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Creo un alfajor de pollo y revolucionó las redes y los paladares
Una cordobesa escuchó la frase futbolera: “¿Sabés cómo le dicen a Talleres? Alfajor de pollo, porque no existe” y redobló la apuesta.
Miryam revolucionó las redes y los paladares desde la localidad de Nono, en el Valle de Traslasierra.
"Tengo 55 años, pero trabajo como si tuviera 25", revela a Clarín la protagonista de la historia, quien es dueña de Ave Fénix, un comercio familiar que vende sánguches de milanesa, miga y ahora los famosos alfajores. En el invierno de 2018, escuchó en la tele la frase de un hincha de Belgrano que se burlaba de Talleres y pensó: "Un alfajor de pollo no sería difícil de hacer".
Ella a ofrecer el producto en el verano de 2019, pero una cirugía complicó la situación: "Justo el día que decidí irme a la Ciudad de Córdoba para hacer toda la parte del logo, me descompuse y me tuvieron que operar. Estuve internada un mes por un cálculo en el riñón. Estuvo durmiendo un año y medio el proyecto", cuenta.
Probó suerte en esta temporada. Y su creación explotó. "El alfajor dulce que todos conocemos lo llevé a la dimensión salada. Hice eso en mi cabeza. Pensé: 'Tengo que hacer una masa similar a los alfajores cordobeses, pero salada'. Y en vez de dulce de leche, ponerle el pollo como relleno. Lo cocino, pico y le pongo especias. Queda muy rico", responde.
De aspecto, es idéntico al alfajor cordobés, asegura la mujer. "Le puse en los bordes queso rallado para imitar el coco de los alfajores convencionales", contesta. ¿Y los ingredientes? No son un misterio: lleva pollo triturado, cebolla de verdeo, especias, sal y pimienta.
Después de probar su creación por primera vez, salió a la vereda con los alfajores y allí estaba su vecino: "'Te voy a hacer probar algo' le dije y le encantó. Me dijo que le parecía delicioso. Eso fue una alegría enorme", aclara. Además del alfajor de pollo, ofrece de ternera, cabrito y una opción vegana de morrón, champiñones y berenjena.
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