en tener un perro y menos uno como este (un Caniche) que parece de gay", reconoce. Y, ante la crítica al cachorro se escucha de fondo una voz de mujer gritando: "¡Huevo!". "Es Fátima, cada vez que se enoja me llama así", concluye resignado.