Crimen de Fernando Pérez Algaba: un detenido confesó que le llevaron el cuerpo descuartizado y él les prestó la valija roja
Responsabilizó a Maximiliano Pilepich -preso- y Nahuel Vargas -prófugo-. Además, desvinculó a su hermana, la mujer trans Alma Nicol Chamorro.
Uno de los seis detenidos por el crimen del empresario Fernando Pérez Algaba (41) declaró que los acusados Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas llegaron a su casa de Ingeniero Budge con el cadáver ya descuartizado y embolsado de la víctima y confesó que los ayudó a colocarlo en una valija para descartarlo en un arroyo de la zona.
Fuentes judiciales detallaron a Télam que la declaración fue realizada ante el fiscal 5 de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, por el imputado Luis Alberto Contreras, hermano de Alma Nicol Chamorro, la primera detenida por el caso, a quien desvinculó del asesinato del trader.
Según la ampliación indagatoria de Contreras, realizada el miércoles a la noche, la madrugada del 19 de julio último Pilepich, detenido ayer, y Vargas, aún prófugo, llegaron a su casa a bordo de dos autos, un Ford Ka y un Volkswagen Polo, en el último de los cuales llevaban el cuerpo ya descuartizado y embolsado de Pérez Algaba.
Siempre de acuerdo a los dichos del acusado ante el fiscal, le pidieron que los ayudara a descartar el cuerpo, por lo que él facilitó la valija roja en la que se colocaron parte de los restos y que fue arrojada al arroyo del Rey, de la localidad de Ingeniero Budge, donde entre el 22 y 24 de julio fueron encontrados.
Contreras desvinculó del hecho a su hermana, la mujer trans detenida a poco del hallazgo, quien precisamente fue imputada en el caso luego de que su familia dijera que era suya la valija roja.
Tras permanecer prófugo desde el pasado lunes, Pilepich fue detenido este miércoles en una vivienda de la localidad de Paso del Rey, partido de Moreno, con lo que sumaron seis las personas apresadas en el marco de la causa, ya que anteriormente habían sido capturados Matías Ezequiel Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo, Flavia Lorena Bomrad y Alma Nicol Chamorro.
Vargas aún permanece prófugo, y con pedido de captura nacional e internacional. Anoche se presentó junto a su abogado el comisario de la Policía de la Ciudad Mariano Horacio Córdoba, cuya detención fue solicitada por el fiscal Domínguez aunque el juez de Garantías por el momento no la concedió.
Tanto Pilepich como Córdoba serán indagados en esta jornada en el marco de la causa caratulada como "homicidio cuádruplemente agravado por uso de arma, codicia, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas".
De acuerdo al pedido de arresto realizado por el fiscal Domínguez, el comisario, quien se desempeñaba en el área de comunicaciones de la Policía de la Ciudad, tenía vínculos comerciales con Pilepich y, en el marco de esa relación, le habría entregado un número de abonado telefónico con el que el acusado mantuvo diversas comunicaciones entre el 18 y 19 de julio pasado, días en los que se cree que Pérez Algaba fue asesinado de dos tiros por la espalda y luego descuartizado.
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio "Renacer" de General Rodríguez a encontrarse con él.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, "Lechuga" reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.
El fiscal consideró que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía "una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos".
Pérez Algaba fue visto por última vez la tarde del 18 de julio cuando a bordo de una camioneta Range Rover blanca que le había prestado Pilepich se dirigió junto a Vargas al predio "Renacer" a cobrar esa deuda.
La desaparición del empresario fue denunciada al día siguiente por la dueña de un departamento que la víctima había alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
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