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Cómo fue la fuga del penal de Ezeiza

Ocurrió en agosto pasado. Los presos escaparon tras una maniobra de película.

Fue la fuga más importante de los últimos años. Ocurrió el 19 de agosto del año pasado en el complejo carcelario 1 de Ezeiza, desde donde escaparon 13 presos peligrosos, entre ellos el brasileño que murió en las últimas horas en un tiroteo en Foz de Iguazú.

El juez Carlos Ferreiro Pella, a partir del relato de los recapturados, pudo reconstruir como ocurrieron los hechos. "Eran alrededor de las 21:30. Yo estaba caminando por el pabellón y noté que varias personas entraban a una celda y no salían mas. Con José Durán nos acercamos a chusmear. Vimos el agujero y salimos. Seguimos las huellas de los que habían escapado antes. Pasamos los cuatro alambrados que estaban abiertos: cada agujero tenía una bolsita de nylon blanco, como señalándolo. Después gateamos unos 30 metros y después, corrimos".

Así explicó cómo se produjo la fuga Claudio 'Pájaro' Ortíz, de 32 años, uno de los detenidos recapturados. El relato evita incriminar a nadie. De acuerdo a su versión, los escapistas se encontraron con el pozo abierto que les marcaba el camino hacia la libertad. No sabrían nada acerca de la organización.

Ortíz y José Armando Durán (37) salieron a la ruta y se tomaron el colectivo de la línea 51, que se dirigía a Cañuelas. Se bajaron en la estación, hasta que llegaron a una estación de servicio.

"Ahí un patrullero nos preguntó qué nos había pasado, porque estábamos embarrados y mojados. Les dijimos que nos habían robado y que nos habían sacado la billetera y el celular", sostuvo el detenido.

Los hombres siguieron caminando, pero al poco tiempo apareció el mismo móvil policial. El personal penitenciario los había reconocido.

A Durán y Pájaro Ortiz los capturaron a pocas horas de haberse fugado, a las 3 de la madrugada del 20 de agosto. Al igual que el resto de los recapturados, acusaron al Servicio Penitenciario Federal (SPF) de amenazas y apremios ilegales. "Una brigada de la 50 (inteligencia penitenciaria) nos dijo que era una suerte que no nos hubiesen encontrado ellos, porque nos mataban ", aseguró Durán.

Dos días después cayó el Cristian "Pichu" Espíndola Cristaldo (23), condenado a 18 años de prisión por el crimen del periodista Adam Ledesma. El relato es parecido. "Vi a un par de pibes entrar en la celda 22. Entraban de a tres y no salían. Eran una bocha, 9 ó 10. Yo entré, vi el agujero y salí. Seguí la canaleta que habían dejado los otros, que tenía como medio metro de profundidad", manifestó.

Pero no le fue fácil a Espíndola: "Tuve que probar varias veces, una banda de cosas. Me raspé en varios lados. Por suerte tenía puestas dos camperas porque en el pabellón hace frío y eso hizo que me raspara menos ". Con su salida, se dirigió a la casa de una tía en la villa Sapito, donde terminó cayendo. Es que el domicilio era conocido por las fuerzas de seguridad.

En tanto, a Luis Alberto López (28) y Leonardo Salto (31) los apresaron juntos el 25 de agosto en un departamento de Morón. Un conocido entregó a uno de los dos delincuentes: la jugosa recompensa de $500.000 ofrecida por el Ministerio de Justicia fue un buen persuasivo para cantar. El otro preso cayó como rebote, cuando los policías se hicieron pasar por un delivery de pizza para que les abrieran la puerta. El relato de la fuga es casi idéntico al de sus pares.

Marcos Ezequiel Sánchez (26) completa la lista de recapturados por los efectivos. El hombre fue apresado el pasado 5 de septiembre cuando salía de la sucursal Martínez del Banco Galicia. "Cuando yo me fui ya estaba todo hecho. Eran las once menos cuarto y ya faltaba casi la mitad del pabellón. Me metí en el agujero, salí y fui agachado hasta el (alambrado) perimetral, que ya estaba cortado", comentó.

Después fue cayendo el resto, pero nunca los cabecillas, entre ellos Renato Dutra, el brasileño que murió en las últimas horas en un tiroteo con la policía.