Coronavirus: dos argentinos que llegaron de China denunciaron la falta de controles y decidieron “auto aislarse”
Leonardo y Laura, hermanos oriundos de Mar del Tuyú, viven desde hace años en el país asiático. Hace tres días llegaron al país y denunciaron la ausencia de medidas de prevención.
Con casi tres mil muertes y más de 80 mil personas infectadas, el avance del coronavirus tiene en vilo al mundo. Pese a que el Ministerio de Salud informó que los 21 casos en estudio que se registraron en Argentina dieron negativo, continúan los cuestionamientos de algunos pasajeros que ingresan al país y denuncian que en el aeropuerto no se les aplica el protocolo para prevenir la propagación del virus.
Es el caso de Leonardo Crespo y su hermana Laura, que tras vivir en primera persona el avance del coronavirus en China, regresaron a Argentina y ante la falta de controles, tomaron la decisión de aislarse.
La comunidad científica informó que las personas pueden ser portadoras del virus, pese a no tener síntomas específicos como la fiebre, sin embargo, en diálogo con Infobae, Leonardo comentó que al llegar a la Argentina profesionales médicos le respondieron que “si no teníamos síntomas no nos preocupáramos”.
Leonardo y Laura, oriundos de Mar del Tuyú, residen en China y tenían previsto regresar a Argentina. Ante la incertidumbre por el avance del virus y debido a que se empezaron a cancelar varios vuelos, decidieron adelantar su vuelta al país. Al llegar al aeropuerto de Beijing el pasado 24 de febrero, lo encontraron “prácticamente vacío”. “La poca gente que había andaba con máscaras”, describió y agregó que el protocolo allí incluía la firma de una declaración jurada, y tres mediciones de la temperatura con termómetros digitales o pasando por un escáner.
Desde China, el vuelo de Emirates en el que partieron incluyó varias escalas. La primera en Dubai, donde se repitieron los estrictos controles. Luego pasaron por Brasil, donde pese a que ya se había conocido la existencia de un infectado, “en Río de Janeiro no había demasiado control, solo sacaron la basura del avión”.
El periplo concluyó en Argentina el pasado 25 de febrero: “Salimos del avión, pasamos por migraciones, nos preguntaron de qué vuelo veníamos y seguimos, en Buenos Aires no había nada, ni un anuncio”, declaró Leonardo a quien le llamó la atención no haber sido inspeccionado dados sus reiterados viajes al país asiático: “Mi pasaporte tiene 10 visas de China”.
Crespo reconoció que él y su hermana “están bien, no tenemos síntomas, tenemos un riesgo muy bajo”, sin embargo cuestionó el protocolo dispuesto por el Ministerio de Salud: “Solo había un cartel que dice que si pasaste por China y tenes fiebre o tos, llames a un número de teléfono”. Por lo que Leonardo y Laura decidieron controlarse ellos mismos y alquilaron un departamento en la Ciudad de Buenos Aires donde se aislaron por decisión propia: “Somos de Mar del Tuyú pero decidimos quedarnos unos días en Capital por precaución”.
“Tratamos de aislarnos y solo salimos una vez a comprar comida, tenemos barbijos porque compramos allá. Acá no hay”, enfatizó.
Si bien no tuvieron contacto con personal del Ministerio de Salud, se comunicaron al número de contacto que figuraba en el cartel del aeropuerto y, según Leonardo, la respuesta que recibieron fue: “Si tenés un síntoma podes ir a cualquier hospital”. “Nos dijeron que como no teníamos síntomas no hacía falta que usáramos barbijos, nos sentímos subestimados, nos dijeron que no nos preocupáramos”.
“En China nos controlaban todo el tiempo y acá no nos hicieron ningún control”, denunció el abogado. “No es tan difícil tener un control de los vuelos a China”, declaró y resaltó que ellos apoyan “las acciones que se hicieron en el mundo y en especial en China, donde hay un sacrificio grande de la gente para frenar el virus".
Leonardo Crespo detalló cómo fue vivir en China mientras avanzaba la enfermedad y las restricciones para superar la epidemia. Oriundo de Mar del Tuyú, graduado de la Facultad de Derecho de Mar del Plata, Crespo se radicó en China hace más de cinco años. Se instaló en la ciudad de Foshán, al sur del país asiático, para estudiar chino y hacer una maestría en comercio internacional. Con el tiempo comenzó a trabajar en una empresa de robótica. Hace dos años se mudó a China su hermana Laura, de 35 años, junto con el novio a la ciudad de Tianjín.
Semanas atrás en el marco de los festejos por el Año Nuevo Chino “se empieza a comentar que había un nuevo virus, parecía ser una cosa local, como extranjeros no teníamos mucha información en ese momento”, contó el hombre de 30 años quien explicó que con el correr de los días supieron que la situación “era complicada y había que tener cuidado”.
El avance del coronavirus empeoraba día a día. “El 22 de enero empiezo a usar una máscara, es muy habitual que la gente use barbijos por la polución, en la farmacia te venden como máximo dos paquetes”, resaltó sobre la demanda ante la enfermedad. Al día siguiente, “el 23, el Gobierno nacional chino cerró las provincias de Hubei y Hunan; fue un antes y un después, se tomó conciencia a nivel nacional que había un virus extremadamente contagioso”.
En ese contexto, Leonardo viajó a Tianjín para encontrarse con su hermana y la pareja. “Cada día que pasaba se agravaba la situación y los controles se extremaron”. Plazas públicas vacías, centros comerciales cerrados, la desolación de un país donde al día de hoy hay 2.747 muertos por el virus. “No podías salir sin barbijo, te controlaban la temperatura y te daban un sistema de cartas para ver quién vivía en el edificio y quien podía entrar”.
Los tres argentinos, como el resto de los habitantes, permanecían en sus departamentos y casas, solo salían para comprar comida. “En el supermercado tenías que es escanear un código QR que te detecta en qué región estuviste, de dónde venías y si podías representar algún tipo de riesgo”. “Durante un mes solo salíamos para comprar comida”, agregó de su experiencia en primera persona. Las bicicletas de uso público también tienen un código QR que al escanearlo “un audio te dice que te cuides y uses barbijo”.
Mientras el gobierno chino decidió extender una semana más las vacaciones, hasta el 10 de febrero, las empresas también tomaron sus recaudos: al principio “comida individual” y luego “la gente trabajando desde su casa”. Ante casos de trabajadores infectados, “el Estado exigía cerrar la empresa”. El protocolo que vive la sociedad china incluye controles no solo en aeropuertos, y en el trabajo, incluye comercios y universidades, informó el abogado.
Pese al dramatismo de la situación, para Leonardo “todas las medidas drásticas que se tomaron generaron mayor tranquilidad, las tasas se están achicando, y hay provincias sin nuevos contagios”. En efecto, el coronavirus dejó este jueves en China 327 nuevos casos confirmados y 44 muertes más lo que totalizan 2.788 muertos y 78.824 infectados a nivel mundial desde que empezó la epidemia, lo que significa una caída del 24,5% con respecto a los registros del día anterior, informaron las autoridades chinas.
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