Christophe Krywonis, desde Francia con amor: "Argentina es mi casa"
Instalado desde hace más de 25 años en nuestro país el prestigioso chef habla de todo: gastronomía, dieta saludable y cómo fue la experiencia de trabajar para Disney.
Christophe Krywonis es cocinero y jurado de "Bake Off". Nacido en Francia, se enamoró de Argentina y desde 1989, vive aquí. En un review de una conversación con él, se nota que detrás de su apariencia seria, se asoma la simpatía.
Su forma de hablar está acompañada siempre del respeto y la charla con InfoVeloz es amable y cálida.
Es grato conversar con él, que a pesar de estar corto de tiempo, se toma el necesario para responder a las preguntas. Una entrevista para disfrutar, saborear y si se desea, repetir.
Christophe, ¿qué diferencias encontrás entre la gastronomía francesa y la argentina?
"El francés come más diversificado. El argentino es más generoso, abundante. Es diferente también en la manera de salir a comer.
En cambio, el francés prepara desde una semana antes, coordina, reserva. Acá en Argentina, nos vemos a la tarde y a la noche estamos cenando juntos.
Entonces hay muchas diferencias con la idiosincrasia de los dos países y sobre todo con el tema del terruño: Francia tiene productos que son increíbles y Argentina también y a veces no son compatibles."
Christophe, no mucha gente sabe que hiciste doblajes para Disney, precisamente para la película Ratatouille, ¿cómo fue la experiencia?
"Fue una experiencia muy grata, aunque fue corta, No crean que fue un gran personaje. Interpreté a un cliente que bastante paquete y gordo que quiere comer otra cosa esa noche y es ahí donde le van a servir la sopa famosa que hace Ratatouille".
Hoy se habla de "experiencias gastronómicas", ¿qué debe incluir para que sea óptima?
"Pienso que es fundamental el ambiente, a donde vas a llegar. Que sea elegante, acogedor y con un excelente servicio. Con esto me refiero a que tiene que haber gente que sabe atenderte y no involucrarse más que eso en tu cena. Tiene que ver con un servicio en el que van a saber recomendar según tus preguntas qué es lo que quieres comer. También es muy importante el maridaje del vino con los platos y por supuesto, que sea muy rica la gastronomía."
¿Se puede comer bien en un restaurante a buen precio?
"Por supuesto que se puede comer muy bien a un precio menor que en un restaurante gourmet. Lo que importa siempre saber, más allá del valor está la calidad del producto. Y buscar un lugar con buenas referencias: si vas a comer una empanada que no sea seca, si vas a comer una milanesa que no sea de cartón, si es un bife, aunque hoy son caros, que no sea una carne dura y sobre todo que la pases bien, que el ambiente sea acorde."
¿Qué podemos hacer para tener una alimentación equilibrada con el poco tiempo que tenemos usualmente?
"Generalmente, cuando estás trabajando preparar una rica ensalada y llevarla en la vianda. Si no vas a cocinar, pedir un plato con una carne blanca: pollo con una guarnición que puede ser una ensalada, un puré de calabaza, unos zapallitos salteados, pero nada de fritanga, para poder seguir trabajando. Porque si ya que vas a comer rápido encima vas a comer pesado, pobre de ti, ¡a dormir la siesta!"
¿Viniste a Argentina en 1989, como percibís el país de aquel momento y cómo lo hacés ahora?
"La magia de este viaje de 28 años en Argentina es llegar a un país donde conseguir un puerro o una zanahoria bien fresca, era un desafío, realmente.
No se acuerda la gente, pero era impresionante lo complicado que era conseguir buenos productos, salvo que fueras a zonas privilegiadas era todo complicado.
Y cuando ves hoy la proliferación de productos que hay en el mercado, no todos de buena calidad, porque la globalización hace que te vendan tomates en esta época que son puro color y cero sabor, digamos que en cuento a la parte gastronómica hay un gran cambio que acompañó la evolución del país, la crisis también, ha generado cocineros que supieron adaptarse a lo que necesitaba la gente o lo que podía pagar la gente y dándole de comer de manera bastante interesante.
Mi visión es que en estos 28 años la gastronomía argentina ha crecido enormemente y sigue creciendo mucho."
Como jurado en los programas de cocina, sos bastante exigente. ¿Qué no debe faltarle a un buen plato?
"A un buen plato no le puede faltar las ganas de cocinarlo. Debe ser hecho con mucho cariño, con profesionalismo si se trata de un restaurante, con el fin de sorprender y dar un placer a la gente. Hay que saber seducir con los platos."
¿Seguís extrañando más Argentina cuando estás en Francia, que Francia cuándo estás acá? ¿Por qué?
"Es sabido que nací en Francia pero elegí vivir en Argentina. Que sea Francia, Estados Unidos, un país limítrofe o donde sea, viajar me encanta, pero también me hace extrañar mi casa, mis cosas, Buenos Aires y toda mi gente que está acá: familiares y amigos. Y después, de Francia lo que extraño a veces son las estaciones y sus productos, tiene una riqueza cultural gastronómica muy importante que tiene que ver con mi vida personal y con mi trabajo", explica el chef y agrega: "Creo que hubo una mutación en mi no sé si física o qué, pero fue una transformación. Soy un inmigrante tradicional: me vine a la Argentina sin saber lo que iba a pasar y me adapté. Y ahora es mi casa. No se puede explicar más que por eso, tal como pasa con las vides, traídas de la borgoña y adaptadas al suelo mendocino.
Christophe reconoce que le cuesta definirse, que es una tarea que no le gusta: "Creo que son los demás los que tienen que describir a la otra persona porque uno puede sonar pretencioso, soberbio o creído, porque hay que decir lo bueno y lo malo", explica.
Pero si tiene que hacerlo reconoce virtudes y defectos: "Yo no sé que tanto tengo de bueno y de malo. Un rasgo mío es que no soporto la mentira, es una cosa que tiene que ver con vida personal y familiar por un pariente que me mentía mucho, pero después de eso soy una persona muy amable, accesible pero también iracundo. Soy generoso".