Cómo sigue "la novela de Susana"
Repasamos un lunes caliente en la televisión en el que, por primera vez, la diva suspendió su programa. Los daños colaterales y lo que se viene en esta historia que no terminó.
Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich
Por Adrián Pallares
@adrianpalla
Fue un dia de furia, de marchas y contramarchas, de llamados, de voces levantadas y encendidas, de una diva en llamas y un celular caliente que no paró de sonar ni un minuto, después de un fin de semana de locos. Anuncios, desmentidas, especulaciones, gacetillas oficiales y data extraoficial, versiones cruzadas y mucho más en 72 horas que derivaron -por primera vez en 25 años- con la cancelación de una emisión del programa de Susana Giménez en televisión.
La diva nunca voló a Buenos Aires. Se quedó en Punta del Este. El avión privado nunca aterrizó en Aeroparque. Los teléfonos de su producción y de las fuentes habituales de Telefe estuvieron mudos, cerrados, durante más de una hora. La gerencia del canal, en pandemonium.
Luego de que se supiera que Susana había decidido no venir a hacer su programa, se acordó hacer saber que la decisión fue de común acuerdo entre el canal y la diva. La mañana del lunes había comenzado vertiginosa al correr la versión de que se seguía negociando con Diego Maradona para que por la noche estuviera al aire con ella.
El domingo, sin embargo, el canal había anunciado oficialmente que no estaría. Los abogados de Maradona hacían saber que iría. Algo no cerraba. "En el canal ahora no lo quieren"; "Desde España bajó la orden de que no esté"; "Ahora Susana no quiere, dice que la estrella es ella".
Otros aseguraron que la relación entre la diva y el exjugador estaba perfecta, que él le mandó flores a Punta del Este, y que la negociación sigue abierta para la semana que viene: que una diferencia de cien mil pesos entre lo que él pretendía y lo que estaban dispuestos a pagarle truncó todo. La cifra de 270 mil dólares pretendida por Maradona fue discutida; no se sabe en cuánto consistió la contra oferta, pero sí que durante el fin de semana se buscaron sponsors. hasta a nivel político, para obtener el monto.
Susana, dijeron, se sintió "manoseada" por las idas y vueltas y prefirió no salir al aire. Nada fue fácil. La intimidad de sus dichos y reclamos desde su mansión "La Mary" serán terreno de más especulaciones, pero es difícil imaginarla tranquila en medio de la furia de un lunes que no olvidará.
¿Qué va a pasar de ahora en más? ¿Se pagará algún tipo de "costo político" en la interna de su producción? ¿Todo quedará como está o habrá daños colaterales? La presencia o no de Maradona -rechazada ampliamente por el público pero ansiada por la interna del medio- parece ya anécdota cuando la cuestión parece ser otra bien distinta, ligada al fuero íntimo del ciclo que no pasa su mejor año.
"Susana se pudrió. Dice que ahora ella queda mal por bajar a Maradona cuando era ella la que no lo quería". La frase corresponde a una calificada fuente del medio periodístico que conoce la interna como nadie. ¿Y ahora?
@rodrigolussich
Por Adrián Pallares
@adrianpalla
Fue un dia de furia, de marchas y contramarchas, de llamados, de voces levantadas y encendidas, de una diva en llamas y un celular caliente que no paró de sonar ni un minuto, después de un fin de semana de locos. Anuncios, desmentidas, especulaciones, gacetillas oficiales y data extraoficial, versiones cruzadas y mucho más en 72 horas que derivaron -por primera vez en 25 años- con la cancelación de una emisión del programa de Susana Giménez en televisión.
La diva nunca voló a Buenos Aires. Se quedó en Punta del Este. El avión privado nunca aterrizó en Aeroparque. Los teléfonos de su producción y de las fuentes habituales de Telefe estuvieron mudos, cerrados, durante más de una hora. La gerencia del canal, en pandemonium.
Luego de que se supiera que Susana había decidido no venir a hacer su programa, se acordó hacer saber que la decisión fue de común acuerdo entre el canal y la diva. La mañana del lunes había comenzado vertiginosa al correr la versión de que se seguía negociando con Diego Maradona para que por la noche estuviera al aire con ella.
El domingo, sin embargo, el canal había anunciado oficialmente que no estaría. Los abogados de Maradona hacían saber que iría. Algo no cerraba. "En el canal ahora no lo quieren"; "Desde España bajó la orden de que no esté"; "Ahora Susana no quiere, dice que la estrella es ella".
Otros aseguraron que la relación entre la diva y el exjugador estaba perfecta, que él le mandó flores a Punta del Este, y que la negociación sigue abierta para la semana que viene: que una diferencia de cien mil pesos entre lo que él pretendía y lo que estaban dispuestos a pagarle truncó todo. La cifra de 270 mil dólares pretendida por Maradona fue discutida; no se sabe en cuánto consistió la contra oferta, pero sí que durante el fin de semana se buscaron sponsors. hasta a nivel político, para obtener el monto.
Susana, dijeron, se sintió "manoseada" por las idas y vueltas y prefirió no salir al aire. Nada fue fácil. La intimidad de sus dichos y reclamos desde su mansión "La Mary" serán terreno de más especulaciones, pero es difícil imaginarla tranquila en medio de la furia de un lunes que no olvidará.
¿Qué va a pasar de ahora en más? ¿Se pagará algún tipo de "costo político" en la interna de su producción? ¿Todo quedará como está o habrá daños colaterales? La presencia o no de Maradona -rechazada ampliamente por el público pero ansiada por la interna del medio- parece ya anécdota cuando la cuestión parece ser otra bien distinta, ligada al fuero íntimo del ciclo que no pasa su mejor año.
"Susana se pudrió. Dice que ahora ella queda mal por bajar a Maradona cuando era ella la que no lo quería". La frase corresponde a una calificada fuente del medio periodístico que conoce la interna como nadie. ¿Y ahora?