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Comercialización estatal de granos

*Julio J. Nogués Morena Neumann. Hace ya unos meses el gobierno viene insinuando su intención de recrear algo parecido a la Junta Nacional de Granos.

Esta breve nota destaca algunas de las diferencias sustantivas de la actual coyuntura con las experiencias internacionales y nacionales en lo que a comercio de granos se refiere.

Respecto a las primeras cabe destacar en primer lugar que fue durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial cuando se crearon dos de las principales empresas comercializadoras gubernamentales (ECG) de granos: la Canadian Wheat Board (CWB), y la Australian Wheat Board (AWB).

Ambas buscaban disminuir la incertidumbre alimentaria de los aliados en una situación extrema. El precio del trigo subió mas en Canadá que en Australia pero esto no fue consecuencia de una administración diferencial entre ambas empresas, pero de hechos bélicos incluyendo disminuciones en la oferta mundial asociados a la revolución rusa, y el cierre del estrecho de los Dardanelos. Australia y Argentina se encontraban más alejados de las necesidades básicas y la guerra había elevado el costo de los fletes.

El comienzo de la intervención estatal en el comercio de granos en la Argentina se dio en circunstancias históricas diferentes, aunque también graves, pero 20 años después que en Australia y Canadá. La crisis de 1929 generó una notable caída del comercio internacional como consecuencia de las devaluaciones competitivas y el aumento de aranceles en los principales países. Hacia 1932, los precios de las principales exportaciones de Argentina alcanzaban valores mínimos lo que también fue consecuencia del desvió de comercio generado por las preferencias del Reino Unido a favor de Canadá y Australia.

En este contexto, en 1933 se crea la Junta Reguladora de Granos (JRG). Inicialmente su objetivo fue la administración de precios sostén que compensaban parcialmente a los productores por las pérdidas ocasionadas por la crisis externa como también, por los efectos negativos del control de cambios. Luego la JRG fue absorbida por el IAPI cuyo objetivo principal fue la industrialización a cualquier costo incluyendo el retraso agropecuario... y eventualmente como muestra la historia de nuestra experiencia proteccionista, también del industrial.

Finalmente en 1956 se crea la Junta Nacional de Granos (JNG) que subsistió hasta comienzos de la década del 90.

Resumiendo, las circunstancias en las cuales Argentina, Canadá y Australia crearon sus ECG tienen puntos en común: fuertes caídas de los precios internacionales, alteraciones de los flujos comerciales por circunstancias históricas excepcionales incluyendo la Primera Guerra Mundial y la peor crisis económica del siglo XX. De estas tres ECGs solo subsiste la CWB mientras que Argentina y Australia eliminaron las suyas como parte de políticas de integración mundial que en ambos casos ocasionaron crecimientos agropecuarios acelerados.

Las circunstancias actuales de los mercados internacionales de productos primarios son diametralmente opuestas a aquellas que llevaron a la creación de las primeras ECG. Si bien hay guerras, estas no tienen las dimensiones de las que tuvieron las mundiales y si bien ha habido crisis internacionales, ninguna ha tenido la gravedad de la de 1930.

El mundo externo es conciente de los costos en términos de menor oferta mundial que nuestra política agropecuaria le esta ocasionando y esto lo estamos haciendo durante un período de precios de alimentos excepcionalmente elevados con hambrunas en varios países. No caben dudas de que la creación de una ECG abriría un nuevo foco de tensión internacional. ¿Para qué hacerlo?

Con sus barreras sobre las exportaciones, el gobierno ya le ha puesto un cepo al crecimiento sector agropecuario y con sus barreras sobre las importaciones ya ha mostrado su deseo de volver a vivir con lo nuestro. Sin embargo, tarde o temprano terminaremos pidiéndole ayuda al mundo externo y sabiendo esto, creo que es más conveniente no cargar las tintas y silenciosamente enterrar este proyecto.