Coreógrafos en primer plano
"Soñando por bailar" Los coaches que entrenan a los participantes lamentan que a esos jóvenes les interese más conseguir fama que aprender técnicas de danza.
Y un día, los profes dieron un paso al frente. Es que a pesar de que son profesionales reconocidos en el ambiente y hace rato que tienen pantalla con Marcelo Tinelli, el reality Soñando por bailar (El Trece) los puso en primer plano. Cada tarde, dentro del esquema de Este es el show (El Trece, a las 14.30), Gustavo Bertuol, Vanesa García Millán, Darío Dorzi, Romina Propato y Mariano Botindari dejan el alma en una ardua tarea: enseñarles a bailar a los participantes -en la mayoría de los casos jamás tomaron una clase de danza-, que mientras conviven en una isla de Tigre sueñan con participar en " Bailando por un sueño" para que "la magia" de Marcelo Tinelli los convierta en famosos.
Cada coach coincide en que les gusta el reconocimiento que les da el ciclo y en el hecho de que se ponga a los coaches y a la danza en un primerísimo plano. Sin embargo, Bertuol duda: "Estoy contento, cansado y preocupado. Todos tenemos muchos años de trayectoria y el otro día, por ejemplo, me quedé mal porque Marcelo Polino nos desacreditó. Tengo 44 años, y muchos de ellos los viví como bailarín y coreógrafo: trabajé con Moria, con Susana... No busco constantemente la cámara. Pero es cierto que las clases dan muy buen rating. La exposición genera algunas envidias... ".
"Yo soy contenedora, me sale naturalmente, no estoy en pose por la cámara", le dice a Clarín Propato, que suele ser la más conciliadora de los coaches. Y sigue: "Entiendo que además de las dificultades que tienen los participantes para coordinar, tienen que memorizar los pasos, manejar el cuerpo... Muchas cosas a la vez". Según ella (que fue coach de Flavio Mendoza), hasta el momento mostraron un poco más de habilidad los varones que las mujeres.
Dorzi cuenta que hace seis años que participa en " Bailando..." y que es muy distinto preparar a estos chicos que a los famosos que no saben bailar. "Todo el mundo puede bailar. La gran diferencia es que, fuera de que siempre llegan tarde (se ríe), los famosos son más disciplinados. Estos chicos saben que van a salir del reality y van a ser conocidos. Es arduo enseñarles. Da un poco de bronca que más que aprender a bailar, la mayoría busca ser conocido".
Para García Millán, las cosas, con el paso del tiempo, se están simplificando. "Es más fácil trabajar desde el entusiasmo que va creciendo entre los que quedan. Además, nadie quiere hacer papelones bailando, menos delante de una cámara". Ella fue coach de dos modelos a las que les fue muy bien en su paso por la pista de Tinelli: Sofía Zámolo y Rocío Guirao Díaz. "En los dos programas pasa que al principio quieren mostrarse ellos, o hacer un personaje. Pero yo les digo que tengan cuidado, porque a la gente le gusta divertirse, pero al final, eligen a los que ven bailar bien".
El grupo de coaches está coordinado por Lolo Rossi y Hugo Avila. Ellos son los que deciden qué ritmos se van a bailar, qué músicas se van a usar. Y, a veces, también son quienes ponen paños fríos. Así pasó hace pocos días, cuando Botindari se enojó feo con uno de los participantes. "Explotó porque se tuvo que bancar muchas. El es pasional. Y yo lo apoyé. Le pedí que pase las cosas por la mente antes de actuar, que relaje. Pero estas cosas pasan también en " Bailando...
", sobre todo a partir de octubre, cuando ya están cansados y doloridos. Me acuerdo, por ejemplo, cuando Carolina Baldini pidió cambio de coach, o cuando el año pasado tuvimos que interceder entre Silvina Escudero, Nicolás Scillama y Nazarena Malla. El trío tenía problemas, pero los superaron". ¿Si el temperamento de los coaches suma? "Por supuesto. Ellos son capaces de hacer mover a una piedra". Tiene razón.