Cuando las matemáticas son la solución: ¿cómo arreglar el problema de estacionar?
Con el incesante aumento del parque automotor, cada vez son menos los lugares para dejar el vehículo. Sin embargo, los números pueden ayudar...
En las calles de Buenos Aires es cada vez más complicado estacionar. Entre el crecimiento del parque automotor, las veredas que tienen prohibición y lo cuantioso que es dejar el vehículo en un garaje, un conductor puede pasarse minutos y hasta horas tratando de encontrar un lugar para aparcar.
De todas maneras, y como en otros aspectos de la vida, las ciencias juegan un rol fundamental en la búsqueda de soluciones a este tipo de dilemas, y las matemáticas pueden colaborar en este "embrollo" que es estacionar.
El matemático húngaro Álfred Rényi (1921 - 1970) se preguntó cuántos coches podían caber en una vereda, y para ello creó, tras su estudio, la llamada "constante de aparcamiento de Rényi", que consiste en que la densidad media de los coches estacionados es del 75 por ciento respecto al espacio disponible.
Para explicarlo de maneras más simple, si en una calle común, digamos de 100 metros, cabrían perfectamente 25 coches de 4 metros cada uno, las matemáticas predicen que lo normal es que quepan 18 ó 19 autos en ese mismo espacio, debido a cómo se colocan irregularmente a lo largo del espacio, con más o menos huecos vehículo y vehículo. Con este pensamiento, a quienes se dedican al urbanismo, tienen que organizar estacionamientos públicos o colocar los coches en una boda o evento multitudinario les resultará útil el dato.
Sin embargo, hay otra cuestión que complica aún más a los conductores: ¿Cómo encontrar un lugar libre en un estacionamiento de un shopping o supermercado abarrotado?
De nuevo las matemáticas llegan al rescate, esta vez con un truco práctico. Según el matemático Joe Pagano, la forma óptima de hacerlo consiste en quedarse parado en un lateral que permita ver unos 20 coches delante (si son más, mejor). Al cabo de 9 minutos como máximo -más o menos- alguno de ellos saldrá y podrás dirigirte rápidamente a ocupar el lugar libre.
Aunque parezca "cosa de mandinga", la idea se basa en ciertas suposiciones razonables, principalmente en que quienes van al shopping o a un supermercado en coche salen como máximo a las tres horas de estar allí. Eso significa que si se observan a 20 autos, independientemente de a qué hora llegaron, a los 180 minutos todos ellos habrían salido.
La fórmula es la siguiente: al dividir 180 minutos entre 20 (coches) se obtienen 9 minutos, que es el tiempo en que según la distribución normal de probabilidad alguno de ellos saldrá de allí para que puedas ocupar su plaza. Podría ser incluso antes, si se tuviera la suerte de poder ver más autos simultáneamente: para 25 vehículos, el tiempo de espera es de siete minutos; si pudieras ver 40 sería tan solo de cuatro minutos y medio.
El "truco" tras las matemáticas es que la estadística permite garantizar -casi con toda probabilidad- que alguno de los coches saldrá en el tiempo estimado, aunque no te dice exactamente cuál de ellos será. Tan solo hay que asegurarse de poder ver suficientes lugares ocupadas, y de no cometer algún error obvio, como elegir la zona en que estacionan los empleados del lugar durante todo el día o algo parecido.
Comparado con andar dando vueltas quejándose por la falta de lugar, ¿no suena mucho más atractivo este método de estacionamiento "probabilístico"? Quienes lo utilizan usualmente dicen que las primeras veces conviene aplicarlo mirando el reloj para asombrarse con su efectividad. Alternativamente, también puede servir para asombrar a amigos y familiares. Puede ser una tensa espera, pero... ¡todo sea por las matemáticas!