Cuando deciden los barras
*Por Carlos Comi. El cierre del ciclo del director técnico de Independiente, Antonio Mohamed, no debería ser ignorado ni por los hinchas, ni por los funcionarios políticos, policiales y judiciales que entre sus funciones deben garantizar la posibilidad de disfrutar de un espectáculo deportivo.
"Me echó la barra", dijo el técnico y agregó: "Fue un mensaje muy claro. Comparada fue al vestuario, discutió fuerte con algunos jugadores y a los cinco minutos estaba la barra en la puerta ". De ser cierta esta afirmación – a juzgar por las imágenes que se vieron es muy probable que lo sea-, aquí se encierra la debacle interminable de nuestro fútbol . Queda expuesta la perversa y criminal relación entre dirigentes del fútbol e hinchadas.
Pero no sólo están las declaraciones del técnico depuesto. También es posible leer en páginas partidarias y en las redes sociales acerca de las amenazas y golpes que sufrieron los hinchas que durante el partido y en distintos lugares de la cancha intentaban criticar al presidente de Independiente.
Y un hecho que tampoco es menor: el lugar que ocupa la hinchada de Independiente en la tribuna popular no está conectado con la zona de vestuarios del estadio. Ergo, otra vez como aquel día en la Bombonera durante la presidencia de Mauricio Macri, alguien les abrió la puerta a los violentos . Otra vez, al igual que en la cancha de River, los barras llegaban hasta la puerta del vestuario.
El que habilita el ingreso a lugares prohibidos, otra vez, es empleado del club.
¿Qué hubiera pasado si del insulto y la amenaza pasaban a la violencia física? ¿Habrá algún fiscal o un juez que se anime a investigar? ¿Se avanzará en alguno de los interminables procesos judiciales sobre violencia en el fútbol que siempre quedan en nada? ¿Qué razones llevaron a este final? ¿Qué cosas no se saben y se esconden? Sería deseable poder acercarnos a alguna de estas respuestas. Lo único que sabemos es que una hinchada despidió a un técnico a través del único método que conocen: la apretada, la violencia y las amenazas . Un nuevo triunfo de la violencia que emerge de la connivencia entre dirigentes, funcionarios públicos y barras.