"Con Martín Anchorena había feeling porque lo veía parecido a mi marido"
*Por Luciana Elbusto. La chica que pasó del ejército a Gran Hermano, y que supo recuperar su adolescencia perdida gracias al juego, abandonó la Casa por decisión del público. En una mezcla entre tristeza y alegría, la modelo lanza: "Estoy feliz de reencontrarme con mi marido".
Del ejército a la Casa más famosa del país. De modelo a participante de un reality. De estar al lado de su marido durante diez años a separarse completamente. Muchos cambios y desafíos sorprendieron en la vida de Loreley Donate (24) después de su entrada en Gran Hermano. Pero luego de dos meses la estadía llegó a su fin, tras ser expulsada del juego por elección de la gente. Ya más tranquila y luego de reencontrarse con su esposo, Matías Musci, la hermanita sargento se sincera, "estoy re tranquila, acostumbrándome al ritmo de afuera. El hecho de salir y ver ami marido y a mi familia fue muy emotivo, porque cuando veo el vivo del programa me pongo melancólica".
–A pocas horas de tu salida casi se enfrentaron Cristian U y Jony.
–Sí, van a terminar mal en cualquier momento. Hubiese gritado a Jony, pegale, pegale. No, es broma (se ríe).
–¿No te cae nada bien?, adentro de la Casa dijiste que él era un monstruo.
–Sí, pero bueno. Lo que pienso es que Cristian es un buen jugador. No le tengo rencor ni bronca. Es falso, malo, pero no le guardo rencor. Vi en él un jugador las 24 horas. Con el resto me pasó que sí podía conocer a la persona, con él, no. Además, perdió el juego y luego le dieron la oportunidad de volver a entrar, es parte de las nuevas reglas, pero no lo comparto.
–Cambiando de tema, ¿cómo fue tu juventud para que digas en la Casa que perdiste esa etapa de tu vida?
–No tuve una adolescencia normal para lo que es el común de la gente. Entré a los 15 años al ejército, hice la carrera como suboficial, estuve 3 años en Campo de Mayo y egresé como cabo. Después seguí en Puerto Madero y empecé a estudiar modelaje en el último tiempo que estaba con la carrera. Con eso me fue bastante bien y llegó un momento en el que tuve que elegir, tomar una decisión entre una cosa y otra. No era compatible el tema.
–¿Ahí optaste por la carrera de modelo?
–Sí, y viajé bastante. En Uruguay estuve 5 años trabajado, y decidí poner mi escuela de modelos en Pilar.
–¿Entraste para que crezca ese proyecto?
–Sí, pero fueron varias cosas por las que entré: por la exposición, por mis objetivos como mujer, que los cumplí al ciento por ciento, y varias cosas por las cual hoy estoy en este lugar. Me quedó un pequeño porcentaje que era el premio, pero eso no fue lo que me motivó. Lo que más aprendí es a ser joven, ya que siempre fui exigente, responsable y quemé etapas en mi juventud. Fue como una terapia en corto plazo. No me arrepiento para nada de lo que hice en la Casa. Volvería a entrar porque me llevé una experiencia muy positiva. Hoy soy menos
estructurada porque los chicos y la Casa me hicieron así.
–Con tu marido se conocieron siendo muy chicos.
–Nos conocimos en el primer año de aspirantes. Desde ese entonces que estamos juntos. Después de 3 años de novios, a mis 17, nos juntamos y decidimos vivir, bajo el mismo techo. Cuatro años más tarde decidimos casarnos por Iglesia, legalmente, porque para mí ya lo estaba a los 17.
–Eras muy joven. ¿Saltaste la etapa de salir con amigos?
–No era algo que me interesaba porque además estaba estudiando programación, y mi marido técnico en tecnologías. Era mucho el estudio, las responsabilidades y el ejército.
–El público tiene una imagen de que al ser del ejército serían una pareja estricta, de carácter firme, serios. Sin embargo, demostraron todo lo contrario.
–No, nada que ver. El ejército ahora es mucho más moderno y distinto a la imagen que se tiene del pasado, que es lógico. El de 2011 no es el mismo que el del ’74. Está bueno demostrar algo que se modernizó.
–Es inevitable preguntarte ¿qué fue lo que te pasó con Martín Anchorena?
–Por ahí hay cosas que se pudieron mal interpretar. Lo que sí había era un feeling entre nosotros. Lo veía parecido a mi marido, tenía gestos muy similares, y por eso lo miraba diferente. Pero tenía precaución, no lo abrazaba, no lo tocaba y afuera no era como lo había vivido. Para mí es uno más del montón, fue una contención del momento que necesitaba, ya que estaba muy mal psicológicamente, porque necesitaba a mi marido.
–¿Ser madre es algo que planeás en un futuro cercano?
–Por ahora prefiero pensar más en otras cosas, disfrutar este momento, pero ser madre, el tener un hijo, obviamente, siempre está latente, y más si hace diez años que estamos juntos. Pero por ahí no es el momento porque no tengo mi casa propia. Hay cosas básicas y soy responsable, no se puede traer un chico al mundo porque sí, y los dos somos muy responsables en cuanto a ese tema.
–Circuló un video hot donde se pensaba que eras vos la mujer que se veía. Sin embargo, tu marido salió a desmentir y dijo, "no es Loreley".
–No, no era yo. Nada que ver pero siempre están los que piensan otra cosa.