¿Cómo viven los pasajeros a una semana del choque del ferrocarril Sarmiento?
Algunos retomaron la costumbre del tren, mientras otros cambiaron a colectivos. Eso sí, todos tienen en común el miedo.
No debe ser fácil volver a pisar un andén después de ver un accidente como el ocurrido la semana pasada en Once. Los gritos siguen haciendo eco, la desesperación sigue retumbando y el instinto de supervivencia pesa a la hora de elegir entre el tren o un colectivo.
César Rojas fue testigo de todo eso, por duplicado. Presenció desde la formación de atrás el choque de febrero de 2012 y, ahora, vio como pasaba a toda velocidad "el tren fantasma", tal como lo llama al conducido por Julio Benítez.
"Me volví a subir ahí por razones de trabajo. Tuve miedo, porque encima escuchaba a la gente conversando sobre lo que había pasado. Además no tenía seguridad de nada. No sabía si ir parado al lado de la ventanilla o de la puerta, porque estaba pensando por dónde iba a salir despedido si chocábamos", explica a DiarioVeloz quien está obligado a ir de Once a Castelar por cuestiones laborales.
Su historia es particular. La noche anterior al accidente, su novia le había pedido no tomarse el tren por temor a que ocurriera algo. ¿Su respuesta? "Eso pasa una vez cada tanto, hay que estar tranquilos".
La premonición se hizo realidad, y ella fue determinante para cambiar de medio de transporte: "Me obligó a tomarme colectivo y, la verdad, me siento más seguro. Sé que puedo dormir tranquilo la distancia que recorra", explica, y aclara: "Tengo otros conocidos que siguen usando el tren, y se suben con miedo".
Con todo lo vivido, es lógico que se muestre escéptico respecto a las medidas gubernamentales, y así se manifiesta: "No hay estatización que valga, va a costar que vuelva a confiar. Lo que pasó es como una cicatriz, va a quedar durante un tiempo y tal vez la borre, o capaz no".