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Crearán una base científica en un barco encallado en el hielo del Ártico para estudiar el cambio climático

La misión MOSAiC propone estudiar las consecuencias regionales y globales del cambio climático en el Polo Norte.

En 1893 el explorador noruego Fridtjof Nansen encalló deliberadamente su barco de madera en el hielo de Siberia, con 44 tripulantes, y allí desarrolló estudios que revelaron información clave sobre los procesos naturales en el océano. Para evocar su hazaña, una expedición internacional partirá el viernes 20 de septiembre desde Tromsø, Noruega, a bordo del buque alemán Polarstern (Estrella Polar), que con sus 120 metros de longitud servirá de base ahora para 600 científicos de 17 países. La embarcación se dejará atrapar por el hielo durante trece meses en el Estrecho de Fram, entre la costa de Groenlandia y el archipiélago noruego de Svalbard.

La intención es estacionar el barco en el sector siberiano del Ártico, anclarlo a un témpano y permitir que el agua se congele alrededor del casco. La misión MOSAiC, abreviatura en inglés de Observatorio Multidisciplinario a la Deriva para el Estudio del Clima Ártico, se propone estudiar las consecuencias regionales y globales del cambio climático en el Polo Norte, la pérdida de hielo marino y cómo mejorar las predicciones climáticas a nivel global.

A pesar de que cada tres meses el barco será reabastecido y habrá una rotación de su tripulación, durante los meses más crudos, cuando las horas de luz disminuyan, el Polarstern será uno de los puntos más inaccesibles del planeta. En invierno, cuando soplen las tormentas polares, será imposible tomar contacto con el rompehielos. El costo de la misión rondará los 158 millones de dólares.

En caso de que se requieran aviones para responder a una emergencia sanitaria, se construirá una pista de hielo y utilizarán los suministros de combustible de aviación que la misión esconderá en las islas rusas más próximas.

Además, para protegerse de los osos polares, la expedición realizará un escaneo constante con cámaras térmicas, y contará con un cable trampa y una patrulla armada con rifles.

El mayor reto de la dotación no serán las fieras hambrientas, el entorno glacial ni el aislamiento, sino el aspecto psicológico. “Para quien no esté acostumbrado, será un entorno bastante exigente y de alto estrés", advierte Rolf Gradinger, de la Universidad Ártica de Noruega (UiT). Los científicos del MOSAiC esperan que el sauna, la piletas climatizadas y los dos bares del Polarstern favorezcan la sociabilización y fomenten la camaradería.

El Ártico es un área clave del cambio climático global, con tasas de calentamiento que exceden el doble del promedio mundial. El hielo marino de verano cubre hoy la mitad del área que alcanzaba en 1985. En las últimas cuatro décadas, perdió el 75% de su volumen. Los gruesos paquetes de hielo acumulados durante varios años de enfriamiento fueron reemplazados por bloques más delgados, formados en un solo invierno.

Durante la travesía, investigadores de varias disciplinas levantarán un campamento temporal en las inmediaciones del Polarstern para estudiar los procesos de cerca. "Podemos hacer mucho con la robótica y la tecnología, pero al final la observación directa, manual y sin medición es la clave", indicó el físico alemán Marcel Nicolaus, del Alfred Wegener Institute (AWI).

El equipo de científicos rastreará el hielo en evolución y las aguas subyacentes mediante boyas e instrumentos de seguimiento. En la superficie, habrá sensores, aviones y globos sondeando la atmósfera del Ártico. A su vez, utilizarán motos de nieve y helicópteros para establecer una red de estaciones autónomas en el hielo en un radio de hasta 50 kilómetros del barco.

Los investigadores esperan el verano para analizar el crecimiento de piscinas de fusión que oscurecen el hielo, absorben el calor y ocasionan el derretimiento temprano. El fenómeno se produce cuando la nieve que sirve de aislante se derrite y el hielo marino también comenzará a descongelarse. En este proceso se forman las piscinas, provenientes de la fusión superficial de la nieve y el hielo. El agua de estas piscinas se irá drenando por el hielo hacia el agua marina, arrastrando con ella la mayor parte de la salmuera que aún se encuentre en la banquisa.

La inspiración de MOSAiC es la legendaria expedición Fram de Fridtjof Nansen (1893-1896), que demostró la viabilidad de dejar que un barco de investigación se desplace a través del casquete polar, impulsado por la deriva natural del hielo marino. Y si bien las mediciones científicas en ese momento eran extremadamente limitadas, la misión reveló hechos fundamentales sobre el misterioso Océano Ártico, incluida su profundidad, la enormidad de su paquete de hielo y las corrientes que mueven el calor, el agua y el hielo a través de la cima del mundo.

"La última persona que midió datos en la deriva transpolar durante todo un invierno desde un barco fue Fridtjof Nansen, hace 125 años. Los noruegos, que recientemente exploraron el invierno alrededor de Spitsbergen, estaban solo frente a la costa. Las estaciones de deriva de hielo de Rusia están suspendidas y obtuvieron solo un pequeño número de lecturas y no se ha publicado mucho", explica Antje Boetius, bióloga marina de 51 años que dirige el Instituto Alfred Wegener (AWI) y tiene una cátedra en la Universidad de Bremen.

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