Comportamiento de la economía
El análisis del empresariado junto a economistas y banqueros, traza un pronóstico optimista aunque cauteloso.
El Coloquio anual del IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) ha concluido en su 47º edición, en Mar del Plata, con las expectativas lógicas de una evaluación sobre el comportamiento de la economía en momentos que se observan negros nubarrones en el horizonte financiero internacional, presagio de estar en las puertas de una recesión si no se actúa a tiempo.
La síntesis de los hombres de negocios del país es, en general, optimista ante el difícil año que viene. Hay coincidencia en que la Argentina no está blindada contra una crisis generalizada, como se aventuró en un primer momento, pero sí está mucho mejor preparada para afrontar los embates de un contexto recesivo mundial como al final de 2008. Además, la economía argentina seguirá creciendo en 2012, pero con una estimación del 4,5%, un número más realista que el 5,1% previsto en el próximo Presupuesto nacional, según el borrador enviado al Congreso.
Es decir, la situación es controlable y habrá crecimiento, por lo tanto los proyectos de inversión en marcha y los anunciados a corto plazo, serán viables siempre y cuando se ajusten los costos internos a esta realidad, en particular la moderación en los reclamos salariales y que el Estado haga su propio aporte de austeridad reclamada por distintos sectores a través de un gasto público responsable y con medidas efectivas para controlar la inflación -estimada en un 25% para 2012 por los empresarios-, de manera de evitar contingencias que lleven a frenar líneas de producción e incumplimiento de las metas de eficiencia competitiva.
La situación de Brasil es un problema preocupante, para seguirlo de cerca, porque la economía del principal socio comercial de nuestro país se desacelera más rápido de lo esperado, por el impacto de la crisis y la inestabilidad de los mercados.
Tal vez el verdadero cuello de botella de nuestra economía se plantee en la cuestión financiera.
Las serias dificultades del país para captar inversión extranjera, aún en épocas normales debido a las inseguridades de las reglas de juego, serán mucho más difíciles en 2012, a lo que se sumarán las cautelosas inversiones domésticas. En esta coyuntura es importante que el Gobierno nacional salga al cruce, como ha hecho Dilma Rousseff con una serie de estímulos dentro del programa "Brasil Maior". Un plan de emergencia con instrumentos financieros, fiscales y proteccionistas, a fin de no detener el aparato productivo. Sería una oportuna respuesta oficial al sector privado, motor del desarrollo económico argentino.