Costos del subdesarrollo
Sin Vuelos. Por problemas energéticos, se quemó un artefacto imprescindible para la operación del aeropuerto.
El martes, la empresa Aerolíneas Argentinas suspendió sus vuelos a Catamarca debido a que el aeropuerto Felipe Varela se quedó sin el VOR, un radiofaro que establece comunicación con las aeronaves en los momentos operativos críticos del despegue y el aterrizaje. Fundamental para la seguridad, el aparato se quemó por un pico de tensión, de acuerdo con lo que informaron las autoridades del aeropuerto, que habían reclamado al ENRE y EDECAT por las dificultades que genera la permanente fluctuación de energía. Hace un par de semanas, el otro equipo VOR del aeropuerto tuvo que ser enviado a repararse en Córdoba, también averiado por una suba abrupta de la tensión energética. De modo que el deficiente servicio de provisión de energía rompió el VOR titular y el que podría denominarse "muletto", y el aeropuerto quedó inoperable. Es patético advertir que cuando, después de mucho renegar, se consiguió ampliar a cinco los vuelos semanales a Catamarca, el subdesarrollo de los servicios provinciales conspira para que los vuelos tan esperados no puedan aterrizar y los pasajeros que compraron sus pasajes a Buenos Aires tengan que trasladarse a La Rioja para poder abordar. El titular de la Agencia Catamarca-La Rioja de Aerolíneas Argentinas y Austral, Rodolfo Riganti, lamentó los continuos problemas de operación en el aeropuerto local. "Tenemos aviones nuevos, pero instrumentos de 1980 -se quejó-. Ahora que tenemos lo vuelos, no tenemos un aeropuerto que funcione".
Ayer, EDECAT se defendió de las acusaciones. Señaló que la línea Telaritos, que provee al aeropuerto, sale habitualmente de servicio por factores climáticos como el viento, pero no tiene inconvenientes de fluctuación, por lo que resulta improbable que pueda producir quema de artefactos. La empresa dijo desconocer si el aeropuerto cuenta con generación propia, aunque consignó que es indispensable que un complejo destinado a la operación de aviones cuente con un sistema de este tipo para evitar que se registren inconvenientes de mayor magnitud. Al margen de quién tenga la culpa por la quema del VOR, una vez más los usuarios quedan en medio del cruce de imputaciones entre quienes deben prestarle servicios. La reacción de EDECAT remite a la situación que se dio con el tarifazo de la luz por la facturación errónea del consumo en el bimestre junio-julio, que perjudicó a más de 14 mil usuarios. La empresa y el ENRE intercambiaron recriminaciones por las responsabilidades en el error.
Lo cierto es que las fluctuaciones de energía que supuestamente quemaron los VOR del aeropuerto Felipe Varela también afectan la actividad industrial en El Pantanillo, ya perjudicada por una crisis que llevó, por ejemplo, a suspender a todo el personal de Alpargatas. O la tensión es tan baja que las maquinarias se apagan, o registra incrementos tan abruptos que se cortan cables y hay que repararlos. Cualquiera sea el motivo, la consecuencia es que hay que reiniciar toda la maquinaria, con la pérdida de tiempo consiguiente y su impacto negativo en la producción. Los usuarios catamarqueños comunes, por su parte, ya empezaron a padecer las dificultades típicas de las temperaturas altas, con cortes y disminuciones de la tensión, un problema crónico que no se ha solucionado pese a que el Estado se hizo cargo de la prestación tras intervenir la empresa distribuidora hace ya tres años.
Atentos a la incidencia que el tema servicios tiene en el humor popular y la profundización de las deficiencias en los meses de verano, la gestión gubernamental de Lucía Corpacci, que asumirá en diciembre, ya tendría resuelta la cuestión de la provisión con generadores y un plan de contingencia para atender las falencias de la red de distribución. No quieren que una crisis energética les arruine el debut.