Cortes de luz: el día después en primera persona
Los vecinos y comerciantes que perdieron todo por la falta de electricidad cuentan su testimonio mientras piensan cómo empezar de nuevo.
Para miles de personas que sufrieron los cortes de luz durante los últimos días del 2013, la vuelta del suministro eléctrico sólo fue el comienzo de una nueva etapa de reconstrucción y de volver a empezar.
"Estoy fundido", dice Miguel, un panadero del barrio de Flores que estuvo sin luz durante 15 días. "No sé cuánto dinero perdí, pero es mucho, contando la mercadería que se fue a la basura y los días que no abrimos. Creo que si me pongo a hacer la cuenta me largo a llorar", dijo al diario La Nación.
Entre otras cosas, Miguel tuvo que tirar a la basura 300 kilos de masa de pan, pan dulce, facturas y tortas y la vuelta tampoco es fácil: "Estamos trabajando a media máquina porque tenemos miedo de que nos vuelvan a cortar; eso nos pasó el 24 de diciembre, cuando por unas horas volvió la luz, nos pusimos a amasar pan dulce y cuando quisimos cocinarlos ya no teníamos; tuvimos que tirar los 150 kilos".
El club Imperio Juniors, del mismo barrio, no la pasó mucho mejor. Su administrador, Agustín, cuenta que durante los 15 días que no hubo luz, la pileta a la que 500 chicos asisten a diario tuvo que cerrar.
"El agua de la pileta está muy sucia porque no pudimos filtrarla; para limpiarla usamos una bomba trifásica que depende de la energía eléctrica. Muchos chicos vinieron igual, porque sus padres trabajan y no tenían dónde dejarlos, pero nosotros, en medio de la tremenda ola de calor, no teníamos con qué hidratarlos. Salimos a comprar botellas y bidones de agua; las pérdidas son incalculables", contó.
Melisa, tiene un supermercado y entre los cortes de luz y la baja tensión, está con problemas desde hace más de un mes y medio: "Ayer tuve que tirar 60 cajas de pan dulce que no vendí entre el 24 y el 31 de diciembre porque como no había luz, la gente no entraba; hoy tiré tapas de tarta, ravioles, mantecas, quesos y por lo menos 40 cajas de leche".
Además, por la baja tensión, se le quemaron varios equipos y arreglarlos le costará entre 2 y 3 mil dólares.
Rolando, dueño de una carnicería en Flores pasó por lo mismo: tiró más de mil kilos de carne debido a la falta de energía: "Es difícil calcular las pérdidas, pero estimo que es de más de 25.000 pesos".
"No hicimos el reclamo porque estamos cansados y sabemos que no sirve de nada. Esta es una historia que se repite cada verano; el año pasado nos pasó lo mismo y perdimos 30.000 pesos. Y si ahora se vuelve a cortar la luz, no sé qué vamos a hacer", agregó.
La tan ansiada vuelta de la luz, para estos vecinos que los perdieron todo abre un nuevo interrogantes sobre qué va a pasar ahora, ¿cómo reconstruirán sus negocios?