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Codo a codo contra el coronavirus: hasta dónde llega la tarea del Gobierno y cuál es la responsabilidad de cada uno

La pandemia sobre esta nueva enfermedad causa temor, pero no hay que entrar en paranoia. Y hay que acatar las recomendaciones, por el bien de todo.

El mundo sigue día a día la evolución de la expansión de la pandemia del coronavirus. Y la Argentina ya tomó bastantes recaudos para que en nuestro país no haya un brote incontrolable de la enfermedad, como en países europeos como Italia y España, donde el virus ya se volvió local.

Era inevitable pensar en que la enfermedad nunca llegue a nuestro país. En medio de un contexto de globalización, de un tránsito imparable de personas de un continente a otro, el coronavirus se volvió una realidad en Argentina, con la fortuna de que por ahora solo se traten de casos importados o de “contactos estrechos” con algunos enfermos venidos del exterior.

En este punto, las acciones del Gobierno parecen ser las correctas. De hecho, se ha convocado a expertos infectólogos para que asesoren a los funcionarios, ante este fenómeno que no estaba previsto en los planes de nadie, en medio de un contexto socio económico internacional y nacional que no colabora en mucho.

Incluso el Gobierno debió intervenir para controlar los precios del alcohol en gel, un elemento indispensable de la higiene personal cuyo precio se disparó ante el crecimiento inusual de su demanda.

Pero la parte que más comprometida debe estar en la lucha para que esta enfermedad no se propague es la del ciudadano común y corriente. Es imprescindible que los que tengan que hacer cuarentena la cumplan a rajatabla, y no que piensen que los catorce días de aislamiento puedan pasarlos como si nada en el cine o en algún destino turístico, a pesar de que no presenten síntomas.

No cumplir con la cuarentena es una gran muestra de irresponsabilidad y egoísmo. No se trata de cuidar solo nuestra salud, sino de un asunto de interés público, por el cuidado de nuestro entorno y nuestro círculo social, más allá de que nosotros mismos no estemos dentro de los grupos de riesgo ante el eventual contagio de la enfermedad.

Si es necesario, que cada uno pueda señalar la falta de responsabilidad de los que incumplan la cuarentena, para que el Gobierno tome cartas en el asunto y lleve a cabo las acciones que debe realizar.  

También todos debemos seguir las recomendaciones que dan los organismos de salud especializados, aunque atenten contra nuestras costumbres: evitar compartir el mate, toser o estornudar sobre el pliegue del codo, reemplazar el beso al saludar por el nuevo ‘choque de codos’.

¿Y qué hay de la suspensión de clases, o de la manera de que los trabajadores eviten el uso de los servicios de transporte público? Son medidas que el Gobierno analiza y que tiene muy en cuenta para aplicar restricciones. Sólo será cuestión de esperar.

En este momento de emergencia sanitaria, quizás sea una oportunidad para poder dejar de lado la grieta. Evitar los cuestionamientos irrelevantes sobre las acciones del Gobierno, que no es dejar de reflexionar, criticar y reclamar por medidas. Y seguir, con precauciones y sin paranoia, codo a codo, respetando y haciendo respetar las normas y recomendaciones.

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