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Crea en Dios, vote por Scioli

* Por Ricardo Roa. A una semana de las elecciones internas, Scioli metió a Dios en su campaña . Directamente y sin vueltas. Yo creo en Dios, se titula un aviso litúrgico en el que aparece con su mujer, Karina Rabolini, sentados en un reclinatorio en situación de rezo.

Todo el texto es una profesión de fe en Dios, en él mismo y sobre todo en los votantes, a quienes está dirigido. Parafrasea al Credo, que resume la creencia de los cristianos, al arrancar igual que esa oración esencial para la Iglesia. Pero poniéndose él por delante: "Yo (Scioli) creo en Dios, creador del Cielo y de la Tierra".

Después va derecho al votante cuando afirma: "yo creo en vos que trabajás, que estudiás. Creo en vos que te esforzás y tolerás". Scioli no deja nunca de ser el eje, al sostener "creo en nosotros, en cada uno de nosotros, que cada día se levanta soñando con la ilusión de que cada día será mejor".

A esa altura, Scioli ya es el valor de la esperanza. También de la tolerancia y de la generosidad en oposición a la envidia.

Y en la carrera por poner todo en categorías religiosas, llega a llamar al votante prójimo, término evangélico como pocos.

El verbo creer está conjugado trece veces . Y la síntesis del mensaje sería algo así como "Crea en Dios, crea en mi, vóteme" . La explotación política de la religión le cayó mal a la Iglesia, aunque no lo haya hecho público. En cambio, salieron a criticarlo desde diferentes espacios de la dirigencia (ver Críticas por el aviso donde Scioli habla de Dios).

Perdido en un párrafo, asoma un desmarque con el kirchnerismo: habla de evitar la agresión.

Pero es Scioli: no se anima a más.

La religión es un asunto privado y no público. Y no debería ser usada como instrumento de propaganda política. Scioli es un católico reconocido y no hay por qué dudar de su sinceridad como creyente. Pero todo transpira oportunismo electoral.

No se priva de nada: al pie de la oración política-religiosa se lee, grande, DS. Son sus iniciales. Pero la grafía es, también, el modo que utiliza la religión judía para llamar a Dios sin nombrarlo.