Cómo cambió la vida de Fabián Cubero tras diez años de romance con Nicole Neumann
Confiesa que su vida cambió completamente ante tanta exposición. El trato con sus hijos, hobbies y vacaciones.
La vida de Fabián Cubero cambió completamente luego de una sesión hot de fotos para la revista Hombre en el marco del Mundial de Futbol de Alemania 2006. Allí conoció a Nicole Neumann y nunca más se separaron. Fabián ya era bastante conocido para ese entonces, pero su vida giró 180° al enamorarse de la top model argentina.
"Antes de Nicole me manejaba con total libertad, sabía que iba a cualquier lado y pasaba desapercibido. Me conocían si había algún hincha de Vélez, pero ahora me empezaron a saludar las mujeres, que antes ni me registraban".
Se reconoce como un tipo bromista desde su infancia y cuenta que sus travesuras van desde ponerle jabón a los sándwiches, sal a las gaseosas y atar varios pares de botines en la utilería, hasta rellenar con "Chasqui Boom" los cigarrillos de su papá.
Es dueño de dos records en Velez Sarsfield: es el mayor goleador y quien ostenta la mayor cantidad de tarjetas rojas. Así de doble es también su personalidad, dependiendo de si se encuentra dentro o fuera de la cancha.
"Tengo dos personalidades totalmente distintas y nadie lo puede creer. Sé que si hacen una encuesta por los clubes y preguntan por un jugador violento, molesto, me van a elegir a mí. Pero la imagen que doy adentro de la cancha no tiene absolutamente nada que ver con la que doy afuera. ¡Afuera soy otro! Esquivo siempre la pelea. Si hasta fui al Bailando para conciliar la posición de mi mujer con el jurado. Ese soy yo afuera de la cancha. Si actuara siempre igual, ¡le hubiese ido en plancha al jurado!", bromea.
Fabián confiesa qué cosas lo enojan dentro de la cancha, allí donde se transforma: "Si mencionan a Nicole para hacerme enojar no me sacan enseguida, pero sí cuando el partido se va calentando", y sus tácticas para doblegar al rival.
"Vos querés ganar, y en el fútbol hay muchos duelos personales. Cuando enfrenté a Neymar: si no le hacía sentir el rigor, él tomaba cada vez más confianza y yo terminaba haciendo un papelón porque no hay forma de pararlo. En una época me pasaba con Palacio, yo lo agarraba de la trancita y se la tironeaba para molestarlo, para que me viera como un hijo de puta", cuenta. "A veces también me siento como el hincha que tiene ganas de meterse en la cancha y pegarle al árbitro, por las injusticias que se cometen", confiesa.
Pero así como se reconoce "calentón", también contiene a su esposa cuando las cosas no van bien y los comentarios pueden hacerle mal: "A veces a las redes sociales hay que correrlas a un lado. Me pasa con Nicole, cuando entra en polémica por algún tema, le digo: 'esta semana no leas nada porque no va a ver cosas muy lindas'. Uno a veces entra porque quiere y necesita alimentar el ego, pensando que van a hablar bien de vos y terminás descubriendo que te perjudican mucho más esos dos o tres comentarios malos que los 15 buenos".
Y agrega que más de un técnico lo ha aconsejado: "Cuando perdemos, no mires el diario ni los programas deportivos ni entres en las redes sociales. Porque no te van a poner 'perdimos 2 a 0 pero no te preocupes fenómeno, no pasa nada'".
Se desahoga y dice que a veces lamenta tanta exposición, aunque no reniega de ella, por las consecuencias pero que se acostumbró a vivir con ella y sabe en qué lugares tiene que moverse: "Nos hemos tenido que ir de una playa por la cantidad de gente que se había juntado para sacarse una foto. Tenía a mi hija tomándome del brazo para hacer un castillito y del otro lado a una persona colgada para sacarse una selfie. O me ha pasado de llevar a mis nenas a los jueguitos y en un momento dejar de verlas por la gente que me pedía fotos".
"Por ejemplo, hemos tenido charlas con la psicopedagoga de Indiana que ya tiene ocho años porque en el colegio la veían retraída porque cuando tiene que presentar algún trabajo con sus compañeros, siente que todo el mundo la mira y que están pendientes de ella, entonces le costaba soltarse", narra el jugador y continúa: "Ella también se siente expuesta, sin participar, Muchas veces he tenido que cambiar de canal, porque te ponen las placas ahí abajo... 'separados, divorciados, en crisis'. Ella sabe leer y me dice 'dejalo, dejalo, veamos a mamá', y le tengo que decir, 'no, dejá, miremos otra cosa'".
Se confiesa como un papá celoso pero sobre todo cuidadoso de que sus hijas no quemen etapas: "No me gustaría que mis hijas sean "Lolitas" y creo que Nicole le aconsejaría que no es conveniente exponerse desde tan pequeña. Si les gusta el modelaje, ok, pero cuando sean un poco más grandecitas. Allegra ya pinta que va a ir para ese ado, tiene seis años y dice que quiere ser modelo".
Y dice que esa misma exposición también es controversial por la forma en la que se maneja la información: "A veces me pasa que salgo en una nota hablando del presente de Vélez y del fantasma del descenso en una nota, y al rato me cae un mensaje de Ángel de Brito para que salga a aclarar si es verdad que nos separamos con Nicole y pienso: 'Tras que no tengo quilombos, ahora me cae De Brito con este otro quilombo...' y me río solo".