Crisis mundial difícil de evitar
Según la directora del FMI, una posible recesión global también va a repercutir en las naciones emergentes.
Según la directora del FMI, una posible recesión global también va a repercutir en las naciones emergentes.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha sorprendido pasada con declaraciones sobre la crisis económica en las naciones desarrolladas y, en particular la situación de varios países europeos, advirtiendo la posible de una nueva recesión mundial.
En este contexto, la máxima autoridad del organismo salió de su cautelosas opiniones, para avanzar sobre las secuelas que tendría este nuevo desequilibrio financiero, y trazó un pronóstico pesimista para el crecimiento de las naciones emergentes. Estimó que si bien estos países pudieron capear el temporal de la última crisis financiera global y siguen teniendo perspectivas de crecimiento del 6,5% de promedio anual, la interconexión global no permite ahora desacoplarse de la desaceleración que puede llevar a una recesión.
Esta sugestiva apreciación de Lagarde parece darle la razón al economista el mexicano Agustín Carstens, su reciente rival en la postulación a la presidencia del FMI, quien señaló la posibilidad de que la entonces ministra francesa de Finanzas tuviera una posición demasiada inclinada en favor de Europa y las naciones desarrolladas en general, aludiendo de esta manera a un trato discriminatorio de las economías emergentes, a las que ahora quiere hacerla partícipes del descalabro del primer mundo. Debe recordarse que la última crisis fue prácticamente desapercibida por Latinoamérica y más aún en países fortalecidos económicamente, caso de Argentina, Brasil y Chile, que mantuvieron los índices de crecimiento a pesar de la incertidumbre de los mercados y del freno de la inversión.
De lo que no hay dudas es del nuevo informe de Perspectiva Económica Mundial del FMI, replanteando el pronóstico de crecimiento mundial para este año de 4,2% a 4% y de 4,3% a 4,2% para 2012, como tampoco de los graves problemas que tienen las naciones ricas para una recuperación sin traumas sociales, ya que salir del endeudamiento -caso de Grecia- para evitar una quiebra con efecto multiplicador sobre el bloque europeo, implica alto impacto social.
Pero los desajustes en la zona del euro, como también en la economía estadounidense, son producto de políticas desacertadas que requieren programas de ajuste y reformas estructurales donde nada tienen que ver los países emergentes, aunque sean parte del mundo globalizado.