¿Cómo continúa la economía argentina post elecciones?
Por Ramiro Marra. El desdoblamiento lo que busca es racionar uso de reservas sincerando un valor más alto del tipo de cambio para ciertos bienes o servicios de la economía
El dólar, una vez más, vuelve a ser una variable importante a considerar en nuestros días. Uno puede marearse con la cantidad de dólares que hay, Mayorista, Oficial, Mep, CCL, Blue y esto es algo que se esperaba desde el primer momento en que se instauró el primer Cepo de U$S10.000 mensuales y luego el Super Cepo, hasta U$S200 mensuales. Esto es un claro ejemplo de desdoblamiento del mercado cambiario, es decir tipos de cambio diferenciales para distintas actividades como, por ejemplo, el turismo de argentinos en el exterior o la compra de dólares en cuevas financieras.
El desdoblamiento lo que busca es racionar uso de reservas sincerando un valor más alto del tipo de cambio para ciertos bienes o servicios de la economía (turismo en el exterior, bienes de lujo,etc.)
En esta semana post elecciones, en la que se presentó oficialmente el Super Cepo, la volatilidad del dólar mermó un poco. Como si se tratara de una economía dolarizada, pero que todavía funciona en pesos, los agentes económicos tuvieron que salir corriendo a demandar pesos para hacer frente a los compromisos de fin de mes. Esto provocó una baja transitoria en las distintas variantes del dólar, que dado el escenario monetario e inflacionario por venir, no va a durar mucho.
Sí se lo analiza desde un punto de vista de cuidado de reservas argentinas, el Cepo puede ser algo positivo en el corto plazo, dado que el último viernes previo a las elecciones se perdieron U$S1.755 millones y el total finalizó en U$S43.503 millones, pero las reservas de libre disponibilidad bajaron a menos de U$S6.000 millones. Con esta medida se espera llegar al cambio de mandato, presentando la mínima pérdida de reservas posible, posiblemente el presidente Macri tenga bien en claro que Fernández la tendrá muy difícil.
La falta de dólares es uno de los principales problemas que en materia económica debe resolverse. La velocidad a la que caen las reservas durante este año genera incertidumbre sobre el valor de nuestra moneda y esto hace que muchos estén desorientados con respecto a los pasos a seguir.
Directamente relacionado al Cepo, surge un tema de debate muy interesante plasmado por la Cámara de Agentes de Bolsa, quienes piden al BCRA eliminar el parking de 5 días de bonos con denominación D. Los representantes de la cámara entienden que, eliminando dicha restricción, se generaría una mayor fluidez en el mercado.
Otro tema importante a analizar, es el de las Leliqs, las cuales acertadamente, han dejado de ser tan relevante en términos macroeconómicos. De representar más de U$S70.000 millones (15% PBI) ahora apenas alcanza al 2,5% del PBI, al tratarse de menos de U$S10.000 millones medido en la variante de Dólar CCL. Ahora, seamos justos, si bien el desarme de las leliqs es algo muy positivo que aleja un grave problema macroeconómico, su solución ha sido lanzar una campaña monetaria de consecuencias inflacionarias sumamente peligrosa. Con una moneda oficial que se encuentra en pisos de demanda, como lo es el peso, solo podemos esperar que las trabas para poder acceder a la compra de divisas sirvan para disminuir la velocidad de circulación de la moneda y evitar su depreciación constante.
A esto tenemos que sumarle el reperfilamiento de las letras, lo cual generó una fuerte respuesta negativa. Los inversores temen que nuevamente se atente contra su dinero, los plazos fijos en pesos no crecieron en el último año, y la tasa que se paga es del 60% anual. En el caso de los depósitos en dólares, antes de que se lleve adelante el blanqueo de capitales, ascendían a U$S 10.000 millones, en el mejor momento del gobierno de Mauricio Macri llegaron a sumar U$S 35.000 millones, y hoy arañan los U$S 20.000 millones. El temor por parte del sector financiero hacia lo que viene, es real.
En Argentina, escasea la confianza y abunda la incertidumbre. Ahora que ganó el nuevo gobierno electo, posiblemente el rumbo económico cambie por completo. Podemos creer que la fórmula Fernández-Fernández querrá aumentar el gasto público para incentivar fuertemente la economía, sin embargo, eso será muy complicado. Se estima que la inflación para fines del 2019 será como mínimo del 50% anual, y las reservas del BCRA serán tan bajas al día de cambio de mandato como cuando asumió Mauricio Macri, razón que no dará mucho margen de error. Si el próximo presidente decide optar por un camino con tendencia kirchnerista, posiblemente alimente un escenario de alta inflación para todo el año 2020. Para saber esto, tendremos que esperar a que pase el veranito de la alta demanda de pesos estimulada por el turismo, cuando eso suceda, Fernández se topará con dos opciones: una reactivación económica o una inflación que no podrá parar en el corto plazo.
El escenario que llega no es demasiado esperanzador, pero como dice el dicho, siempre que llovió paró, y para ser más optimista de vez en cuando sale el arco iris. No hay más discusión electoral los próximos meses y si una re construcción social y económica. Argentina es un país con muchos recursos para poder salir adelante rápidamente de cualquier crisis que le toque atravesar.
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