Cristina quiere K puros en candidaturas clave de 2011
*Por Pablo Ibáñez . La irrupción de Amado Boudou como posible candidato a jefe de Gobierno porteño es la jugada visible de un esquema que comenzó a explotarse en la cima del poder K y consiste en instalar a referentes puros para disputar los cargos clave en las elecciones de 2011.
La irrupción de Amado Boudou como posible candidato a jefe de Gobierno porteño es la jugada visible de un esquema que comenzó a explotarse en la cima del poder K y consiste en instalar a referentes puros para disputar los cargos clave en las elecciones de 2011.
La mudanza del ministro de Economía del ring bonaerense a la Capital, precipitada por la hipótesis de que Mauricio Macri adelantará la votación porteña para marzo o abril, forma parte de un esquema más amplio que revela sospechas, castigos y tensiones.
Boudou logró el OK de la Presidente para meterse en la disputa porteña pero, a priori, no implica una bendición absoluta. La mandataria y el ministro saben que, por ahora, Daniel Filmus sigue como el postulante oficial -al menos hasta antes de Soldati- con mejores indicadores.
En paralelo a la estrategia porteña, el núcleo duro cristinista, que en este caso excluyó a figuras bonaerenses como Florencio Randazzo y Aníbal Fernández, se enfocó en otro asunto que considera esencial: poner a un dirigente ultra-K como vice de Daniel Scioli.
En la carpa oficialista, donde ganó presencia Julio De Vido, sigue sólido Héctor Icazuriaga e incrementó sus intervenciones Juan Manuel Abal Medina, se tildó como un ítem fundamental para resolver de cara a las elecciones del 23 de octubre próximo.
En ese círculo se viene evaluando el mapa nacional -también se observan, por caso, los movimientos de Agustín Rossi en Santa Fe- y se marcan las prioridades.
Enojo
En Capital, por el enojo que Néstor Kirchner acumuló con Filmus, se impulsó a Boudou y se barajan alternativas para el vice bonaerense.
Esto tiene un objetivo puntual: en 2007, Kirchner instaló a Alberto Balestrini como «comisario» ante eventuales rebeldías. Sin el matancero, y con un escenario de posible conflicto post 2011, los K juzgan imperioso instalar a un kirchnerista como segundo de Scioli.
El caso porteño arrastra, sin embargo, un interrogante. ¿Es conveniente nacionalizar la campaña de la Capital ante un riesgo, hoy más que cierto, de que Macri gane? Esa duda forma parte de las lecturas más descarnadas luego de que se moderan las euforias positivistas.
Jugar a todo o nada a la antinomia Cristina vs. Macri en una eventual elección anticipada en marzo o abril, expone a la Presidente a una derrota en el inicio de un calendario electoral que, a números de hoy, ofrece tres más que probables derrotas K.
El 20 de marzo se vota en Chubut, sin riesgo aparente para el espacio que encabeza Mario Das Neves. En el mismo mes, aunque sin fecha definida, se elige gobernador de Catamarca donde las chances del peronismo son mejores a años anteriores pero, por ahora, una victoria sería una sorpresa.
La Capital, con turno anticipado, podría ser el tercer eslabón de una cadena de victorias opositoras ante lo cual nacionalizar, en exceso -Kirchner siempre lo evitó- podría dañar el aura triunfalista que trata de instalar el oficialismo.