Sociedad
Cuál es el riesgo de contagiarse Covid-19 en las actividades cotidianas
Los expertos de la Asociación de Medicina de Texas armaron un ranking. Para los argentinos, el principal peligro es la actitud relajada.
En medio de la pandemia de coronavirus y la incertidumbre que genera el desconocimiento sobre el virus chino, la Asociación de Medicina de Texas elaboró una tabla tipo ranking que vincula momentos de la vida cotidiana (recuerdos de la “vieja normalidad”) con distintos grados de riesgo de contraer coronavirus.
Los ítems fueron pensados según el público estadounidense, pero se pueden trasladar a la realidad argentina. Y aunque están distribuidos de una manera lógica que para algunos podría parecer obvia, no viene mal, pensando en la “nueva normalidad”, refrescar las actividades casi inofensivas en contraposición a otras de mayor exposición, que muchos tienden a subestimar.
Mirando la lista, un primer corte transversal pone de un lado las actividades puertas adentro y, del otro, las que se desarrollan al aire libre, que involucran -repiten los médicos- menor riesgo de contagio de Covid-19. Sin embargo, para Gloria De La Parra, jefa de Infectología del Hospital San Martín de La Plata, “lo que realmente tiene mayor peso es la actitud individual”, un punto en el que los médicos no dejan de insistir, a juzgar por el descuido de muchos evidente en la calle.
"Uno podría decir que ir a la playa tiene riesgo moderado, pero siempre que la gente que se reúna esté con barbijo puesto y a la distancia recomendada, porque si se van a reunir varios a hacer un castillo de arena sin tomar los recaudos...”, dejó abiertos los puntos suspensivos.
El problema de la segunda ola en España, analizó, son las dificultades en relación con esa actitud: “Uno lo ve en ciertos grupos. Los chicos son el vector de transmisión, los adolescentes usan el barbijo como si fuera un babero, bajo el mentón, y los adultos mayores, por el calor, no toleran usar el barbijo porque se sofocan”.
En definitiva, resumió, “muchas cosas de la vida diaria, en general, se pueden realizar si se mantiene la distancia social y el uso de los elementos de protección e higiene”.
En la tabla elaborada por los expertos de Texas se mencionan algunas actividades que no parecen tener un correlato local directo, pero “se pueden buscar actividades similares”, dijo De La Parra. “Obviamente acá nadie sale a la esquina y juega al básquet, pero lo que refleja eso es el riesgo de los deportes en equipo”, comparó.
En la misma línea, tampoco es propio de la cultura local el primer ítem de la lista, supuestamente de muy bajo riesgo: abrir sobres o paquetes que llegan por correo, algo que en Estados Unidos es moneda corriente, por la mayor difusión del comercio electrónico. No obstante, Clarín consultó a Arnaldo Casiró, jefe de Infectología del Hospital Álvarez: "De mi parte, a todo lo tiro alcohol al 70%. Pienso que es algo sencillo y no se pierde nada con tomar este recaudo. Esta enfermedad nos enseñó a tener hábitos higiénicos intensos. Los argentinos no somos en particular sucios, pero nos está llevando a tener más estrictos hábitos de higiene, lo que no está mal”, dijo el experto sobre el cuidado al manipular algo que compramos.
De La Parra analizó la cuestión de otro modo. Explicó que, en su vida privada, no lava, como hacen muchos, cada artículo que trae del supermercado, por ejemplo. “Pero cada vez que toco algo compré, me lavo las manos. La comida la cocino o la pelo, si es una fruta... No hemos visto gente que se haya infectado por comer helado o por el contacto con productos de supermercado. Es algo que se hubiera visto ya”.
Los ítems fueron pensados según el público estadounidense, pero se pueden trasladar a la realidad argentina. Y aunque están distribuidos de una manera lógica que para algunos podría parecer obvia, no viene mal, pensando en la “nueva normalidad”, refrescar las actividades casi inofensivas en contraposición a otras de mayor exposición, que muchos tienden a subestimar.
Mirando la lista, un primer corte transversal pone de un lado las actividades puertas adentro y, del otro, las que se desarrollan al aire libre, que involucran -repiten los médicos- menor riesgo de contagio de Covid-19. Sin embargo, para Gloria De La Parra, jefa de Infectología del Hospital San Martín de La Plata, “lo que realmente tiene mayor peso es la actitud individual”, un punto en el que los médicos no dejan de insistir, a juzgar por el descuido de muchos evidente en la calle.
"Uno podría decir que ir a la playa tiene riesgo moderado, pero siempre que la gente que se reúna esté con barbijo puesto y a la distancia recomendada, porque si se van a reunir varios a hacer un castillo de arena sin tomar los recaudos...”, dejó abiertos los puntos suspensivos.
El problema de la segunda ola en España, analizó, son las dificultades en relación con esa actitud: “Uno lo ve en ciertos grupos. Los chicos son el vector de transmisión, los adolescentes usan el barbijo como si fuera un babero, bajo el mentón, y los adultos mayores, por el calor, no toleran usar el barbijo porque se sofocan”.
En definitiva, resumió, “muchas cosas de la vida diaria, en general, se pueden realizar si se mantiene la distancia social y el uso de los elementos de protección e higiene”.
En la tabla elaborada por los expertos de Texas se mencionan algunas actividades que no parecen tener un correlato local directo, pero “se pueden buscar actividades similares”, dijo De La Parra. “Obviamente acá nadie sale a la esquina y juega al básquet, pero lo que refleja eso es el riesgo de los deportes en equipo”, comparó.
En la misma línea, tampoco es propio de la cultura local el primer ítem de la lista, supuestamente de muy bajo riesgo: abrir sobres o paquetes que llegan por correo, algo que en Estados Unidos es moneda corriente, por la mayor difusión del comercio electrónico. No obstante, Clarín consultó a Arnaldo Casiró, jefe de Infectología del Hospital Álvarez: "De mi parte, a todo lo tiro alcohol al 70%. Pienso que es algo sencillo y no se pierde nada con tomar este recaudo. Esta enfermedad nos enseñó a tener hábitos higiénicos intensos. Los argentinos no somos en particular sucios, pero nos está llevando a tener más estrictos hábitos de higiene, lo que no está mal”, dijo el experto sobre el cuidado al manipular algo que compramos.
De La Parra analizó la cuestión de otro modo. Explicó que, en su vida privada, no lava, como hacen muchos, cada artículo que trae del supermercado, por ejemplo. “Pero cada vez que toco algo compré, me lavo las manos. La comida la cocino o la pelo, si es una fruta... No hemos visto gente que se haya infectado por comer helado o por el contacto con productos de supermercado. Es algo que se hubiera visto ya”.
Dejá tu comentario