Con un fallo polémico Narváez logró retener su título mundial
El "Huracán" argentino venció al mexicano Orucuta y por séptima vez se quedó con el cinturón de campeón.
Ayer por la noche el chubutense Omar Narváez defendió por séptima vez su título superligero de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) al derrotar por puntos al mexicano Felipe "Gallito" Orucuta, en el mítico Luna Park.
Las tarjetas de los jueces arrojaron un marcador de 118-110 para Orucuta (el estadounidense Roark Young), 115-113 para Narváez (William Lerch, EEUU) y 115-113 para el "Hucarán de Trelew" (según el puertorriqueño Roberto Torres).
De esta forma, Narváez (que estiró su récord a 39 victorias, 20 KO, una derrota y dos empates) consiguió defender con éxito una vez más su cinturón ante el número 1 del ránking mundial, que hizo una decorosa actuación y complicó en varios tramos al argentino.
Pero como explicó el chubutense tras el combate, todavía sobre el ring side del Luna Park, Orucuta (27-2-0/23 KO) "no parecía tan peligroso de entrada", pero con el correr de los rounds se asentó.
"Cuando calentó el cuerpo se hizo más áspera la cosa, pero con la experiencia y la inteligencia de tantos años lo pude ganar. Estoy orgulloso de ser argentino", aseguró Narváez, que se llevó por novena vez una ovación del mítico estadio de Puerto Madero.
El "Huracán" también evidenció su desacuerdo con el juez estadounidense Roark Young, quien dio como ganador a Orucuta por ocho puntos de diferencia.
"No sé qué vio, con todo respeto, el de 118-110, las otras dos creo que fueron lo más justo. Primero hay que leer el rival, tengo mucha experiencia, mis peleas se empiezan a ver del sexto round para arriba", explicó.
Y esa definición fue el fiel reflejo de lo que ocurrió en un Luna Park que si bien no lució completo, contó con más de ocho mil personas que deliraron una vez más al ritmo de Narváez.
Después de un inicio de puro estudio, Narváez encontró la fórmula con mucho movimiento para evitar quedar como blanco de los potentes rectos del mexicano.
Los diez centímetros de diferencia en la estatura a favor de "Gallito" Orucuta, entrenado por el legendario Ignacio Beristain, no se notaban en la distancia larga, ya que rara vez pudo encontrar mal parado a Narváez.
El mexicano, que venía de nueve triunfos consecutivos antes del límite, pareció encontrar su momento a partir del quinto asalto, donde le tomó el tiempo a la movilidad de Narváez, que sintió los impactos de su retador.
En el sexto, el "Huracán" se recuperó rápido con un recto de derecha en jab que entró limpio en el centro del rostro de Orucuta y cerró con una rápida combinación para recuperar la diferencia.
A partir de ese momento, Narváez tiró toda su experiencia encima y empezó a manejar completamente los tiempos de la pelea, con claros contragolpes ante la desesperación de su rival por descontar el marcador.
Orucuta expuso todo su repertorio de golpes pero no le alcanzó para quedarse con el título OMB supermosca, que sigue perteneciendo al "Huracán" argentino, que sumó la defensa número 24 de su carrera -ya tenía 17 como campeón mosca de la OMB- y quedó a sólo una del récord del legendario pesado estadounidense Joe Louis.