Chloe Bello: "No quiero que me vean como la mala de la película"
En su momento más duro, y mientras sufre la resistencia del entorno del músico, la novia de Cerati reaparece en público, esquiva los dardos y se concentra en su carrera y... en vivir la vida. En voz baja confiesa: "Me gustaría que dejen de hablar pavadas".
Un vendaje rodea su muñeca izquierda. Esa en la que tiene el tatoo que en algún momento se hizo por su ex, Conejo Bourel. Apenas si tiene fuerzas, recién dada de alta de una nueva internación donde le hicieron "estudios por estrés". A veces parece perder el equilibrio con su metro ochenta y dos subido a diez centímetros de taco. Dijeron que había sido internada por problemas con drogas, que se veía gorda, y hasta que sacaba provecho de la situación que llevó a Gustavo Cerati (51) a un coma, tras el ACV que sufrió en Caracas el 16 de mayo. "Me gustaría que dejen de hablar pavadas", confiesa Chloé, mientras recuerda ese "romance mágico" al que se refería Gus y que parece suspendido hasta que su chico despierte.
La modelo políticamente incorrecta, esa que desechó a millonarios y siempre buscó a chicos con "humor ácido", es la chica que hoy duerme sola, reza todas las noches por su amor y, frente a la adversidad, mantiene intacta la fe. "Estoy quebrada emocionalmente", le decía a GENTE en agosto de este año, cuando permaneció internada en la clínica Ineba por un cuadro depresivo y de estrés durante cuarenta días, y sólo salió para visitarlo a él, que cumplía 51.
Con sólo 22 años, y de espíritu rebelde, la hija de la modelo de los ochenta Nora Portela y el empresario Marcelo Bello, reapareció en público en un evento de su agencia, Rebel Management, el mismo día que Cerati era galardonado con el Gardel de Oro por su disco Fuerza natural. "A pesar de todo, tengo que seguir adelante con mi vida y mi carrera", explica la top elegida para la campaña global de Armani, mientras posa junto a los retratos que le hizo Urko Suaya.
Enfundada en un chupín negro, musculosa de lana, high heels de vértigo y una piel colgando de la cintura, Chloé intenta ponerle la mejor cara a su trabajo, aunque confiesa que es muy difícil. "Yo no estoy para festejar absolutamente nada", lanza cuando alguien le acerca una invitación a una fiesta, mientras hace un mohín triste y no prueba un trago. Consciente de la inexplicable resistencia de los fans y los pulgares bajos del entorno de Cerati que la considera mala influencia, Chloé resiste y les dice a sus íntimos: "Lo extraño mucho. No quiero que me vean como la mala de la película".
Anita Alvarez de Toledo, amiga y corista de Gustavo, fue la primera en pegar el grito en el cielo cuando Bello decidió romper el silencio en el programa de Susana Giménez, vía intervención de su mamá, Nora, que habló con la diva de la tevé para tramitar la exclusiva. "Es de una tristeza inconmensurable y de una impotencia atroz ver cómo alguien de manera irrespetuosa saca provecho de una situación tan dolorosa", había escrito Toledo en su Facebook. Con semejante sentencia y a pedido de la familia, Chloé desistió de hablar, aunque pensaba contar –nada menos– cuáles eran sus sentimientos.
La blonda revela: "Todo el mundo me ataca, pero yo estoy sufriendo al igual que todos los que lo quieren". Habla la chica 29 años menor que el ídolo, ella que, enamoradísima, acompañó al ex Soda en su gira Fuerza natural, con la que llegaron a Los Angeles, Cancún y Miami, entre tantísimas ciudades. Chloé lo vio a Gustavo un día antes de que su chico sufriera el ACV tras su presentación en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en Caracas, el 17 de mayo. "Yo lo quiero tanto como ellos, como todos sus fans. Esta es una situación espantosa, pero lamentablemente hay que ser fuerte y seguir", reflexiona.
Chloé se escudó en el trabajo y apenas si intentó despejarse saliendo en algunas oportunidades, acompañada por amigos como Gaby Alvarez, como cuando dio el presente en el Civil de Zeta Bosio y Estefanía Iracet, a quienes quiso ver para que los ojos de Gus estuvieran presentes al menos a través suyo. "Ella es muy sensible. Si la conocen de verdad, muchos de los que la critican entenderían que está sufriendo", revela una de sus amigas. "Me gustaría explicarles a todos los que lo quieren que yo tengo que seguir con mi vida, nada más", sentencia Chloé. La chica que en agosto le dijo a GENTE "ya me siento mayor, como si hubiera vivido muchas vidas", intenta buscar comprensión y sentir el abrazo de todos los que extrañan a Gustavo. Tanto como ella.