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Cómo es la nueva vida de la orangutana Sandra en el santuario de Estados Unidos
En las últimas horas llegó al santuario del estado de Florida.
Luego de 39 días en cuarentena en el zoológico Sedgwick County, Kansas, en las últimas horas la orangutana Sandra llegó al santuario del estado de Florida especializado en el cuidado de grandes primates.
Los expertos que la trataron aseguran que pasó con éxito dos estudios generales y tres que descartaron que tuviera tuberculosis.
Durante el viaje fue acompañada por el médico veterinario David Murphy quien afirmó que Sandra “viajó muy tranquila, pudo comer bien, tomar agua y siempre estuvo interesada en mirar por las ventanas”.
La orangutana logró superar una exhaustiva cuarentena a cargo de las autoridades sanitarias del gobierno de los Estados Unidos en el Sedgwick County Zoo, quienes destacaron el trabajo del área de comportamiento del Ecoparque porteño al afirmar que el animal "en todo momento mostró un carácter dócil, colaborativo y participativo con sus cuidadores y veterinarios”.
La orangutana, de 33 años, ya vive en la reserva Center for Great Apes ubicada en la zona rural de Wauchula -un área boscosa y húmeda- de 40 hectáreas que funciona desde hace 31 años. Allí convivirá con chimpancés y otros orangutanes, especie a la que no veía desde hace dos décadas.
Todos sus nuevos compañeros fueron rescatados de circos y la industria del entretenimiento.
El arribo de Sandra al santuario, finalmente y tras un largo camino, significa el final feliz para quienes hicieron de su libertad una causa.
En 2014, la Sala II de la Cámara de Casación Penal determinó que tenía derechos: tras el recurso de amparo impulsado por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), la jueza en lo contencioso administrativo y tributario de la ciudad, Elena Liberatori, exigió al gobierno porteño que le garantizara las condiciones necesarias para vivir y que se la estimulara para preservar las habilidades cognitivas. Y, lo más esperado, que fuera trasladada a un santuario para continuar con su vida en condiciones más acordes con su especie.
Sandra dejó el Ecoparque el 26 de septiembre y tomó un vuelo a Dallas que la acercaría a su destino final. Tras 11 horas de viaje sin sedación, arribó al Aeropuerto Internacional Fort Worth y siguió por tierra en un vehículo acondicionado hasta el zoológico de Kansas donde cumplió exitosamente con la cuarentena.
Los nuevos cuidadores que velarán por ella en el Center for Great Apes, en los Estados Unidos, estaban ansiosos por su llegada y reflejaron su emoción cuando avisaron públicamente en su cuenta de Instagram, donde anunciaron: “Nuestro personal y voluntarios están ansiosos por conocer a Sandra, quien es el primer orangután en recibir el estatus legal de 'persona’ en Argentina". Y no son los únicos: su historia fue reflejada en los medios más importantes de España, Chile, Perú.
Los expertos que la trataron aseguran que pasó con éxito dos estudios generales y tres que descartaron que tuviera tuberculosis.
Durante el viaje fue acompañada por el médico veterinario David Murphy quien afirmó que Sandra “viajó muy tranquila, pudo comer bien, tomar agua y siempre estuvo interesada en mirar por las ventanas”.
La orangutana logró superar una exhaustiva cuarentena a cargo de las autoridades sanitarias del gobierno de los Estados Unidos en el Sedgwick County Zoo, quienes destacaron el trabajo del área de comportamiento del Ecoparque porteño al afirmar que el animal "en todo momento mostró un carácter dócil, colaborativo y participativo con sus cuidadores y veterinarios”.
La orangutana, de 33 años, ya vive en la reserva Center for Great Apes ubicada en la zona rural de Wauchula -un área boscosa y húmeda- de 40 hectáreas que funciona desde hace 31 años. Allí convivirá con chimpancés y otros orangutanes, especie a la que no veía desde hace dos décadas.
Todos sus nuevos compañeros fueron rescatados de circos y la industria del entretenimiento.
El arribo de Sandra al santuario, finalmente y tras un largo camino, significa el final feliz para quienes hicieron de su libertad una causa.
En 2014, la Sala II de la Cámara de Casación Penal determinó que tenía derechos: tras el recurso de amparo impulsado por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), la jueza en lo contencioso administrativo y tributario de la ciudad, Elena Liberatori, exigió al gobierno porteño que le garantizara las condiciones necesarias para vivir y que se la estimulara para preservar las habilidades cognitivas. Y, lo más esperado, que fuera trasladada a un santuario para continuar con su vida en condiciones más acordes con su especie.
Sandra dejó el Ecoparque el 26 de septiembre y tomó un vuelo a Dallas que la acercaría a su destino final. Tras 11 horas de viaje sin sedación, arribó al Aeropuerto Internacional Fort Worth y siguió por tierra en un vehículo acondicionado hasta el zoológico de Kansas donde cumplió exitosamente con la cuarentena.
Los nuevos cuidadores que velarán por ella en el Center for Great Apes, en los Estados Unidos, estaban ansiosos por su llegada y reflejaron su emoción cuando avisaron públicamente en su cuenta de Instagram, donde anunciaron: “Nuestro personal y voluntarios están ansiosos por conocer a Sandra, quien es el primer orangután en recibir el estatus legal de 'persona’ en Argentina". Y no son los únicos: su historia fue reflejada en los medios más importantes de España, Chile, Perú.
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