Condena popular a exorcista
La escandalosa historia inspiró el guión de una película galardonada en Cannes.
Una medida popular volvió a la palestra el lamentable y célebre caso conocido como "el exorcismo de Tanacu". El Padre Daniel Corogeanu, exorcista de 33 años, fue expulsado de la ciudad por los indignados pobladores de la comuna de Zăpodeni en Vaslui County, Rumania. ¿Los motivos? El religioso planeaba regresar al monasterio tras ser liberado de la cárcel por una controvertida reducción de su pena.
El exorcismo de Tanacu
El Pde. Corogeanu, de la Iglesia Ortodoxa Romana, en 2007 había sido condenado a 14 años de prisión por ser el principal responsable de la muerte de la monja Maricica Irina Cornici, de 23 años. El cura, dos años antes y con la ayuda de cuatro monjas del Convento Santa Trinidad de Tanacu (noreste de Rumania), había realizado un ritual de exorcismo que incluyó la crucifixión de la joven víctima que padecía esquizofrenia, y a quien encadenaron a una cruz improvisada durante tres días y sin proveerle agua ni comida.
Maricica tenía un diagnóstico psiquiátrico de su enfermedad, pero el sacerdote lo ignoró y estaba convencido de que ella estaba poseída por Satán. "No se le puede sacar el Demonio a la gente con pastillas", declaró luego en su defensa [The New York Times, 05-07-2005]. Fue así que la sometió al cruel exorcismo con total decisión y con la colaboración de las otras religiosas (Nicoleta Sofia Arcălianu, Adina Lucia Cepreaga, Simona Bârdănaş y Elena Oţel) que fueron condenadas a cinco y seis años de prisión.
Crueldad en nombre de Dios
Primero la ataron de pies y manos y la encerraron en su habitación mientras celebraban el "Día de la Ascensión". Unos días más tarde, la encadenaron a una cruz con los brazos extendidos y la llevaron a la iglesia. Su frente y muñecas eran ungidas con óleo santo y la mantuvieron en la iglesia durante tres días. También le pusieron una toalla en la boca para que dejara de maldecir y oraban para expulsarle el demonio mientras le humedecían los labios con agua bendita.
Luego volvieron a llevarla a su habitación y le sacaron las cadenas porque, según Corogeanu, ya se había "curado". Cuando las monjas no podían despertarla y notaron que Cornici tenía el pulso débil, decidieron pedir una ambulancia. Pero ya era tarde, fue trasladada y llegó al hospital sin vida. Finalmente la autopsia reveló que la joven murió por deshidratación, agotamiento y falta de oxígeno.
Durante el juicio Corogeanu se defendió diciendo que su mayor error fue haber pedido una ambulancia cuando la monjita dejó de moverse durante el proceso del exorcismo. Señaló que si los paramédicos no le hubiesen inyectado adrenalina, ella ahora estaría con vida porque es normal que la gente poseída se desmaye cuando el exorcismo está finalizando.
La notoriedad del caso fue fuente de inspiración para el film dramático "Beyond the Hills", dirigido por Cristian Mungiu y premiado como mejor guión en el Festival de Cannes 2012. Las protagonistas, Cristina Flutur y Cosmina Stratan, fueron distinguidas con el premio a mejor actrices. La película estuvo basada en la exitosa novela de no-ficción "Spovedanie la Tanacu" (2006) de Tatiana Niculescu Bran, cuyo libro también fue llevado a las tablas con el mismo título.
Sin duda fue uno de los casos más escandalosos que conmovió a la sociedad rumana y con una amplia cobertura periodística local que continuó por años y con trascendencia internacional. La indignación de la gente ya se había instalado cuando, en Noviembre de 2011, el Pde. Corogeanu obtuvo una libertad anticipada por buen comportamiento tras cumplir sólo dos tercios de su condena. Y ahora el tema explotó porque pretendía reabrir el monasterio en memoria de la monja Cornici. Vaya caradurismo. Lo concreto es que los aldeanos no olvidan ni perdonan y lo expulsaron como a una rata. El exorcista terminó instalándose en una cabaña que se niega a abandonar, según declaró un funcionario local [Croatian Times, 15-07-2014].
Delirio con apoyo oficial
Pocos días antes que este criminal fuera rechazado por su pueblo, desde la Santa Sede del Vaticano llegaba la noticia del reconocimiento jurídico de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE).
Este grupo, estrictamente restringido a los curas católicos romanos, fue fundado en 1990 por seis sacerdotes, entre ellos el sacerdote italiano Gabriele Amorth, quien presidió la asociación hasta el año 2000 y se jacta de tener en su haber cerca de 160.000 exorcismos.
Dicha asociación cuenta actualmente con 250 miembros en 30 países y seguramente se incrementará con la venia del Vaticano que le concedió la personería jurídica de asociación internacional de fieles, en base al art. 322.1 del Código de Derecho Canónico.
Los "quita diablos" están rechochos y brindan con agua bendita. "La aprobación de la Santa Sede es una alegría no sólo para nuestra asociación sino para la Iglesia en su conjunto. Esperamos que más sacerdotes se den cuenta de la existencia de esta realidad dramática, que es a menudo ignorada o subestimada. El exorcismo beneficia a las personas que están sufriendo, e indudablemente es una obra de misericordia corporal y espiritual", declaró del cura exorcista Francesco Bamonte al L'Osservatore Romano, periódico oficial del Vaticano.
¿Beneficia a las personas, obra de misericordia? Así de misericordioso fue el cura ortodoxo Corogeanu con la monjita Cornici que flor de "beneficio" obtuvo: el eterno descanso.
Pensar que el Padre Carlos Mancuso, exorcista católico argentino de La Plata, decía algo similar a Corogeanu para seguir justificando sus prácticas de exorcismo a diestra y siniestra: "El Demonio no se va con Halopidol" [28-05-2000]
Misericordia japonesa
Hace pocos meses alertaba en una nota sobre "esta gran locura alimentada desde una creencia religiosa" y "los irracionales temores ante el poder de Lucifer." La información anterior es una clara muestra de eso y las consecuencias también se extienden a personas que no están necesariamente amparadas en la representatividad de una religión oficial.
Así es como la historia se repite con otro caso fatal que reportó la autoridad policial de Kumamoto, en Japón. Rie Fukuda, de 51 años, fue sometida a una sesión de exorcismo en la que fue obligada a beber tal cantidad de agua que terminaron provocándole la muerte.
El esposo Kousa Fukuda, profesor universitario de 52 años, estaba convencido de que su mujer estaba poseída por el demonio y recurrió a los servicios de Eiko Noda, una vieja exorcista profesional de 81 años, y su asistente Keiko Kitayama de 77. El "trío galleta" fue detenido pero a Rie nadie le devolverá la vida [Noticias Nippon, 04-07-14]
Y bien, todo indica que poco se ha adelantado en este asunto y así seguiremos contando víctimas. En la medida que esta ridícula práctica no se considere como lo que realmente es, nada cambiará. No me cansaré de repetirlo: EXORCISMO = EJERCICIO ILEGAL DE LA MEDICINA.