COLUMNA DE WARGON: En defensa de las desordenadas - 3
Los desordenados desarrollamos modestas estrategias para sobrevivir entre los normales
Con un espíritu que roza el budismo Zen, sabemos desde antes de que ocurra ,que salvo lo que está amurado contra una pared con las dimensiones de un cuadro o una pileta, todo todo lo demás en algún momento será perdido.
Esto nos hace cultivar un desprendimiento de las cosas materiales y el cumplimiento estricto de esa máxima "nunca tengas nada que pueda destruir el oxido y el tiempo".
Toda perdida es un pequeño dolor, así que como ya sabemos que indefectiblemente tendremos que reponer los lentes de sol, sufriremos menos si los compramos en un chino de todo por dos pesos y jamás invertiremos en un divino y carisimo que después no podremos reponer. Sé que llegar a esos extremos por vía tan espuria no tiene ningún prestigio para la santidad pero es parte de este atroz camino de la aceptación, algo si como "si no puedes con vos misma, al menos no la empeores"
Sin embargo cuando una es todavía optimista se pregunta ¿deberé ir al analista? Quizás el haber perdido setecientas veces la llave de casa indican que tengo algún conflicto que no quiero asumir...! Fangulo!
¿ Y los setecientos celulares con igual destino ¿que indican? Y esa maldita gallina que se me perdió en mi casa de 27 de abril, Córdoba, Capital para mas datos?
A pesar de todo, a lo largo de la vida he encontrado algunos consuelos en ser un despelote caminando:
1) Me ha mantenido saludable . Porque antes de dejar pasar un médico de emergencia en medio del Chernobyl que es mi casa a media noche, decido que en realidad estoy bien. La salud, insisto es un tema de convicción
2) Entiendo como nadie el sentido y la gratificación de los versos de Borges: " y que tiene el sabor de lo perdido, de lo perdido y lo recuperado".
3) Ha evitado varias veces el suicidio. Para tomar tal decisión primero debo ordenar la casa para que mis deudos no me saquen el cuero post mortem, por lo que se me pasan en el acto las ganas de morirme.
4) He acentuado mi dialogo interior, " pero la puta digo, donde lo puse, si estoy segura que lo dejé..." Es cierto, es monotemático
5)En mitad de mi vida, a veces tan lisita, siempre corre un ardiente chorro de adrenalina. Reconozco que hay motivos más exultantes para andar estimulada pero igual con modestia se agradecen. Así de humilde se vuelve una con los años
¡Caramba se me termina de perder la o!.