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Cuádruple crimen de La Plata: el remisero culpó al "Karateca" pero será investigado por "contradicciones"

Marcelo Tagliaferro apuntó nuevamente contra Osvaldo Martínez y quedó a disposición de la Justicia.

El remisero Marcelo Tagliaferro culpó nuevamente hoy a Osvaldo "Karateca" Martínez en su declaración en el juicio oral por el cuádruple crimen de mujeres que tuvo lugar en noviembre de 2011 en La Plata, y quedó a disposición de la Justicia por algunas contradicciones.

Martínez (30) y Javier "La Hiena" Quiroga (35), cuyo ADN se encontró en la vivienda, están siendo juzgados en el Tribunal Oral en lo Criminal de La Plata, imputados por los homicidios de Micaela Galle (11); su madre, Bárbara Santos (29); su abuela, Susana de Bárttole (63); y una amiga de ésta, Marisol Pereyra (35).

La jornada fue tensa en algunos momentos ya que el principal testigo de la causa, el remisero que condujo a Marisol Pereyra a la casa de Santos y Bárttole, tuvo algunas contradicciones.

En el comienzo de su testimonio, Tagliaferro expuso con tono firme la forma que condujo a su clienta, Pereyra, hacia la casa donde terminó asesinada.

"Salió una persona que la atendió y le dijo que pasara, que Bárbara se estaba bañando, yo me quedé esperando unos minutos; luego bajé, fui hasta la puerta del domicilio, pero como observé varios timbres, volví al auto", sostuvo.

"Cuando estaba enviando un mensaje de texto, siento que alguien golpea el techo de mi auto, y observo a un hombre en estado deplorable, que me dice que me vaya. ´Flaco, flaco, andate, me dijo (Marisol) que luego llama a otro remis´", relató el testigo.

El abogado defensor Julio Beley le indicó que había incurrido en contradicciones, ya que en su primer testimonio había expresado que al "Karateca" lo había visto "medio de costado" y luego afirmó tajantemente que era él, a lo que Tagliaferro, respondió: "No tengo ninguna duda de que era él".

También se le remarcó otra contradicción entre su testimonio escrito y el verbal, como por ejemplo cuando dijo en primera instancia que el sospechoso lo tomó desprevenido porque estaba escribiendo un mensaje y no pudo verle bien la cara y ahora ante el juez afirmaba que era Martínez.

A pedido de la defensa de Martínez, el tribunal le ordenó al remisero que dejara sus teléfonos para ser ubicado en cualquier momento ante potenciales careos o la ampliación de su testimonial.