Crecen los robos en el barrio del Hospital Garrahan
Los vecinos y trabajadores del hospital Garrahan denuncian robos por parte de grupos de chicos que se juntan en una zona contigua a la que llaman "El campito del Paco".
Quienes transitan y viven en las zonas aledañas al Hospital Garrahan, y el Parque Vuelta de Obligado, denunciaron que son constantes los asaltos a manos de grupos de jóvenes adictos al paco que se reúnen en el lugar.
Noelia, enfermera desde hace cinco años en el Hospital porteño, contó a Diario popular que el pasado jueves mientras caminaba rumbo a la parada del colectivo fue interceptada por un grupo de adolescentes adictos al paco quienes bajo amenazas la obligaron a entregar sus pertenencias y el poco dinero que llevaba encima. "Ya es la tercera vez en el año que me roban en esta zona" manifestó indignada.
Este sector verde fue rebautizado por los vecinos como "El campito del Paco", donde cada vez más chicos y jóvenes concurren a comprar la venenosa droga. El lugar está delimitado por las avenidas Juan de Garay y Brasil, entre las calles Pichincha y Combate de los Pozos, y se ubica frente al conocido Hospital Garrahan donde cada día asistencentenares de personas entre empleados y familiares de los pacientes.
"La situación es escandalosa, no podemos salir a la calle, y no hablo de noche, sino todo el tiempo, porque siempre te cruzás con chicos que están bajo los efectos del paco, muchos pidiendo plata y otros directamente robando", expreso María, vecina de la zona.
Eduardo Lavorato, psicólogo y titular de la Fundación Mancomunydad, y asesor nacional de Madres contra el Paco, sostuvo que "este tipo de situaciones criminógenas como derivación del consumo de paco u otras sustancias se relaciona a la paradoja actual, que tiene a las fuerzas de seguridad sin poder actuar para reprimir estos hechos, mientras hay un vacío en torno a la presencia del Estado con políticas sanitarias de asistencia".
En tanto, otra vecina, Nelly, manifestó que desde hace un tiempo prolongando mantienen reuniones con las autoridades policiales con jurisdicción en el parque, pero no alcanzan las medidas. "El parque es enorme, y la verdad se ven pocos o ningún policíaadentro, entonces es tierra liberada. Nosotros lo vemos desdenuestros balcones, como se drogan, queman el paco en las pipas yquedan ahí tirados durante horas. El problema para nosotros esantes de consumir, cuando necesitan dinero para comprar esaporquería", reveló la vecina.
"Tengo miedo, esa es la verdad. Por mi trabajo, estoy acostumbrada a padecer situaciones de violencia, pero con los chicos del paco no se puede dialogar, ni nada. Están fuera del mundo, desorbitados. Y cuando salen a robar es porque están con ese bajón, con la necesidad de consumir. Es triste lo que les pasa", aseveró la enfermera del hospital.
Noelia, enfermera desde hace cinco años en el Hospital porteño, contó a Diario popular que el pasado jueves mientras caminaba rumbo a la parada del colectivo fue interceptada por un grupo de adolescentes adictos al paco quienes bajo amenazas la obligaron a entregar sus pertenencias y el poco dinero que llevaba encima. "Ya es la tercera vez en el año que me roban en esta zona" manifestó indignada.
Este sector verde fue rebautizado por los vecinos como "El campito del Paco", donde cada vez más chicos y jóvenes concurren a comprar la venenosa droga. El lugar está delimitado por las avenidas Juan de Garay y Brasil, entre las calles Pichincha y Combate de los Pozos, y se ubica frente al conocido Hospital Garrahan donde cada día asistencentenares de personas entre empleados y familiares de los pacientes.
"La situación es escandalosa, no podemos salir a la calle, y no hablo de noche, sino todo el tiempo, porque siempre te cruzás con chicos que están bajo los efectos del paco, muchos pidiendo plata y otros directamente robando", expreso María, vecina de la zona.
Eduardo Lavorato, psicólogo y titular de la Fundación Mancomunydad, y asesor nacional de Madres contra el Paco, sostuvo que "este tipo de situaciones criminógenas como derivación del consumo de paco u otras sustancias se relaciona a la paradoja actual, que tiene a las fuerzas de seguridad sin poder actuar para reprimir estos hechos, mientras hay un vacío en torno a la presencia del Estado con políticas sanitarias de asistencia".
En tanto, otra vecina, Nelly, manifestó que desde hace un tiempo prolongando mantienen reuniones con las autoridades policiales con jurisdicción en el parque, pero no alcanzan las medidas. "El parque es enorme, y la verdad se ven pocos o ningún policíaadentro, entonces es tierra liberada. Nosotros lo vemos desdenuestros balcones, como se drogan, queman el paco en las pipas yquedan ahí tirados durante horas. El problema para nosotros esantes de consumir, cuando necesitan dinero para comprar esaporquería", reveló la vecina.
"Tengo miedo, esa es la verdad. Por mi trabajo, estoy acostumbrada a padecer situaciones de violencia, pero con los chicos del paco no se puede dialogar, ni nada. Están fuera del mundo, desorbitados. Y cuando salen a robar es porque están con ese bajón, con la necesidad de consumir. Es triste lo que les pasa", aseveró la enfermera del hospital.