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Condenaron a Fiat y una concesionaria a indemnizar a una cliente por venderle un vehículo con falla sin solución

Una mujer que adquirió una Fiat Toro con un plan de ahorro deberá ser indemnizada por la automotriz y una concesionaria en Córdoba, tras comprobarse que el vehículo presentaba una falla mecánica sin solución. Además, la Justicia ordenó que la empresa le compense con 21 canastas básicas por el daño moral ocasionado.


El juez civil y comercial de la 41ª Nominación de la ciudad de Córdoba, Roberto Lautaro Cornet, ordenó a la automotriz Fiat (FCA) y a la concesionaria Motcor indemnizar a la titular de un plan de ahorro por daño moral, debido a que adquirió una Fiat Toro con una "falla sin solución". Además, se dispuso que la empresa italiana le compense con 21 canastas básicas.

La demandante, María Inés Virginia Martínez Choque, relató que en 2017 decidió cambiar su auto usado por un vehículo nuevo y abonó $456.241 a Motcor como parte del contrato. Explicó que ni Fiat ni la concesionaria le proporcionaron información sobre las características esenciales del vehículo, especialmente sobre el manejo requerido para la Toro Freedom con caja manual.

A través de sus abogados, Rodolfo Horacio De Ferrari Rueda y María Cecilia Di Giusto, la demandante alegó que nunca se le informó que la Toro estaba equipada con un filtro de partículas DPF, ni se le ofreció previamente el manual de operaciones del vehículo para entender su funcionamiento. Resaltó que dicho manual era escueto en cuanto a la información sobre el filtro, y que el manual complementario solo se entregó después del recall (llamado a revisión).

Martínez Choque señaló que nadie le advirtió que el vehículo debía ser conducido de una manera diferente a lo habitual para un 0 km, en particular que no debía utilizarse en trayectos cortos para evitar problemas con el sistema de filtro DPF, ya que el motor no alcanzaba la temperatura adecuada, dañando así el filtro.

Además, afirmó que tanto la fábrica como la concesionaria omitieron informarle que el proceso de regeneración del filtro toma entre 15 y 20 minutos o más, y que no se puede interrumpir. Para completar la regeneración, es necesario mantener el vehículo encendido y a unas 2.000 o 2.500 revoluciones, siendo recomendable circular por la ruta a una velocidad mínima de 60 km/h durante ese tiempo para que el motor alcance la temperatura necesaria.

La demandante agregó que las complicaciones surgían principalmente en trayectos cortos en la ciudad, el uso para el cual había adquirido el vehículo. Además, remarcó que, a pesar de la publicidad de Fiat, el vehículo no era apto para uso urbano.

Explicó que la obligación de destinar 15 o 20 minutos o más para la regeneración del filtro, sin poder apagar el motor y manteniendo las revoluciones altas, la ponía en situaciones difíciles cada vez que se encendía el testigo de advertencia, como decidir entre completar la regeneración o cumplir con compromisos laborales o familiares.

Martínez Choque señaló que, según un video presentado como prueba, el vehículo había tenido 123 procesos de regeneración, de los cuales solo 63 fueron exitosos. Esto implicaba un total de 1.260 minutos dedicados a esperar la regeneración, equivalente a un día completo.

A esto se sumaba el tiempo invertido en llevar el vehículo a Motcor, solicitar turnos y esperar la realización de trabajos, ya que luego del recall, la demandante descubrió que el aceite debía cambiarse no solo por los kilómetros recorridos, sino también por las consecuencias de la regeneración del filtro.

Y enumeró otros problemas que adujo: usar un solo tipo de gasoil y que la regeneración del filtro tiene incidencias directas sobre el sistema eléctrico, etc. Y que lo más grave era que nadie le había informado que ese proceso de regeneración del filtro DPF (antes del recall) sucedía en forma silenciosa en la Fiat Toro Freedom caja manual, sin ningún tipo de testigo del rodado que avisara del proceso, por lo que, ese proceso se iniciaba constantemente sin el conocimiento del conductor, razón por la cual si éste apagaba el motor el proceso de regeneración se suspendía y el paso de gasoil al aceite del motor resultaba inevitable.

Agregó que si se suspendía el proceso, por desconocimiento, al encender el vehículo el proceso comenzaba de nuevo, y si el auto era apagado nuevamente sin saberlo, se volvía a interrumpir y cada vez que ello sucedía, pasaba gasoil al aceite.

Condena a Fiat y Motcor

El juez afirmó que el vehículo del modelo que adquirió la mujer presentó “una falla estructura que no tiene solución”; dijo que se había producido un “incumplimiento del deber de información y publicidad confusa e insuficiente en las instancias previas a la adquisición del vehículo”; y que se constató el daño moral.

“Respecto al daño moral reclamado, el cual se deriva de un incumplimiento de las demandadas acaecido en el marco de un contrato de consumo, al no haber informado debidamente a la actora, las características propias del producto que adquiría, induciéndola incurrir en un error esencial, entiendo que su resarcimiento es procedente”, indicó.

En consecuencia, el magistrado hizo lugar a la demanda y declaró la nulidad del contrato celebrado mediante la solicitud de adhesión al sistema de plan de ahorro previo y del contrato de compraventa.

Condenó a las empresas para que, de forma solidaria, recompraran el vehículo a la mujer y le abonaran el daño moral. Y en el caso de Fiat, la condenó, exclusivamente, a pagarle 21 canastas básicas en concepto de daño punitivo al tiempo que quede firme la sentencia.

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