Condenaron a violador a 30 años de prisión
Marcelo Angel Fasano fue condenado hoy a 30 años de prisión por haber violado a cinco mujeres tras ingresar a los departamentos de las víctimas en las localidades de Martínez, Olivos y San Isidro, en 1998 y 1999.
Un hombre fue condenado hoy a 30 años de prisión por violar entre 1998 y 1999 a cuatro mujeres, a una de ellas dos veces en diez días, en la zona norte del Gran Buenos Aires, durante ataques cometidos bajo la modalidad "hombre araña" y seguidos de robo, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Marcelo Ángel Fasano (37), a quien el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de San Isidro, en un fallo unánime, consideró autor de los delitos de "abuso sexual con acceso carnal reiterado, robo agravado por escalamiento reiterado" y uno de ellos por "la utilización de arma blanca".
Los jueces Raúl Alberto Neu, Mario Eduardo Kohan y Ezequiel Igarzábal le atribuyeron al ahora condenado cinco hechos cometidos entre noviembre de 1998 y abril de 1999, en domicilios ubicados en las localidades de Olivos, Martínez, San Isidro y San Fernando, en el norte del conurbano bonaerense.
En el último de los lugares mencionados, la misma mujer fue violada dos veces por el mismo hombre y con apenas diez días de diferencia entre un ataque y el otro.
Durante el debate oral quedó probado que todos los casos fueron cometidos con la misma modalidad: el violador escalaba e irrumpía en departamentos del primer y segundo piso, siempre entre las 2 y las 3, mientras las víctimas dormían.
El atacante sorprendía a las mujeres, las ataba de pies y manos, y les vendaba los ojos para que no lo vieran, tras lo cuál elegía de los cajones la ropa interior que debían colocarse sus víctimas para la violación.
De acuerdo a las mujeres atacadas, el violador siempre tenía olor a tabaco o fumaba delante de ellas y para tranquilizarlas pronunciaba una frase mentirosa: "no soy violador, soy ladrón".
Entre las pruebas tenidas en cuenta por el tribunal para condenar a Fasano, quien continuará detenido en el penal de Marcos Paz, estuvieron un reconocimiento por un tatuaje en su cuerpo, otro por la individualización de su voz y un cotejo de ADN positivo.
En los alegatos de la semana pasada, uno de los dos fiscales de juicio, Patricio Ferrari, había pedido que Fasano, conocido también como "Anguila", reciba una pena de 37 años y 6 meses de prisión.
Como agravantes, el fiscal destacó la "nocturnidad" en la que se cometieron los abusos y "los daños psicológicos" provocados a las víctimas, dijeron los informantes.
Por su parte, el defensor oficial Carlos Aquino había pedido la absolución de Fasano por el beneficio de la duda y, subsidiariamente, que le apliquen una pena menor a la solicitada por la fiscalía.
El defensor se había basado en que una pena tan elevada sólo era aplicable en delitos contra la democracia, por lo que consideró que en este caso el máximo no podía superar los 25 años de prisión.
En tanto, apenas se conoció el veredicto condenatorio, los familiares de las víctimas que estuvieron presentes en la sala del entrepiso de los Tribunales de San Isidro, situados en Ituzaingó 340, insultaron al condenado y luego se retiraron sin hacer declaraciones a la prensa.
Por su parte, el otro fiscal de juicio, Eduardo Rodríguez, expresó su satisfacción por el veredicto y agradeció a las víctimas por tener "la valentía de venir a declarar".
El fiscal dijo también que a Fasano se lo investiga por otros seis casos cometidos en el norte del conurbano, por los que será indagado el jueves próximo, y que, además, tiene un juicio pendiente en Capital Federal por otros 16 abusos sexuales.
De acuerdo a la investigación, el imputado cometió los ataques en dos períodos distintos: entre 1995 y 2001, y entre 2007 (cuando salió de prisión tras cumplir una condena por otros hechos) y 2009.
Los detectives de la División Delitos contra la Salud de la Policía Federal sospechan que en esos períodos Fasano violó a por lo menos 51 mujeres en 42 hechos distintos, ya que en algunas oportunidades atacó a dos y hasta a tres mujeres en forma simultánea.
Finalmente, Fasano volvió a quedar detenido el 28 de agosto de 2009, en su casa del partido bonaerense de Escobar, donde convivía con su esposa, una mujer policía que en ese entonces estaba embarazada.
Uno de los elementos para identificarlo y localizarlo fue un teléfono celular que el 8 de enero de ese año le robó a la última víctima, una estudiante belga que vivía en Guatemala al 6000 del barrio porteño de Palermo Hollywood.