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Cinco claves sobre la elección porteña

Macri en otro punto de partida. El kirchnerismo, con el objetivo cumplido. Solanas, lejos de la meta que se había fijado. Un electorado fiel a sí mismo. Bandera de largada para octubre.

1.- Macri en otro punto de partida

El gran triunfo de Mauricio Macri en la primera vuelta electoral lo consolida como un referente nacional desde uno de los principales distritos electorales del país. Con la diferencia obtenida, Macri queda muy cerca de obtener su reelección en el ballotage. No pierde una elección en la capital federal desde 2003. Y en este caso, con el arrastre de un periodo completo al frente de una administración que ha atravesado momentos complejos y ha exhibido altibajos.

El triunfo ubica a Macri en un nuevo punto de partida para la construcción de un proyecto presidencial hacia el 2015. Este año se vio forzado a resignar esa aspiración y refugiarse en su distrito. Deberá lidiar, para ese objetivo, con las limitaciones que ha mostrado hasta ahora el PRO para construir una estructura nacional. Para dar un paso en esa dirección Macri sueña con un triunfo aplastante en segunda vuelta y con algo más: una victoria -o al menos una gran elección- con su candidato santafesino, el ex Midachi Miguel Del Sel en los comicios del próximo 24 de julio. Si alcanzara esas metas, cree que su gravitación en octubre -aún frente a un escenario de triunfo kirchnerista- lo posicionaría con mucha ventaja para monopolizar el proyecto opositor de cara al próximo turno presidencial.

2.- El kirchnerismo, con el objetivo cumplido

El kirchnerismo anoche intentaba mostrarse conforme. El objetivo nunca fue el de un triunfo en primera vuelta sino el de llegar al ballotage con la menor diferencia posible frente al macrismo. Si los cómputos extraoficiales que se manejaban anoche terminan confirmándose en el escrutinio final, Filmus habrá quedado a quince puntos de Macri, una distancia menor a la de la elección de 2007, cuando la diferencia en la primera vuelta fue, entre los mismos candidatos, de 22 puntos.

Con este resultado, el kirchnerismo podía decir anoche que había hecho "la mejor elección de los últimos años" en la capital federal. Sin embargo, la comparación con 2007 presenta matices, porque hace cuatro años Telerman -que iba por su reelección en la jefatura de gobierno- encarnaba una suerte de "kirchnerismo sui géneris" y obtuvo el 20% en primera vuelta. Aquel voto de Telerman (que en esta elección casi no existió) se ha dispersado, sin que haya logrado sumarlo el kirchnerismo.

3.- Solanas, lejos de la meta que se había fijado

Los cómputos que se manejaban anoche ubicaban a Pino Solanas en tercer lugar pero sin alcanzar el rol protagónico que salió a disputar cuando decidió ser candidato en la capital federal.

El líder de Proyecto Sur decidió bajar su postulación presidencial y apostar a la capital federal cuando algunas encuestas preliminares lo proyectaban como un candidato firme a disputar un eventual ballotage con el PRO e inclusive a ganar en esa eventual segunda vuelta. Ya en el último tramo de la campaña esa meta parecía inalcanzable. Pero la apuesta de Solanas era, al menos, la de aparecer en un tercer lugar muy reñido con el segundo. Tampoco alcanzaba ese objetivo, de manera que la performance en estos comicios parece implicar un paso atrás en su proyecto político. A eso se suma el haber quedado afuera del frente que encabeza Hermes Binner en el orden nacional.

4.- Un electorado fiel a sí mismo

Los resultados de ayer ratificaban algunas tendencias históricas del cambiante electorado porteño. Es una obviedad que el peronismo siempre ha tenido dificultades en ese distrito. Salvo raras excepciones, los votantes de la capital federal se han inclinado por opciones opositoras al PJ y, en general, han votado contra los oficialismos nacionales. En ese panorama general, la de ayer no aparece como una elección "fuera de regla".

Los porteños también han mostrado durante décadas un comportamiento electoral que podría definirse como flexible, sin adhesiones inamovibles. En ese sentido, la de ayer es una elección que ratifica un liderazgo del PRO pero sin mayoría absoluta, con un paisaje muy heterogéneo en la legislatura. El radicalismo, que tuvo en la capital federal un bastión poderosísimo, ahora ha quedado desdibujado, y la centroizquierda -que gobernó esa ciudad con Aníbal Ibarra y después con Telerman- ahora no ha logrado potenciar con nitidez a una figura.

5.- Bandera de largada para octubre

La elección porteña marca, por su peso específico, la línea de largada del proceso electoral que tendrá como punto culminante la elección presidencial del 23 de octubre. Fue la octava votación del año, desde que se inició con Catamarca el calendario electoral. Pero ayer votó el 8,7% del padrón nacional. Es lo que suman siete de las ocho provincias que votaron hasta ahora: Catamarca, Chubut, Salta, La Riosa, Misiones y Tierra del Fuego juntas. La otra que votó fue Neuquén.

Para los candidatos presidenciales, la contienda porteña no parece marcar gran diferencia. Ninguno pudo festejar un triunfo ni tampoco una sorpresa electoral. Carrió hizo campaña con su candidata, María Eugenia Estenssoro, que aparentemente quedó lejos del podio electoral. Ricardo Alfonsín apoyó a la candidata radical, Silvana Giúdici, que tampoco figuró. Duhalde jugó por un candidato propio, Jorge Todesca.

Para la Presidenta, que si bien fue la que eligió la fórmula Filmus-Tomada, no participó de la campaña, el resultado asoma como el previsible, sin mayor impacto en su perspectiva actual para la elección de octubre.