Criminalística siglo XXI: ¿qué hará la Argentina cuando el mundo desarrollado la ponga en práctica?
En EEUU y Alemania trabajan en el combate contra la delincuencia, pero con armas no letales y tremendamente efectivas.
Lo vimos hace horas en la señal del Discovery Ciencia y quedamos impresionados. Mientras en la Argentina retrocedemos a la época de las cavernas discutiendo si linchamientos sí o linchamientos no, si "garantismo de mala leche" (término acuñado por Gerardo Romano) o el estúpido concepto que robar un reloj y herir a una víctima no es tan grave, el mundo desarrollado ya trabaja en el combate a full con herramientas que parecen surgir de un mundo de ciencia ficción.
Ya vimos hace poco que cuando la Policía Metropolitana quiso implementar las pistolas que disparan dardos eléctricos para atrapar ladrones evitando las balas de plomo, esos "garantistas de mala leche" se opusieron bajo la premisa que esos instrumentos eran crueles con los delincuentes. O sea, la confusión de que quienes dicen proteger los derechos e integridad de los malvivientes siguen prefiriendo en última instancia detener con balas letales a la criminalidad.
Vimos en ese documental cómo están desarrollando nuevas modalidades, y contradictoriamente los países que aquí se tilda de "imperialistas" y crueles, utilizan la tecnología de última generación para desarrollar lo que se denomina armas no letales pero efectivas.
En unos años las podrán poner en práctica, claro que ahí no viven el drama de la Justicia largando presos peligrosos en horas ni darles pensiones ni discursos retóricos estúpidos pues la prioridad es erradicar de la calle los personajes peligrosos que lastiman y matan sin compasión.
¿Algunos ejemplos de las armas que se impondrán en pocos años en las calles del mundo desarrollado para asegurar la vida de la gente honesta?
Las cámaras de vigilancia de los negocios no sólo captarán escenas de asalto, sino que hasta podrán lanzar desde el centro de operaciones algo así como rayos paralizantes contra quienes ingresen a delinquir. El operador de control de esas cámaras puede reducir e inmovilizar a distancia a los criminales y evitar que escapen y mucho mejor, que no usen sus armas de fuego contra personas inocentes.
Otra innovación futurista será la de esparcir una nube casi invisible pero con sustancias orgánicas que no se borran jamás de la piel de los delincuentes cuando estos emprenden la fuga.
La sustancia (un polvo químico casi imperceptible) se opera con un botón de pánico que los empleados de los negocios u oficinas o bancos asaltados operan desde sus llaveros, y cuando los criminales son apresados se analiza esa sustancia química que se llevan en la piel y eso sirve como prueba irrefutable de su presencia en la escena del crimen.
Otra forma de detener su accionar sin tener que recurrir a armas letales, podrá ser tanto con la emisión de sonidos agudos que turben y rindan al ladrón hasta la emisión dirigida de olores altamente nauseabundos que lo descompongan y hagan más sencillo su detención.
El concepto de los diseñadores de tales tecnologías es causar el menor daño posible al criminal al momento de apresarlo. Y hay otros productos que como éstos señalados están en proceso de investigación contando con tecnología de última generación.
Cuando se escucha que esos países avanzan en dejar sólo para casos extremas el uso de armas letales, se sabe que sus sistemas judiciales son estrictos con la idea que los criminales entran a prisión y no hay garantismos que los devuelva a las calles en cuestión de horas.
Los organismos que defienden los derechos civiles apoyan este concepto de armas no letales y también la justicia los considera apropiados para detener el vandalismo sin tener que utilizar balas de plomo.
El "fierita" que entra con gorra y bufanda para no ser captado su rostro por las cámaras ya no tendrá salvación si un rayo paralizador lo reduce en el acto antes que les haga daño a las personas.
Así trabaja la ciencia moderna en su lucha contra el crimen diario. Sí, una vez atrapado el ladrón tienen que cumplir condena de acuerdo a la magnitud del delito cometido. Pero matarlo es la última instancia que tendrán las fuerzas policiales. Y si lo hacen dentro de las normas previstas en cada país, no se le hace sumario sino que se lo asciende en base al mérito de su acción cuando salvan inocentes de ser atacados por criminales.
En una década a más tardar todos esos nuevos sistemas saldrán a la calle y los lugares que tengan el privilegio de utilizarlos serán más seguros y los derechos civiles de víctimas y victimarios estarán garantizados.
En la Argentina donde la prioridad y la ventaja la tiene el criminal, ¿no te produce un cachito de envidia semejante concepto de combate contra el delito, evitando las armas letales pero asegurando que el criminal no cumpla sus propósitos delictivos y el resto de la población se sienta cada vez más protegida por el Estado?
¡Qué dichosas las comunidades donde no hay ideas "a los Zaffaroni" en la mente de los organismos que defienden los derechos civiles!