Crímenes sicariales, un mal que crece
Los crímenes recientes evidencian el crecimiento que se está dando en en el submundo de las mafias que se han instalado en nuestro país.
Los crímenes de colombianos vinculados al narcotráfico, ocurridos entre 2008 y 2009 en la zona Norte del Gran Buenos Aires, ya son parte de la historia, aunque ninguno de esos casos hasta el momento han sido esclarecidos. Por entonces se decía que eran hechos aislados de una disputa de bandas extranjeras que, casi por casualidad, se habían cruzado en nuestro país.
Los homicidos sicariales, desde aquellos años, han ido creciendo. Lo que parecía que jamás llegaría a la Argentina, ya es una preocupante realidad.La seguidilla de asesinatos en Rosario, donde se vive una guerra de bandas narcos, y otros crímenes por venganzas o luchas de poder delictivos en el Gran Buenos Aires y en la frontera con Bolivia ya no son hechos aislados. Hay regiones en las que se que convive con este flagelo.
En Colombia y México saben que cuando se organizan bandas sicariales para "cobrar deudas" de todo tipo, es un síntoma de que el crimen organizado, las mafias, han pasado a una nueva fase de poder.
En Argentina han experimentado un crecimiento desconocido hasta el momento las mafias que controlan el rentable negocio del narcotráfico. ¿Estamos siendo testigos pasivos de la irrupción de organizaciones más sofisticadas? ¿Se puede generalizar esta violencia?
Lo cierto es que los crímenes sicariales recientes evidencian el crecimiento que se está dando en en el submundo de las mafias que se han instalado en nuestro país.
¿Estaremos a tiempo de que las autoridades hagan algo para ponerle fin a esta violencia? Si no hacen nada, nos tendremos que acostumbrar a ser testigos de una guerra que nos podría afectar a todos.