Criminalizar la protesta social
*Por Ricardo Roa. El pliego de instrucciones le cayó esta vez a Randazzo. Un día después de la brutal represión en Jujuy, el ministro del Interior repudió la violencia y pidió "el esclarecimiento inmediato de los hechos". Hasta ahí, todo de manual.
Después, apuntó al juez que dispuso la desocupación. También de manual K: pretender que el Gobierno quede fuera del radio de la explosión política.
El juez ordenó el desalojo y se fue de vacaciones. No está mal que aclare por qué lo hizo. ¿Pero la policía que reprimió? Con el de ayer, son tres los ocupas muertos. Y suman cuatro con el agente que cayó en las refriegas. Y hay nueve heridos de bala. Es la peor represión social desde el 2001 y Randazzo reclama que se investigue al juez.
Obvio: el gobierno jujeño es parte del kirchnerismo. Los muertos cayeron víctimas de un conflicto complejo y simple a la vez. Ocuparon tierras y fueron apabullados por palos y balas. Detrás están la pobreza, la natalidad desbordada y la falta dramática de viviendas. Pero también una mezcla de los programas sociales con el punterismo político.
¿Qué habría ocurrido si los ocupas hubieran sido de la hoy oficialista Milagro Sala en lugar de ser de la Corriente Clasista y Combativa anti kirchnerista? ¿Hubiera reclamado la empresa Ledesma el desalojo? ¿Lo hubiera dispuesto el juez y acatado la policía? A 60 kilómetros de allí, seguidores de Sala ocupan tierras del ingenio La Esperanza. Quizá un ocupa de Sala sea un militante popular y el de la CCC, un peligro.
"Ojalá que Kirchner se quede diez años más", repite Sala, que detenta tanto poder en la provincia que la llaman "la Gobernadora". Es una receptora privilegiada de subsidios para construir viviendas. Salvo Bonafini, es la única que ostenta ese privilegio de manejar a discreción una montaña de millones enviados por el poder central.
Randazzo insistió en que este Gobierno no criminaliza la protesta social. Nos quedamos todos más tranquilos: desde que asumió Cristina, han sido muertos ya 12 manifestantes y 2 policías.