Conseguir billetes volvió a ser una pesadilla en la Costa y la Ciudad
De 13 cajeros en Pinamar, funcionaban sólo tres. En Córdoba también se complicó.
La locura de los cajeros se puso ojotas y malla. En una carrera contra reloj, ayer, los turistas se anotaron en una viaje frenético para hallar efectivo. Los de Miramar fueron a Mar del Plata, los de Mar del Plata a Pinamar, los de Pinamar a Valeria del Mar. Y otra vez volver a empezar. Desorientados y fastidiados, los autos iban y venían para encontrase siempre con el mismo letrero –“Disculpe las molestias, por el momento este cajero no entrega dinero”– o con colas de entre 15 y 25 personas. Ayer, de los trece cajeros que hay en Pinamar, sólo tres –todos del Bapro– tenían plata. Pero llevársela tampoco era fácil. Primero había que aguantar una cola de 25 personas y luego encomendarse a todos los santos para que el efectivo no se acabara antes del turno. A diferencia de lo que ocurrió el viernes, cuando los principales perjudicados fueron los empleados estatales que intentaron cobrar sus sueldos en los bancos públicos, ayer, la falta de billetes empezó a notarse también en los cajeros privados y fue obvia en los centros de veraneo, donde la demanda de billetes es alta.
Casi como zombies, en la ciudad de Buenos Aires, los porteños deambularon con el cemento pegado a la suela para tratar de encontrar plata. El panorama no era muy diferente del día anterior, cuando desde el Banco Central se decidió reforzar el operativo de recarga de dinero. Ayer, ya no hubo colas interminables ni clientes al borde de un ataque. Pero conseguir dinero volvió a ser una odisea. Clarín recorrió varios cajeros del centro porteño y de diez, sólo la sucursal del Galicia, en Belgrano y Bernardo de Irigoyen, tenía billetes. “No hay plata”, escribió alguien sobre un papel en el Nación de Bernardo de Irigoyen al 1000. A veinte metros, en el Provincia, tuvieron la gentileza de colocar un cartel en castellano e inglés, anticipando también a los turistas que los cajeros estaban fuera de servicio.
En la Costa, Laura, 43 años, vecina de Pinamar, fue una de las clientes pacientes que hizo la cola en el Provincia de Avenida Shaw y Constitución: “Esto es una vergüenza, encima tenés que soportar una cola interminable bajo el sol”, se quejaba. Desde la intendencia culparon a los turistas ajenos que llegan a la ciudad sólo para sacar plata. “Hemos hecho una encuesta en todos los cajeros de Pinamar, Cariló y Valeria del Mar y pudimos determinar que más del 50 por ciento de la gente que está retirando plata vino desde Villa Gesell, Mar del Plata y otros ciudades balnearias”, le dijo a Clarín el subsecretario de gobierno de Pinamar, Juan José Rodríguez. Por lo pronto, el problema parece no tener fecha de vencimiento. Los que se fueron de vacaciones a Córdoba también la pasaron mal.
En Villa Carlos Paz, las colas en los cajeros superaban por varios cuerpos a las de los restaurantes. Pese a que el viernes el Banco de Córdoba cargó 70 millones de pesos en los cajeros automáticos de la Capital y los principales centros turísticos, la falta de plata continúa y el gobernador Juan Schiaretti se quejó de que el Banco Central sólo le envió el 30 por ciento del dinero que le corresponde a la provincia . A pesar del operativo montado desde el Central, los bancos siguieron trabajando con dificultades.
En La Plata, los cajeros operaban con restricciones y sólo entregaban una parte del dinero disponible de cada cliente –por ejemplo, si eran 2.000 sólo se podían retirar 1.500– y en Córdoba el panorama fue peor para casi todos los cajeros Link: algunos bancos pusieron topes de 500 pesos por extracción mientras que otros sólo entregaban plata a sus clientes.
Casi como zombies, en la ciudad de Buenos Aires, los porteños deambularon con el cemento pegado a la suela para tratar de encontrar plata. El panorama no era muy diferente del día anterior, cuando desde el Banco Central se decidió reforzar el operativo de recarga de dinero. Ayer, ya no hubo colas interminables ni clientes al borde de un ataque. Pero conseguir dinero volvió a ser una odisea. Clarín recorrió varios cajeros del centro porteño y de diez, sólo la sucursal del Galicia, en Belgrano y Bernardo de Irigoyen, tenía billetes. “No hay plata”, escribió alguien sobre un papel en el Nación de Bernardo de Irigoyen al 1000. A veinte metros, en el Provincia, tuvieron la gentileza de colocar un cartel en castellano e inglés, anticipando también a los turistas que los cajeros estaban fuera de servicio.
En la Costa, Laura, 43 años, vecina de Pinamar, fue una de las clientes pacientes que hizo la cola en el Provincia de Avenida Shaw y Constitución: “Esto es una vergüenza, encima tenés que soportar una cola interminable bajo el sol”, se quejaba. Desde la intendencia culparon a los turistas ajenos que llegan a la ciudad sólo para sacar plata. “Hemos hecho una encuesta en todos los cajeros de Pinamar, Cariló y Valeria del Mar y pudimos determinar que más del 50 por ciento de la gente que está retirando plata vino desde Villa Gesell, Mar del Plata y otros ciudades balnearias”, le dijo a Clarín el subsecretario de gobierno de Pinamar, Juan José Rodríguez. Por lo pronto, el problema parece no tener fecha de vencimiento. Los que se fueron de vacaciones a Córdoba también la pasaron mal.
En Villa Carlos Paz, las colas en los cajeros superaban por varios cuerpos a las de los restaurantes. Pese a que el viernes el Banco de Córdoba cargó 70 millones de pesos en los cajeros automáticos de la Capital y los principales centros turísticos, la falta de plata continúa y el gobernador Juan Schiaretti se quejó de que el Banco Central sólo le envió el 30 por ciento del dinero que le corresponde a la provincia . A pesar del operativo montado desde el Central, los bancos siguieron trabajando con dificultades.
En La Plata, los cajeros operaban con restricciones y sólo entregaban una parte del dinero disponible de cada cliente –por ejemplo, si eran 2.000 sólo se podían retirar 1.500– y en Córdoba el panorama fue peor para casi todos los cajeros Link: algunos bancos pusieron topes de 500 pesos por extracción mientras que otros sólo entregaban plata a sus clientes.