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Confiesan que Oyarbide manipuló una pericia clave para cerrar la causa por enriquecimiento ilícito contra los Kirchner

El histórico contador del ex matrimonio presidencial declaró como arrepentido ante el fiscal Carlos Stornelli.

Víctor Manzanares, el histórico contador del matrimonio Kirchner, reveló ante el fiscal Carlos Stornelli que el ex juez Norberto Oyarbide manipuló la pericia que le permitió sobreseer a Néstor y Cristina Kirchner, pese a que registraron un incremento patrimonial de 158 por ciento sólo en 2008. Relató cómo el entonces juez le dio instrucciones sobre cómo debía hacer la pericia de la defensa.

Esa pericia fue usada luego por Oyarbide para firmar la declaración inocencia de los Kirchner pese a la millonaria fortuna que reportaban, dijeron a Infobae fuentes judiciales. Manzanares fue por más: aseguró que Daniel Muñoz, su esposa Carolina Pochetti y sus testaferros movieron mucho más dinero que los 70 millones de dólares que se detectaron a través de 16 inmuebles en Nueva York y Miami.

"Dio detalles de más inversiones, más sociedades y mucho más dinero del que tenían en la mira hasta ahora los investigadores", señalaron las fuentes consultadas. Se trata de parte del aporte que hizo Manzanares en su declaración como imputado-colaborador, que fue firmada anoche con el fiscal Stornelli y que aún debe ser homologada por el juez Claudio Bonadio. Manzanares no es cualquier personaje a la hora de arrepentirse en la causa de los cuadernos.

Manejó los números de la familia Kirchner al detalle desde Santa Cruz, tanto cuando vivían en la provincia como cuando pasaron a ocupar la Casa Rosada entre 2003 y 2015.Está preso desde julio de 2017 por orden del juez Bonadio en la causa Los Sauces porque habría ordenado depositar dinero en cuentas que no estaban reportadas al juzgado y así generó sospechas sobre su intento de manipular el dinero fuera de los embargos.

Está imputado en la megacausa de los cuadernos de la corrupción, a través del capítulo que analiza los 70 millones de dólares que lavó Muñoz y sus testaferros a través de la compra de 16 de propiedades en Miami y Nueva York que, luego, se apuró a vender para intentar eliminar la ruta del dinero. Lo hizo a través de un enjambre de sociedades. En una de esas sociedades, que no intervino en operaciones en Estados Unidos pero sí en Argentina, aparece Manzanares. Muñoz y Manzanares se conocían del estudio contable que el padre de Manzanares tenía en Río Gallegos.

Aunque todavía su declaración permanece bajo reserva porque hasta no ser homologada por el juez no integra aún la causa, Manzanares habló durante seis horas el martes y once horas el jueves. Sus abogados defensores, Roberto Herrera y Alejandro Baldini, consiguieron que el fiscal Stornelli aceptara a Manzanares entre la lista de los acuerdos de imputados-colaboradores. Al término de las audiencias, festejaron como si tratase de una tarea titánica.

Es que ya habían intentado una gestión similar a fin del año pasado pero los aportes de Manzanares no sirvieron. Ahora, fueron con la decisión de aportar más información. Habrá que ver si sus aportes pasan las exigencias del juez Bonadio. Por lo pronto, las fuentes señalaron a Infobae que Manzanares habló de la plata de Muñoz. Pero habló de "mucho más dinero", no solo de los 70 millones que la fiscalía tiene detectado en Estados Unidos.

"Dio una descripción pormenorizada de los fondos inyectados por Muñoz en distintas inversiones inmobiliarias, petroleras, farmacéuticas, agropecuarias y aeronáticas que no aparecían hasta ahora en la causa", señalaron las fuentes. Relató en forma detallada cómo se hacían el traslado de fondos para lavar el dinero y aportó los nombres de tres sociedades hasta ahora desconocidas en la causa, que no aparecían en el entramado investigado en el expediente, se añadió.

El enriquecimiento de los Kirchner, Oyarbide y una pericia bajo sospecha

Según aseguraron a Infobae fuentes del caso, Manzanares detalló reuniones que Oyarbide habría encabezado con él, un perito oficial y otras personas en donde le dio a él, contador del matrimonio presidencial, "instrucciones" sobre elaborar la pericia de la defensa que terminó con el sobreseimiento de los ex Presidentes.

Curiosamente, Oyarbide reveló cómo le "apretaban el cogote" para "sacar" la causa de los Kirchner, aquella escandalosa resolución en la que sobreseyó en tiempo exprés al matrimonio presidencial. Fue cuando estuvo imputado en la causa de los cuadernos porque aparecía en los cuadernos de Oscar Centeno: Bonadio lo procesó como miembro de la banda, pero la Cámara Federal dispuso la falta de mérito. Precisamente, el Gobierno intenta reabrir la investigación por enriquecimiento ilícito que se cerró en favor de la ex presidente Cristina Kirchner. Reclamó que se aplique el criterio de "cosa juzgada irrita", que cuestiona los sobreseimientos fraudulentos.

La presentación la hizo la Unidad de Información Financiera, en busca de que la Sala 1 de la Cámara Federal acepte al organismo como parte querellante y, así, revise la reapertura de la causa que cerró Oyarbide

Los Kirchner ya habían sido investigados por enriquecimiento ilícito en otros dos periodos y también fueron sobreseídos. La primera abarcó el período 1995-2004 y fue cerrada en 2005 por el juez Julián Ercolini. La segunda analizó la variación patrimonial entre 2005 y 2007 y fue archivada en 2008 por el juez Rodolfo Canicoba Corral. Pero el expediente de Oyarbide fue el que más revuelo provocó porque el incremento de los bienes del matrimonio Kirchner fue abrumador: 158 por ciento solo en un año. Saltaron de un patrimonio neto de 17.824.941 pesos en 2007 a la suma reportada de 46.036.711 pesos un año después.

Luego de recibir el peritaje que realizó el Cuerpo de Peritos Contadores de la Corte Suprema, el magistrado concluyó que la Presidenta y su esposo "no cometieron delitos" a la hora de justificar el incremento de su patrimonio. En el descargo que presentó el contador Manzanares, la diferencia patrimonial entre 2007 y 2008 aparecía vinculada especialmente con la venta de 14 propiedades y terrenos, el cobro de alquileres de inmuebles -lo que incluye dos hoteles que los Kirchner tienen en El Calafate: Los Sauces y Alto Calafate- y a la percepción de elevados intereses en depósitos bancarios.