"Con Sofía y Victoria, soy una mama koala"
Desde pequeña soñó con convertirse en mamá. Por esa razón, Carolina Prat (38) dice que apenas sus ojos se cruzaron con los de Guillermo Andino (45), su corazón le señaló que él era el hombre con el que concretaría su gran anhelo.
Nota extraída de la revista "Caras"
En el ‘95 se casaron y ya cumplieron 17 años de amor. Un amor que se fortaleció con la llegada de Sofía (11) y Victoria (5). Y una mamá que, ante el primer embarazo no dudó en dejar la televisión —conducía el ciclo El Garage— para dedicarse full time a su familia. El hogar que la familia Andino conforma en la zona de Martínez, que fue bautizada como "La Casa de los Suspiros", es amplia, luminosa, cálida. Con grandes ventanales que miran al parque y a la piscina. Con la armonía que logra la conjunción de la piedra, el verde, el agua y los géneros blancos. En ese mágico entorno, las tres mujercitas de la casa no desentonan. "Caro", "Sofi" y "Vicky" combinan la pureza de la arquitectura con la sencillez de su impecable look: jeans y camisetas blancas. Las tres son bellas y cuando están juntas se mimetizan, se confunden y se unen en abrazos, carcajadas y amor.
"En su momento, no dudé en dejar todo para dedicarme por completo a criar a mis hijas. Porque cuando ví a Guillermo supe que él iba a ser el padre de mis hijos. Y jamás me arrepentí de haber tomado aquella decisión. Fue la más acertada. Disfruto inmensamente el tiempo que paso con mis hijas.
Yo soy una mamá koala; me encanta tener a mis hijas encima todo el tiempo. Porque siempre pensé que se va muy rápido la etapa en la que los chicos aprenden y ven todo por primera vez. Por eso creo que es fundamental que una mamá, si puede hacerlo, esté junto a sus hijos en ese momento.
Después no podés recuperar ese tiempo si te lo perdiste. Por eso no cambio esa experiencia por ninguna otra", asegura Carolina con una inmensa sonrisa de satisfacción.
Y, cuando transcurrieron doce años de aquella decisión, la confesa "fierrera", artista plástica y conductora, tomó la determinación de regresar a su "primer amor". Y así volvió a hacerse cargo de la conducción de "El Garage", en el 13.
"Sentí que las chicas, a pesar de aún ser muy nenas, ya estaban más grandes y me permitían regresar a mi trabajo, que también es mi pasión. Sofi y Vicky van al colegio doble escolaridad y yo aprovecho las mañanas libres para grabar el programa y también para continuar con mi tarea relacionada con el Arte. Sentí que era el momento de regresar a la tele y que no podía perdérmelo", cuenta sincera y feliz.
Mientras las "chicas" Andino hablan, se ríen y, como buenas coquetas, supervisan su ropa, un nuevo integrante de la familia se suma a las travesuras. "Se llama Paulita, es un Jack Russell de dos meses que se sumó a los cuatro perros que ya tenemos y que es total responsabilidad de Guille y Sofi", aclara Carolina.
Mezcla de niñas y adolescentes, las nenas comparten con su mamá cada paso del dulce camino que las llevará a convertirse en mujercitas.
"Somos muy compañeras con las chicas.
Ser mamá es un trabajo duro y sin descanso pero ellas me ayudan a hacerlo también muy gratificante. Sofi está en 6º y le encanta bailar Hip Hop.
Aprovechamos nuestro espacio en el tercer piso, donde hacemos nuestras coreografías, bailamos y hacemos video clips. Ella es muy confidente y me cuenta todo lo de sus novios. También le encanta la ropa como a mí. Vicky está en el prescolar y ya le fascina cocinar.
Hace ñoquis, tallarines, papas fritas, cup cakes y chocotortas, riquísimas.
A las dos les gusta pintar, como a mí. Son muy creativas. Canalizan sus alegrías y sus broncas a través de los dibujos y las pinturas. Es una terapia muy recomendable. Las dos son muy ‘pilcheras’, como yo, y por eso nos gusta ir de shopping. Los fines de semana, disfrutamos en familia pegoteados...", concluye Carolina Prat, la mamá Koala.
En el ‘95 se casaron y ya cumplieron 17 años de amor. Un amor que se fortaleció con la llegada de Sofía (11) y Victoria (5). Y una mamá que, ante el primer embarazo no dudó en dejar la televisión —conducía el ciclo El Garage— para dedicarse full time a su familia. El hogar que la familia Andino conforma en la zona de Martínez, que fue bautizada como "La Casa de los Suspiros", es amplia, luminosa, cálida. Con grandes ventanales que miran al parque y a la piscina. Con la armonía que logra la conjunción de la piedra, el verde, el agua y los géneros blancos. En ese mágico entorno, las tres mujercitas de la casa no desentonan. "Caro", "Sofi" y "Vicky" combinan la pureza de la arquitectura con la sencillez de su impecable look: jeans y camisetas blancas. Las tres son bellas y cuando están juntas se mimetizan, se confunden y se unen en abrazos, carcajadas y amor.
"En su momento, no dudé en dejar todo para dedicarme por completo a criar a mis hijas. Porque cuando ví a Guillermo supe que él iba a ser el padre de mis hijos. Y jamás me arrepentí de haber tomado aquella decisión. Fue la más acertada. Disfruto inmensamente el tiempo que paso con mis hijas.
Yo soy una mamá koala; me encanta tener a mis hijas encima todo el tiempo. Porque siempre pensé que se va muy rápido la etapa en la que los chicos aprenden y ven todo por primera vez. Por eso creo que es fundamental que una mamá, si puede hacerlo, esté junto a sus hijos en ese momento.
Después no podés recuperar ese tiempo si te lo perdiste. Por eso no cambio esa experiencia por ninguna otra", asegura Carolina con una inmensa sonrisa de satisfacción.
Y, cuando transcurrieron doce años de aquella decisión, la confesa "fierrera", artista plástica y conductora, tomó la determinación de regresar a su "primer amor". Y así volvió a hacerse cargo de la conducción de "El Garage", en el 13.
"Sentí que las chicas, a pesar de aún ser muy nenas, ya estaban más grandes y me permitían regresar a mi trabajo, que también es mi pasión. Sofi y Vicky van al colegio doble escolaridad y yo aprovecho las mañanas libres para grabar el programa y también para continuar con mi tarea relacionada con el Arte. Sentí que era el momento de regresar a la tele y que no podía perdérmelo", cuenta sincera y feliz.
Mientras las "chicas" Andino hablan, se ríen y, como buenas coquetas, supervisan su ropa, un nuevo integrante de la familia se suma a las travesuras. "Se llama Paulita, es un Jack Russell de dos meses que se sumó a los cuatro perros que ya tenemos y que es total responsabilidad de Guille y Sofi", aclara Carolina.
Mezcla de niñas y adolescentes, las nenas comparten con su mamá cada paso del dulce camino que las llevará a convertirse en mujercitas.
"Somos muy compañeras con las chicas.
Ser mamá es un trabajo duro y sin descanso pero ellas me ayudan a hacerlo también muy gratificante. Sofi está en 6º y le encanta bailar Hip Hop.
Aprovechamos nuestro espacio en el tercer piso, donde hacemos nuestras coreografías, bailamos y hacemos video clips. Ella es muy confidente y me cuenta todo lo de sus novios. También le encanta la ropa como a mí. Vicky está en el prescolar y ya le fascina cocinar.
Hace ñoquis, tallarines, papas fritas, cup cakes y chocotortas, riquísimas.
A las dos les gusta pintar, como a mí. Son muy creativas. Canalizan sus alegrías y sus broncas a través de los dibujos y las pinturas. Es una terapia muy recomendable. Las dos son muy ‘pilcheras’, como yo, y por eso nos gusta ir de shopping. Los fines de semana, disfrutamos en familia pegoteados...", concluye Carolina Prat, la mamá Koala.