Cuando las prepagas discriminan por ser gordo
Tener una cobertura de salud digna es un derecho constitucional... al menos, eso parecía.
Sinceramente no me es divertido escribir estas líneas porque si hay algo que me ha traumado de por vida fue mi obesidad, una enfermedad que me cerró puertas, que me alejó de personas y que me dio muchos golpes al ánimo y la autoestima.
Sin embargo, en un nuevo cachetazo, en una etapa de supuesta "no discriminación" y del "poderoso" INADI, hay lugares donde te "multan" por ser gordo.
Si ya es difícil para uno conseguir ropa, ahora parece que también no hay "talle" para tener una buena cobertura médica. Pese a que desde el mes de noviembre del año pasado comencé un tratamiento para bajar de peso, y por suerte ya registro un descenso de 33,4 kilos, lo cierto es que todavía me faltan un par más y además tengo que volver a nivelar los registros de colesterol, triglicéridos e insulina para que finalmente esté todo bien.
Para "coronar" este gran momento, y al mismo tiempo para poder realizar otros tratamientos que tengo pendientes, decidí afiliarme a una prepaga para tener la cobertura que merezco y además es mi derecho. Después de estudiar las opciones, elegí Accord Salud, de Unión Personal Civil de la Nación.
Ya cuando fui a hacer el trámite, un extensísimo cuestionario, más inquisitorio que otra cosa, te revisa todo tu historial. Solamente tuve que poner sí en dos lugares, el colesterol alto y la medicación (por el tratamiento que hago necesito tomar un multivitamínico, un ansiolítico y un quemador de grasas), lo que determinó que mi solicitud fuera enviada a auditoría médica, y la señora que me atendió me prometió que "en una semana" tendría la respuesta.
La semana se convirtió en dos semanas y las dos semanas en 20 días, hasta que hoy, después de varios llamados telefónicos a varios estamentos de la prepaga, finalmente el bendito sistema decía que estaba "aprobado con preexistencia".
Cuando consulté qué significaba la "preexistencia", me dijeron que, según la ley (andá a saber qué norma), por mi obesidad se tiene que establecer un canon diferencial que debo abonar. Esta verdadera "multa" consta de 1.700 pesos por mes por 24 meses por fuera de los aportes laborales que ya se pagan, y que me hubiera acreditado, de haber sido alguien "sano", tener el mejor plan de la empresa.
El artículo 10 de la ley 26.682, conocida como "Ley de Prepagas", sancionada el 4 de mayo del 2011, establece: "Las enfermedades preexistentes solamente pueden establecerse a partir de la declaración jurada del usuario y no pueden ser criterio del rechazo de admisión de los usuarios. La Autoridad de Aplicación autorizará valores diferenciales debidamente justificados para la admisión de usuarios que presenten enfermedades preexistentes, de acuerdo a lo que establezca la reglamentación".
Ahora bien, si per se la norma produce una exclusión tremenda, tampoco está en consideración que se está haciendo un tratamiento para mejorar ese problema. Para la auditoría médica me solicitaron un informe que presenté y explicaba detalladamente la medicación que consumía, por qué lo hacía, y cómo era la progresión de mi enfermedad.
¿En Argentina no hay discriminación? No parece...