Cómo son las tertulias culturales organizadas por la coleccionista Mariela Ivanier
Mariela Ivanier tiene un vínculo desde siempre con el arte. En las paredes de su casa tiene colgadas más de 300 obras. Es coleccionista y organiza periódicamente un evento que se llama "Té de Colección" donde, según sus propias palabras, “se arma una farra bárbara". Vamos a ver de qué se trata.
“Lo que pasa en el Té de Colección, queda en el Té de colección”, dice Mariela Ivanier a minutos de encender el grabador en su colorido departamento de San Nicolás.
Con esa simpática frase comienza un recorrido cargado de anécdotas sobre los eventos mensuales que la coleccionista de arte y escritora organiza en su casa.
Son gratuitos y no falta el canto, la música y algunos vinos. Alquimia podría ser la palabra que mejor defina lo que sucede en estos encuentros.
“En mi casa se conoce gente que no se conocería entre sí en otro lugar y eso me da mucho orgullo. Son encuentros siempre muy respetuosos y divertidos”, agrega.
“Es muy emocional; es mi parte lúdica, donde juego a jugar“, resume Ivanier, que rechaza ser comparada con Marta Minujín pero admite que estas tertulias son como “happenings” en los cuales abre las puertas de su casa y “se arma una farra bárbara”
“Me interesa mucho que la gente entienda que es lindo vivir con obras de arte y que el arte te mejora la vida. Eso lo promuevo mucho desde mi propia casa, con una rica comida, un buen vino y siempre pasa algo”, cuenta.
MB: ¿Cómo surgen estas tertulias culturales?
M.I.: A partir de la sensación de que si uno tiene cosas bonitas está bueno compartirlas. A mi hija le enseñé a compartir y a recibir. Heredé esto de mi abuela Zulema, que me enseñó a poner la mesa con todos los detalles. Me parece una habilidad muy importante que se adquiere en la casa. Los encuentros no tienen finalidad comercial porque no vendo obras; sólo compro. Me interesa promover el coleccionismo.
MB: ¿Tus invitados son entendidos en la materia?
MI: Para nada. Arte es vivir con las cosas que a uno le gustan. Si algo te gusta, ya entendiste de arte.
MB: ¿Alguna vez alguien insistió en adquirir un cuadro de tu propiedad?
MI: No, pero me pasó algo mejor: Le presenté al artista del cuadro.
MB: Contame sobre tu colección…
MI: La mayoría son obras de artistas argentinos, emergentes, aunque en los 90 también sumé algo de Diego Perrotta que hoy está en Bellas Artes. Me gusta seguir al artista a lo largo de su derrotero, de su crecimiento, de su historia y ver cómo cambia de técnica o la mantiene. Me gusta acompañar al artista. Creo que las obras hay una patria potestad compartida ya que el artista sigue siendo -de una manera conceptual- propietario de la obra y es lo que le aporta valor.
Como siempre que se abordan temas enriquecedores, el tiempo se empeña en mostrar su hilacha de tiranía. Me llevo las últimas imágenes de la casa que se parece a un museo muy vivo.
Vamos dejando atrás el color que define a cada ambiente, el aroma que impregna cada detalle, las piezas de cerámica, copas y jarrones bellísimos, las fotos de la infancia.
En un rato, y mañana, y en un mes, nuevos invitados disfrutarán las obras de Gastón Izaguirre, Ileana Hochmann, Tatiana Parcero y Marcela Mouján. Y se irán de allí convencidos de que “el arte mejora la vida”.
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