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Cuando la política se mete con el sexo

*Por Mona Eltahawy. Hay una delgada línea entre el sexo y la política , y es absurdo seguir diciendo que la revolución de Egipto "no tuvo que ver con el género".

¿Qué revolución que se precie de tal puede ser impulsada por demandas de libertad y dignidad y no tener el género anidado en su corazón palpitante, especialmente en un país repleto de misoginia y fundamentalismo religioso (islámico y cristiano) y que durante 60 años estuvo aplastado por un régimen híbrido de militares-policías? Si el mantra "no tuvo que ver con el género" es como un disco rayado que se repite para que no asustemos a los varones, háganles recordar que el Estado los aplastó a ellos también, literalmente: pregúntenles a los presos políticos y acuérdense de los preservativos y el Viagra hallados cuando los manifestantes ingresaron en las oficinas de seguridad estatal.

Por si acaso nos olvidamos, reemplazamos a Hosni Mubarak por un consejo supremo de Mubaraks, alias el consejo supremo de las fuerzas armadas (CSFA). Un general que habló recientemente por CNN nos recordó cómo suena el patriarca. Hablando con la condición de mantener su anonimato, admitió que l as activistas detenidas durante la manifestación de la Plaza Tahrir un mes después del derrocamiento de Mubarak habían sido sometidas a "tests de virginidad" , como las mismas mujeres lo afirmaron todo el tiempo. "Las chicas que fueron detenidas no eran como su hija o la mía", dijo el general. "Estas eran chicas que habían acampado en carpas con los manifestantes varones en la Plaza Tahrir y en las carpas encontramos cócteles Molotov y drogas".

No me cabe ninguna duda de que estaba convencido de que esa explicación sonaría lógica.

Es muy raro, después de todo, que las mujeres egipcias pasen la noche fuera de su casa, y las parejas deben presentar un certificado de matrimonio si quieren reservar una habitación de hotel juntos . Pero hasta el patriarca yerra el tiro.

En el Egipto conservador, donde todos los días las mujeres soportaban en silencio acoso sexual en las calles, el régimen estaba resuelto a manosear a las mujeres con la esperanza de que eso las avergonzaría y las mandaría de vuelta a la casa.

Las mujeres, en cambio, se levantaron las faldas desgarradas para que los medios las vieran.

Cuando es el Estado el que te manosea, da una luz verde para que seas un buen blanco.

Más de 80% de las mujeres dicen ahora que fueron acosadas sexualmente en la calle y más de 60% de los hombres admiten haberlo hecho.

Y con los tests de virginidad, aquí está el CSFA volviendo a trazar esa delgada línea entre el sexo y la política, con la esperanza de alejar a las mujeres de las manifestaciones . El consejo ya replicó muchos de los otros pecados de Mubarak: juicios militares para los civiles, detenciones y tortura, e intolerancia hacia los críticos. Los tests de virginidad son comunes en Egipto y atraviesan las divisiones de clase o urbano/rural. Ya se trate de la verificación tradicional del himen de una novia en su noche de bodas por una comadrona como de un médico llamado por las sospechas de un futuro marido, las chicas jóvenes son obligadas a abrirse de piernas para apaciguar al dios de la virginidad. Pero nadie habla de eso.

Copyright The Guardian, 2011. Traducción de Cristina Sardoy .